Cuando observa un gráfico y encuentra un grupo de datos trazados en una dirección general, uno puede determinar la dirección general que un instrumento está originando. Cada tabla y cada gráfico son diferentes, ya que en la mayoría de las gráficas la tendencia se puede identificar de manera bastante sencilla, mientras que, en otros, las tendencias de las gráficas pueden ser más complejas. Las tendencias se mueven en una serie de picos y valles (alzas y bajas). Cuando nos referimos a una tendencia alcista, estamos observando una sucesión de alzas y bajas acumuladas y una tendencia pesimista es una secuencia de alzas y bajas en dirección descendente.

Existe otra tendencia denominada horizontal, plana o al margen. Esta aparece cuando las fuerzas de oferta y demanda son iguales, por lo que hay más una línea recta que un patrón de valles y picos.

Las tendencias no solo se clasifican por su dirección, sino también por la duración en la que se lleva a cabo la tendencia. Existen tendencias a largo plazo, a corto plazo e intermedias que coexisten y que pueden tener la misma dirección o una opuesta. Son bastante intuitivas ya que están basadas en el tiempo y son parte de la línea de tendencia a la hora de interpretar un gráfico.

A medida que se sienta más cómodo leyendo y examinando las gráficas, aprenderá cómo agregar otras herramientas como los análisis técnicos para medir la tasa de volatilidad del mercado y el valor de los cambios. Estos indicadores técnicos pueden ayudarle a clarificar la información exacta del mercado que podría perderse con algunos stocks o divisas que generalmente se etiquetan como “sobrevendidas” o “sobrecompradas”.

En esencia, los indicadores técnicos incorporados en sus gráficas reales, como los indicadores de volumen, las líneas de tendencia, los niveles Fibonacci, los osciladores estocásticos, etc., pueden aislar el ruido del mercado, formando un panorama más claro de los mercados y de las tendencias que tiene por delante.