Es muy importante conocer las diferencias entre bonos y acciones, porque realmente son dos activos totalmente diferentes.En finanzas, tanto el bono como la acción se consideran activos financieros.

Comprar un bono es ofrecerle un préstamo a la compañía que lo emite. Desde el punto de vista del emisor del bono, la cantidad prestada se sitúa en el pasivo, porque es deuda. Mientras que con las acciones, estamos adquiriendo parte de la sociedad y nos convertimos en socios, por lo que para la empresa el capital invertido en acciones se sitúa en su capital social, dentro del patrimonio neto, al ser el capital desembolsado por los dueños de la compañía, los socios.

El rendimiento del bono es independiente de cómo le hayan ido las cosas a la empresa. Se trata de un instrumento de renta fija porque sabemos de antemano que vamos a recibir un interés, el cual puede ser fijo (acordado al contratar el bono) o variable (en base a algún índice de referencia). El bono no nos da derecho a voto, los poseedores de los bonos son meramente acreedores de la compañía.

Las acciones a diferencia de los bonos, son un instrumento de renta variable, lo que quiere decir que no hay establecido por contrato una retribución económica al accionista, sino que dependerá de cómo sea la situación que atraviesa la compañía. Si la sociedad lo cree conveniente repartirá dividendos (rendimiento de la operación) en caso contrario, no recibiremos ninguna retribución pero seguiremos siendo socios mientras mantengamos las acciones.

Una de las características no económicas de los bonos es no tener poder de decisión. Otra característica importante de los bonos se encuentra en el plazo de la operación. En éstos se acuerda un periodo durante el que está vigente el contrato. Las acciones tienen un carácter perpetuo, eres titular de las acciones mientras no las vendas.