La confirmación de que la economía de China se está desacelerando en medio de una creciente guerra comercial es un presagio preocupante para el crecimiento mundial. Los datos publicados desde el viernes han confirmado lo que se esperaba desde hace tiempo: que una campaña en curso para limitar el crédito está frenando la segunda mayor economía del mundo.

Dado que China genera un tercio del crecimiento mundial, esto se suma a las señales de que la mayor expansión global en años se está estancando. El Fondo Monetario Internacional ha advertido en repetidas ocasiones que la disputa comercial entre Estados Unidos y China tendrá repercusiones mundiales.

La economía china creció a un ritmo previsto del 6,7 por ciento en el segundo trimestre, el nivel más lento desde 2016, mientras que las lecturas clave sobre crecimiento de la inversión y la producción industrial disminuyeron en junio. Las ventas al por menor se mantuvieron. Si bien las cifras apuntan a una desaceleración moderada en China, la guerra comercial liderada por Estados Unidos acaba de comenzar.

El presidente estadounidense, Donald Trump, ha introducido aranceles este mes sobre importaciones chinas por US$34.000 millones, y China ha respondido con represalias. Se espera que Trump introduzca gravámenes sobre otros US$16.000 millones en bienes y ha amenazado con ampliar la lista en US$200.000 millones. Por su parte, China amenaza con nuevas represalias.

Todo ello implica vientos en contra no solo para la economía de China, sino también para el mundo. "Si Estados Unidos y China no reanudan las conversaciones en los próximos dos meses más o menos, el conflicto se intensificara aún más, con importantes implicaciones económicas para ellos y para la economía mundial", manifestó Louis Kuijs, director de economía para Asia en Oxford Economices en Hong Kong, en un comentario después de la publicación de los datos.

Las tensiones mundiales quedaron manifiestas en una cumbre entre los lideres de la Union Europea y China en Pekin. El presidente de la UE, Donald Tusk, advirtió que las guerras comerciales pueden conducir a "conflictos en caliente" mientras que el anfitrión de la cumbre, el premier de China, Li Keqiang, dijo que nadie ganara en la disputa.

Lo que más preocupa a los economistas son los efectos secundarios dado el papel central de China en una cadena de suministro regional y mundial que alimenta la economía de Estados Unidos con bienes y servicios.

"No hemos visto lo peor todavía", dijo Iris Pang, economista de ING Bank NV para la Gran China en Hong Kong. "Para el resto del mundo comienza con una guerra comercial bilateral entre Estados Unidos y China, pero no terminara con un impacto bilateral. Las cadenas mundiales de oferta, las compañías navieras y los obstáculos a la inversión extranjera en Estados Unidos así como el compromiso de China a dar la bienvenida a mas inversión extranjera cambiaran los flujos comerciales globales".


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