Los servidores en la nube ofrecen grandes ventajas sobre las opciones tradicionales de servidores compartidos o dedicados.

En algunos aspectos, los servidores en la nube funcionan de la misma manera que los servidores físicos, pero las funciones que proporcionan pueden ser muy diferentes.
Al optar por el alojamiento en la nube, los clientes están alquilando espacio de servidor virtual en lugar de alquilar o comprar servidores físicos. Estos a menudo se pagan por hora, dependiendo de la capacidad requerida en un momento determinado.

Comparando los servidores tradicionales con los servidores en la nube

Tradicionalmente, hay dos opciones principales para el alojamiento: alojamiento compartido y hosting dedicado.

Alojamiento Compartido
La opción más económica, ya que los servidores se comparten entre los clientes del proveedor de alojamiento (por ejemplo, el sitio web de un cliente se alojará en el mismo servidor que los de otros clientes).
Adecuado para pequeñas empresas, donde la capacidad requerida es relativamente baja.
La configuración es inflexible y no puede hacer frente a una gran cantidad de tráfico.

Alojamiento dedicado
Una forma de alojamiento mucho más avanzada, mediante la cual los clientes compran servidores físicos completos.
Todo el servidor está dedicado a un cliente, sin que nadie más lo comparta.
En algunos casos, un cliente puede utilizar múltiples servidores que están dedicados a su uso.
Permite un control total sobre el alojamiento.
Es necesario predecir la capacidad, con recursos y potencia de procesamiento suficientes para hacer frente a los niveles de tráfico esperados. Si esto se subestima, puede conducir a la falta de recursos necesarios durante los períodos ocupados, mientras que la sobreestimación significará el pago de una capacidad innecesaria.

Alojamiento en la nube
Los clientes obtienen lo mejor de ambos mundos: los recursos se pueden ampliar o reducir en consecuencia, lo que lo hace más flexible y, por lo tanto, más rentable.
Cuando hay más demanda en los servidores, la capacidad puede aumentarse automáticamente para que coincida con la demanda sin necesidad de pagarla de forma permanente.
Los servidores de la nube pueden ejecutarse en un hipervisor. El papel de un hipervisor es controlar la capacidad de los sistemas operativos para que se asigne cuando sea necesario.
Hay varios servidores en la nube que están disponibles para cada cliente en particular. Esto permite que el recurso informático se dedique a un cliente si es necesario, se accede temporalmente a la capacidad adicional cuando sea necesario y luego se elimina cuando ya no es necesario.
Los servidores en la nube ofrecen más redundancia: si un servidor falla, otros tomarán su lugar.


Ventajas de los servidores en la nube
Flexibilidad y escalabilidad. Se puede acceder a recursos adicionales cuando sea necesario. Esto es particularmente valioso para los clientes que tienen picos en el recurso requerido en ciertas épocas del año, o aquellos cuyo recurso es difícil de predecir.
Rentabilidad. Los costos continuos pueden mantenerse bajos ya que, mientras los recursos están disponibles cuando es necesario, los clientes solo pagan por lo que están usando en un momento determinado. Cuando este recurso ya no es necesario, se puede reducir de inmediato.
Confiabilidad. Los servidores en la nube son mucho más confiables que los servidores tradicionales. Debido a la cantidad de servidores disponibles, si hay problemas con algunos, el recurso se cambiará para que los clientes no se vean afectados.