Durante meses, los mercados financieros y sus inversionistas analizarán y releerán muchas veces las disputas comerciales iniciadas por los Estados Unidos, y no pongo en discusión sin son positivas o negativas: la historia nos dirá con certeza si la economía global va a sufrir o no.

Por ahora, la reacción fue calma. Los inversores estuvieron con la mirada puesta en los datos económicos referentes al empleo estadounidense, que salieron en un sentido positivo, y los índices de acciones en los Estados Unidos repuntan, con el indicador de referencia mundial S&P 500 valiendo cerca de 2.773,00 puntos, mientras que índice de volatilidad VIX cae a 13 unidades. Por otro lado, el rendimiento del bono del Tesoro de los Estados Unidos a 10 años sigue tímido en el 2,85%; el índice dólar cotiza a 93,47 puntos, lejos del máximo del día 28 de junio, de 95,25 puntos. Además, el oro se recupera hasta 1.266,00 dólares por onza troy, siendo que el mínimo fue el día 7 de julio, cuando cotizó a 1.237,00 dólares.

Durante meses escuchamos las pretensiones de cada nación en relación con el comercio mundial. Este último viernes, Estados Unidos aplicó aranceles en cerca de 34 mil millones de dólares de importaciones de China, país que respondió de la misma forma. ¿Será que las empresas afectadas tienen capacidad para absorber las subidas de los costos? ¿O lo van a pasar al consumidor? Lo cierto es que alguien lo va a pagar, y muy probablemente algunos productos van a ver sus costos incrementados, y derivado de eso, es muy probable que la inflación suba.

¿Seguirá esta ronda para subir más tarifas de un lado u otro? ¿O será que le podemos llamar de una guerra comercial ordenada y suave entre China y los Estados Unidos?

No creo que los mercados reaccionen negativamente; en mi opinión, los inversionistas están más atentos sobro todo a cómo se van a comportar las economías de Estados Unidos, China y la Unión Europea (UE): temas como el empleo, la producción industrial, los índices de confianza, la inflación y el crecimiento.

En los Estados Unidos, la Fed muy probablemente subirá las tasas de interés dos veces más este año, en una economía con un sólido crecimiento, donde el principal indicador para medir la inflación por parte de la Fed es el índice de gastos de consumo personal (PCE), que llegó a su objetivo del 2%. Todavía indica que la inflación aún seguirá a un paso lento por algún tiempo más, y la Reserva Federal va a estar atenta a los avances e impases generados por la tensión que rodea al comercio mundial, y entonces tomará un actitud más neutral en relación a las tasas de interés, verificando cómo se comporta la economía con estos reajustes en las tarifas comerciales.

Los inversionistas se guían mucho por algunos patrones, como el rendimiento del bono del Tesoro a 10 años de los Estados Unidos, el dólar, las materias primas y las acciones. Y lo que puede traer una corrección a los mercados de renta variable vendrá por la relación riesgo/retorno en activos de mayor riesgo por activos de menor riesgo; más o menos aversión al riesgo por comparación con el rendimiento que podemos alcanzar.

Pese al hecho de que el mundo habla y discute mucho el tema en las redes digitales, el resultado de estas medidas proteccionistas solo será sentido unos meses más adelante. Los desafíos son con la Unión Europea, las negociaciones sobre el TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte), en las que Estados Unidos quiere llevar adelante acuerdos bilaterales, mientras que México y Canadá prefieren que sea una negociación tripartida, y además de esos temas, tenemos elecciones intermedias en los EE. UU..

El presidente estadounidense, Donald Trump, ya dijo que podría ampliar las tarifas comerciales a cerca de 500 mil millones, con lo que acabaría por cubrir prácticamente todas las importaciones de bienes de China. El gigante asiático, por cierto, respondería de la misma manera.

En esta disputa comercial, entiendo que hay dos factores. El primero de ellos tiene que ver con la era de la digitalización, que permite que muchas empresas tengan un mejor manejo de sus productos y que logren escala en el comercio mundial. Al mismo tiempo, como son más eficientes, redujeron sus costos y por eso, el desempleo creció en los últimos años en algunas regiones del planeta, sobre todo en los países desarrollados, que vieron cómo muchas de sus industrias tradicionales se desplazaron a otras regiones del mundo. El reflejo de estos dos factores son precios más competitivos, una baja en los precios o mejor: una caída de la inflación.

Las sociedades se van a ajustar a esta nueva realidad. Es natural que algunos sectores de la economía puedan sufrir más en la relación con sus ingresos. Los inversionistas hasta pueden quedarse un poco nerviosos, pero al final, es la relación riesgo-retorno lo que va a prevalecer en los mercados financieros.

Si el año pasado se hablaba mucho de complacencia en los mercados, creo que ahora vamos a hablar sobre todo de una selectividad más cuidadosa a la hora de tomar decisiones de inversión: vamos a ser más selectivos, vamos a elegir activos de calidad.

Semana de resultados corporativos

Estamos llegando a la temporada de resultados corporativos referentes al segundo trimestre de 2018, y eso es lo que va a atraer la atención de los inversionistas. Por eso, es tiempo para analizar, estudiar y hacer un rebalanceo en nuestro portafolio. Debemos considerar la ponderación del beneficio por acción (BPA), las ventas estimadas y otras valoraciones.

Esta semana publican resultados los bancos estadounidenses Citigroup, JPMorgan y Wells Fargo. La próxima semana tenemos los anuncios de Bank of América, Netflix, América Móvil, General Electric y Schlumberger.

Los inversores podrán entonces tomar las mejores decisiones de inversión, sin olvidar que el uso de opciones para proteger nuestra exposición al mercado es determinante y puede evitarnos amarguras en un mundo que tiene alguna tensión en los temas comerciales.

El análisis de la volatilidad implícita versus la volatilidad realizada, la ponderación entre las opciones call/put (compra/venta) para el 25 delta risk reversal nos va a ayudar a medir la tendencia en los activos que elegimos.

Hay que observar, entre otros factores, el comportamiento del rendimiento del bono del Tesoro estadounidense a 10 años y la tendencia del oro, que es considerado un instrumento de protección en momentos de aversión al riesgo.