Esta es la semana de las tasas de interés, y no se espera ninguna sorpresa por parte de los responsables de la Reserva Federal y el Banco Central Europeo (BCE): los inversionistas esperan que la tasa en los Estados Unidos suba al 2% y que en Europa se mantenga en cero.

Para muchos inversores, la Fed estadounidense ya entró en un ciclo de subidas de tasas de interés, y a su vez, el BCE redujo a la mitad su programa de estímulos monetarios. En lo personal, creo que el ciclo de tasas de interés a cero está llegando a su fin en el Viejo Continente.

En un entorno de subidas de tasas de interés, los ETFs de bonos de tasa flotante se ven como una inversión alternativa.

Los inversores ya han incorporado que los tiempos de tasas de interés nulas están acabando y que caminamos hacia una tendencia de subida de tasas. Después de años consecutivos de tasas muy bajas, la dinámica en el mercado de bonos está cambiando y, por consecuencia, el mercado de acciones va a verse afectado por el rendimiento en este entorno alza de tasas de interés.

Sabemos que en un bono de renta fija, su precio oscila hacia arriba por algunos factores, siendo que el principal es cuando la tasa de interés de referencia baja, el precio del bono sube. Si la tasa de interés de referencia sube, el precio del bono baja, ya que su rendimiento sube.

Los bonos de tasa flotante son capaces de adaptarse a la subida de tasas de interés. Esto es así porque el cupón de interés es fijado en función de un tipo de tasa de referencia, por ejemplo, las tasas LIBOR, que suelen adicionar a esta tasa de referencia una horquilla (spread), tanto en un entorno de tasas de interés bajas como cuando éstas suben.

Así, aprovechan la subida de tasas de interés para generar un mayor rendimiento al inversionista, y su corta duración hace que las notas de tasa variable global sean muy adaptables y menos volátiles cuando aumentan las tasas de interés, y de esta forma, ofrecen un potencial de ingresos atractivo, incluso en un entorno negativo para los bonos convencionales.


El precio del bono y el rendimiento del cupón se ajusta a la tasa de referencia, de manera que el interés a pagar al inversor fluctuará en consecuencia de los cambios en las tasas de interés. Las revisiones de las tasas están estrechamente relacionadas con el período del cupón: si el bono paga su cupón al trimestre, entonces la revisión es cada tres meses, mientras que si el pago del cupón es mensual, la revisión es cada mes.

Al comparar los bonos de tasa variable con los bonos tradicionales, el riesgo de tasa de interés se elimina en gran parte de la ecuación. Mientras que un inversionista con un bono de tasa fija puede sufrir si las tasas de interés prevalecientes suben, el cupón de tasa flotante pagará mayor rendimiento si la tasa de referencia sube.

Los bonos de tasa variable tienen un mejor desempeño que los bonos tradicionales cuando las tasas de interés están subiendo. El aspecto negativo para un inversionista en bonos de tasa flotante es que recibe menos ingresos cuando las tasas de referencia caen, mientras un inversionista en bonos de renta fija sabe exactamente lo que se le pagará a través de la fecha de vencimiento del papel.

El mejor momento para comprar notas flotantes es cuando las tasas son bajas, o han disminuido rápidamente en un período corto de tiempo y se espera que aumenten. Por el contrario, los bonos simples son más atractivos cuando las tasas prevalecientes son altas y se espera que disminuyan. Las notas de tasa flotante también son una opción atractiva para los inversores cuya principal preocupación es mantener un rendimiento de cartera que se mantenga al ritmo de la tasa de inflación.

ETFs de bonos a tasa flotante

Los fondos ETFs son una alternativa simple para los inversores: son fondos compuestos por una canasta de bonos de tasa flotante; y el fondo cotiza en bolsa, lo que posibilita al inversionista decidir cuándo comprar y vender.

En un entorno de rendimientos del bono del Tesoro de los Estados Unidos a 10 años en el 2,95% y a 2 años en el 2,52%, los bonos de tasa flotante suelen ser atractivos para aquellos inversores que buscan minimizar el riesgo de tasa de interés (que tengan preocupaciones sobre el aumento de tasas). La mayoría de los ETF de bonos ofrecen exposición a valores que pagan un cupón fijo durante la vida de inversión, y como tales, se ven afectados cuando las tasas de interés suben o bajan.

Estos ETFs invierten en deuda con pagos de cupones calculados en referencia a una tasa de referencia, como la LIBOR. Como tal, los pagos realizados por los valores subyacentes fluctuarán junto con las tasas de interés vigentes en el mercado, dando como resultado una duración efectiva extremadamente baja y casi ningún riesgo de tasa de interés. El menor riesgo, por supuesto, se traduce en rendimientos más bajos esperados.

Estos ETF se pueden utilizar en una estrategia en un entorno donde se espera que suban las tasas de interés, protegiendo a los inversores de los aumentos de tasas. Es una estrategia útil para reducir el riesgo de subida de tasas y al mismo tiempo, obtener algún rendimiento.

Cabe explicar que es poco probable que obtenga retornos sustanciales actuales; la tasa flotante y el enfoque en bonos de grado de inversión, baja mucho el riesgo de crédito o riesgo de tasa de interés que requiere una compensación. Debido a esta seguridad, estos ETFs tienen una volatilidad relativamente baja. En momentos de incertidumbre como lo que vivimos hoy con alguna inestabilidad política, la “guerra comercial”, aumento de tasas y un mercado de acciones sobrevalorado, esta alternativa puede ser una buena opción para generar un poco de rendimiento con un riesgo muy bajo, entre una asignación a una clase de activos con mayor riesgo.

Los inversores que consideren esta clase de activos deben comparar los gastos, las diversas medidas de rendimiento y las duraciones efectivas de estos fondos para encontrar la mejor combinación para su estrategia.