Muchos de nosotros hemos escuchado acerca de los protocolos de Kioto y de París para el cuidado del medio ambiente. En los últimos años, observamos la aparición de muchas empresas ligadas a este nuevo sector, desde compañías de energías renovables hasta firmas que entendieron que invertir de una manera sustentable les puede ofrecer ventajas de cara al futuro.

De igual modo, los inversionistas se preocupan cada vez más a la hora de asignar sus inversiones en nuestros portafolios.

Las inversiones que se destacan por una mayor responsabilidad en relación a nuestro planeta se denominan responsables, éticas, verdes y de impacto: es un modelo de inversión en el que los factores económicos, ambientales y sociales repercuten por igual en el valor de la estrategia del negocio de la empresa. La compañía en cuestión cubre las expectativas económicas en busca de mayores ingresos, al igual que toma en cuenta los valores éticos de la empresa.

Hubo un tiempo en el cual los empresarios pensaban que este modelo podría reducir sus ingresos y que no era sostenible en el tiempo. A modo de ejemplo, la firma estadounidense de ropa deportiva Nike utiliza su tecnología “Flyknit” para obtener más rendimiento y menos residuos. Es una tecnología que permite que muchos menos residuos acaben en los vertederos de basura.

Así, Nike ofrece las zapatillas más ligeras, resistentes y adaptables creadas por la firma, con 60% menos de residuos. Este es un caso que está apareciendo cada vez más. Además, con las nuevas tecnologías, las empresas tienen capacidad de producir de una manera más eficaz y de no desperdiciar tantos residuos que afecten la naturaleza.

Este es un modelo cada vez más usado en el mundo de hoy: ya no podemos considerarlo como un nicho de mercado en la economía global; es una inversión que toma en cuenta factores sociales, ambientales y de gobierno corporativo que podrían considerarse como riesgos para el planeta.

En los mercados de capitales, con los ETFs, tenemos la oportunidad de tomar nuestras decisiones de inversión teniendo en consideración nuestras preocupaciones ambientales.

La inversión sostenible es simplemente una inversión inteligente, ya que busca generar un impacto social o ambiental positivo junto con los resultados financieros, permitiendo a los inversionistas lograr más con su dinero.

Instrumentos para invertir de manera sostenible

Los ETFs sostenibles están diseñados para cumplir con las características de rendimiento de las inversiones tradicionales, a la vez que se enfocan en objetivos específicos de impacto social, como la reducción de la huella de carbono de una cartera de inversiones.

La demanda en los mercados de capitales creció considerablemente en los últimos años, y se ha tornado en una inversión muy popular. Así, creó una nueva dinámica en este sector y los ETFs no tardaron en llegar, con muchas soluciones interesantes para los inversionistas a la hora de hacer las asignaciones en su portafolio.

Hay algunos factores que pueden ayudar a clarificar a los interesados en este tipo de inversión. Primero, hay que evitar invertir en sectores como los combustibles fósiles, tabaco o el de armas; conviene invertir en empresas cuyas prácticas sean clasificadas como muy buenas de acuerdo a los estándares de desempeño ambiental, social y de gobierno por región o global, y que sea mesurable.

Si nos quedamos en el análisis tradicional a través del cual verificamos todos los factores de las empresas en las que invertimos, podemos comprender mejor las exposiciones a factores de sostenibilidad relevantes, como las emisiones de carbono y la calificación ESG (Environmental, Social, Governance, por sus siglas en inglés).

Es una forma de juzgar a una compañía por cosas extra a su desempeño financiero, sin dejar de tener en consideración nuestros objetivos de inversión por un rendimiento interesante. Como vemos, es posible crear una inversión sostenible, que no comprometa los objetivos de rendimiento e incluso pueda mejorar los rendimientos ajustados al riesgo en el largo plazo.

Nuevos puntos de referencia y productos hacen que la inversión en ESG sea más accesible en todas las clases de activos y regiones.

Los datos están mejorando, pero aún son irregulares: esto significa que es clave para ir más allá de los puntajes ESG. Es decir, comprender cómo y por qué los componentes individuales del puntaje pueden afectar el rendimiento en los países, industrias y empresas.

Invertir en empresas que cumplan con el ESG puede generar mayores rendimientos en los mercados emergentes (EMl por sus siglas en inglés). Y la protección de los accionistas, la gestión de los recursos naturales y las relaciones laborales pueden ser factores diferenciadores fundamentales del desempeño.