Será una lucha sin cuartel hasta el agotamiento cuando se vean cara a cara en Londres.

Una batalla que se puede extender hasta 19 días y que será seguida alrededor del mundo por millones de personas pendientes de cada uno de sus movimientos.

Se trata de la final del Campeonato Mundial de Ajedrez que desde este viernes disputarán el estadounidense Fabricio Caruana contra el campeón indiscutido e icono del milenario deporte, el noruego Magnus Carlsen.

El ganador recibirá un premio superior al US$1 millón, confirmando el renovado interés por un juegoque atrae actualmente a más de 600 millones de personas según cifras de la Federación Mundial de Ajedrez.

Nada mal para un pasatiempo que fue creado hace más de 1.500 años.

De hecho, en Estados Unidos hay más personas sentadas alrededor del tablero que la suma de las que juegan tenis y golf.

Este renacer no se puede entender sin mencionar la revolución que detonó la irrupción y posterior dominio de Carlsen.

El jugador noruego, de 27 años, posee el título desde 2013 y desde entonces ha logrado cambiar con su figura la imagen que durante décadas proyectó el ajedrez.

Oligopolio soviético
Para empezar Carlsen no nació en la Unión Soviética o en un país del este de Europa, región que dominó el juego durante los años de la Guerra Fría.

Hasta la aparición de la estrella noruega solo hubo dos ajedrecistas que lograron romper el oligopolio soviético y de sus aliados desde 1937: el estadounidense Bobby Fischer y el indio Viswanathan Anand.

Ninguno de ellos, sin embargo, llegó al nivel de excelencia de Carlsen.

Ni siquiera el ruso Gary Kasparov, el campeón que en su momento se hizo famoso alrededor del mundo por sus duelos contra computadoras en los años 90.
Carlsen se ha convertido en un fenómeno inédito en el mundo del ajedrez desde que se ganó el campeonato mundial a los 22 años.

Además de su genialidad en el tablero, su imagen ha sido utilizada para promocionar relojes de lujo y autos deportivos, así como modelar para la firma de ropa deportiva holandesa G-Star Raw.

Un documental sobre su vida fue transmitido en 56 países y en 2013 su nombre apareció en la revista TIME entre las 100 personas más influyentes del mundo.

Tal ha sido su popularidad que apareció en un capítulo de Los Simpsons.

Rivalidad de hermanos
"El ajedrez era visto como un deportes de hombres mayores", le dijo a la BBC Kate Murphy, directora de Play Magnus, una compañía creada por Carlsen para desarrollar una línea de aplicaciones sobre ajedrez.

Pero "Carlsen cambió esa percepción al ganar el título y motivar a más jóvenes a jugar ajedrez", destacó.

Y una de las aplicaciones permite retar a versiones virtuales del campeón mundial en diferentes momentos de su vida.

Enseñado por su padre desde que tenía 5 años, inicialmente Carlsen no tuvo especial interés en el ajedrez

Eso surgió cuando le ganó un día a su hermana mayor, quien hasta ese momento era quien se sentaba a jugar con el progenitor de la casa, Hendrik Carlsen.

"Ganarle a ella era mi principal motivación y en ese proceso el ajedrez me capturó", recordó en una entrevista en 2016.

A los 9 años Carlsen comenzó a ganarle a su padre.

Amadeus del tablero

A los 13 se convirtió en un gran maestro, el mayor reconocimiento para un jugador junto al título mundial.

Eso hizo que fuera llamado "El Mozart del Ajedrez", destacando el impresionante talento de una persona que surgió de un país que está lejos de ser una potencia en el deporte.

Rusia, por su parte, tiene más de 20. En la lista le siguen China con nueve, Reino Unido y Estados Unidos con siete, e India con seis.

"Fischer en un momento llegó a ganar más dinero que Mohamed Alí. Eso muestra el nivel de impacto de su victoria sobre Spassky", recalcó el periodista Brin-Jonathan Butler, autor del libro sobre la final entre Carlsen y el ruso Sergey Karjakin en 2016.

"Pero también mostró como el genio y la locura van de la mano en ajedrez".

Esto último en referencia al giro que tomó la vida de Fischer tras su victoria y negarse a defender su título en 1975.

Durante años tuvo que vivir como un recluso y se hizo famoso por su batalla legal contra el gobierno estadounidense al desafiar un embargo y jugar en la antigua Yugoslavia en 1992.

"Fischer fue un artista del tablero. Magnus juega como una máquina y a veces resulta frustrante si lo que estás buscando es un juego más emocionante. Aunque sigue siendo extraordinario", dijo Butler.

Caruana se convirtió en el gran maestro más joven de Estados Unidos al alcanzar ese reconocimiento con 15 años.

Ahora él es "Capitán América en una batalla contra Thor", como se ha promocionado en Estados Unidos su duelo contra Carlsen.

"A Magnus le costó contra Karjakin en 2016 yCaruana es en mi opinión un mejor jugador en este momento", advirtió Butler.

La comparación con el guerrero noruego también alude al excelente estado de forma de Carlsen.

Los partidos del más alto nivel pueden durar hasta seis horas y se considera que su resistencia ha sido un ingrediente crucial de su éxito.

Cálculo noruego
"Básicamente desgasta a sus rivales", explicó Doggers.

"Pero ahora los otros jugadores están llegando a su nivel y le prestan más atención a su condición física, incluido Caruana".

Ellos han jugado en 56 ocasiones y si bien el noruego cuenta con una clara ventaja de 23 victorias, también es cierto que ha habido 22 empates.

Eso ha hecho que Carlsen tenga conciencia del reto que tiene frente a sí.

"Claramente es el peor oponente", dijo el noruego cuando le preguntaron sobre su rival, con un perfil completamente distinto al de él.

"Es difícil hacer que haga cualquier trabajo promocional", reconoció su representante británico, Mehreem Malik, en una entrevista esta semana con el periódico The Times.

"¿Un mensaje a la semana por Instagram? Ninguna chance", lamentó. "No está interesado en ser una celebridad o que el mundo conozca más de él".

Algo que seguramente cambiará si logra vencer a Carlsen.