Y es que parece que los inversores minoristas dejan de ganar millones de euros esfumándose unas ganancias que podrían haber obtenido si solo hubieran esperando un poco más. En vez de haber cerrado las posiciones al cierre del mercado, con solo haber esperado a la apertura del día siguiente los resultados obtenidos podrían cambiar drásticamente. ¿Tan diferentes son los resultados? Si analizamos el ETF del S&P500 (SPY) desde su creación en 1993 vemos lo siguiente. Comprando, al abrir el mercado, y cerrando las posiciones que tuviéramos sobre este ETF, justo antes de cerrar el mercado, el resultado a día de hoy es una pérdida neta de más de un 4%. ¿Cuál hubiera sido el resultado si hubiéramos comprado justo un momento antes de producirse el cierre y venido al abrir el mercado el día siguiente? Una ganancia del 571%. Y es que parece que esta ocasión el orden de los factores sí altera el resultado final. Tan importante como saber qué comprar es saber cuándo comprarlo.

Los deportistas suelen decir “somos lo que comemos”, indicando que la figura que tienen es el resultado su alimentación. En una revista de culturismo que leí una vez (quizá intentando buscar la motivación necesaria para ir al gimnasio, al que nunca voy a pesar de pagar puntualmente cada día cinco de mes), explicaban, incluso algo más: “somos lo que comemos y cuándo lo comemos”. Esto lo decía un señor muy fuerte y bronceado, con los dientes blancos como perlas así que debía tener razón. La gente con dientes blancos siempre tiene razón. Explicaba que hay que saber cuando comer ciertos alimentos para seguir manteniendo la figura, no solo comer alimentos sanos sino saber el mejor momento del día en el que ingerirlos. Y es que todos sabemos que puede ser muy beneficioso para la salud realizar una ingesta de calorías elevadas al comenzar el día. Pero si hiciéramos esta misma ingesta de calorías antes de irnos a la cama podríamos arruinar nuestra salud, engrosando más y más nuestra figura. Pues bien, esto sucede cuando hacemos trading pero al revés. Conseguiremos mejores resultados si operamos al cierre. Engrosaremos nuestra cuenta, no nuestra figura. Esto seguro que es bueno para la salud.

La estrategia de comprar al cierre y vender en la apertura (sin tener en cuenta las comisiones. Lo que sabemos desajusta cualquier estrategia) ha resultado incluso más rentable en mercados bajistas. En el año 2008, el SPY cayó un 36.8%. Las caídas se produjeron principalmente durante el horario de sesión del mercado, un 26.7% frente al 13.8% de pérdida que se produjo durante la noche.

¿Por qué tendemos a cerrar las posiciones al cierre de la sesión y no las dejamos abiertas?


Obviamente parece que hay varios motivos evidentes. Pero el principal es debido a la falsa ilusión de control. Con el mercado abierto y la posibilidad de abrir y cerrar posiciones al instante, según recibimos las noticias, tenemos una mayor percepción de control. Esto es un sesgo cognitivo, de los muchos que tenemos. Por una falsa ilusión de control. Tener más información no mejora siempre los resultados.

Por eso somos un desastre invirtiendo. Por ejemplo, si elegimos un juego completamente aleatorio este sesgo nos hará pensar que tenemos las probabilidades a nuestro favor simplemente porque podemos decidir algún factor sobre el mismo. Piense en el juego de la lotería. Un juego de azar. Una persona que quiera participar en este juego sentirá que tiene mayor probabilidad de acertar si elige el número con el cual va a participar. Así sucede con multitud de situaciones. Pues bien, pensar que tenemos el control sobre algo nos hará pensar que podemos influir decisivamente a nuestro favor, aunque no sea real. Quizá sea este uno de los motivos por los que compramos y vendemos dentro de la misma sesión.

Lección. Somos lo que compramos y cuándo lo compramos.