El mundo de los pagos digitales es increíblemente complejo, y continuará de esta forma en la medida en que la popularidad de las aplicaciones de pago digital como PayU, PayPal, Alipay, Apple Pay, entre otras, sigan en aumento.

Cada pago digital requiere la colaboración en tiempo real de varias redes móviles, operadores, instituciones financieras, redes de tarjetas, minoristas y servicios de protección contra fraudes.

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Este es un proceso increíblemente complejo, que debe realizarse en tiempo real para garantizar que los problemas de latencia no afecten la experiencia del cliente. Entonces, ¿Cómo se están preparando las empresas para el cambio de una economía de pago en efectivo a una economía de pago digital? ¿Cómo se actualizan y reestructuran las infraestructuras digitales para garantizar que estos pagos digitales se puedan procesar de manera eficiente?

De acuerdo con el Índice Global de Interconexión, un estudio publicado por Equinix, el cual rastrea el ancho de banda en el mundo, la interconexión privada y directa entre los proveedores de servicios financieros que realizan e intercambian pagos digitales crecerá un 38% al año hasta el 2020.

Además, indica que la digitalización de la industria financiera es el principal factor de este crecimiento y que por ello el comercio ha migrado en gran medida a los medios electrónicos, lo que hace que industrias como banca, seguros y pagos sigan el ejemplo.

Desarrollando una infraestructura

A medida que aumenta la cantidad de pagos digitales, también lo hace la demanda sobre soluciones de comercio electrónico tales como monederos digitales, sistemas de seguridad y redes, y nubes. Los datos son creados en cada paso a lo largo de la cadena de suministro de pagos digitales, y es imperativo que los bancos, minoristas y empresas de comercio digital manejen y procesen esto eficazmente, para que puedan reunir información útil sobre los hábitos de gasto de los consumidores.

Al posicionarse en centros de datos cerca a sus clientes, socios y proveedores, las empresas crean un ecosistema donde diferentes empresas pueden conectarse directamente entre sí. Esto aumenta las velocidades a las que se pueden transferir los datos, ya que las empresas evitan el Internet público.

Futuro interconectado


La industria de servicios financieros y pagos ha llegado muy lejos en los últimos 20 años. Actualmente, las transacciones financieras se hacen en gran parte dentro de los confines de un centro de datos, ya que el comercio algorítmico y los pagos digitales se convierten en la nueva norma. ¿Por qué es necesario hacerlo de esta manera? Por las implicaciones económicas que puede dejar la latencia. Una latencia de sólo unos pocos microsegundos es crítica para el negocio: los retrasos de incluso medio segundo pueden tener implicaciones de una gran cantidad de dinero.

Una solución global

La disrupción digital está afectando a todas las industrias, obligando a las compañías a transformar y reestructurar sus infraestructuras de TI para seguir siendo competitivas. Es vital que las empresas de servicios financieros acepten este cambio, porque el mundo de los pagos solo se volverá más complejo a medida que pase el tiempo. Aquellos que no se preparen para esto corren el riesgo de quedarse cortos ante sus competidores, quienes se han preparado digitalmente en respuesta a esta demanda.

Entendemos que las empresas solo pueden sobrevivir y prosperar en este nuevo mundo si cuentan con la infraestructura digital adecuada. Se ha invertido mucho en la creación de un ecosistema de pagos digitales para las compañías financieras mundiales; aquellos que lo adopten se encontrarán bien preparados para lo que será un futuro verdaderamente digital.