Este mercado, conformado por activos como Bitcoin, Ethereum, IOTA o Ripple, entre otras, ha pasado de un valor de 800.000 millones de dólares en enero a 130.000 millones de dólares de valor estimado actualmente Estas monedas digitales no existirían si no fuera gracias a que una infraestructura informática mundial colaborativa realiza operaciones en las que verifica las transacciones realizadas y las añade a una hoja de contabilidad global donde residen todos y cada uno de los pagos realizados.

Estas monedas digitales no existirían si no
fuera gracias a que una infraestructura
informática mundial colaborativa realiza
operaciones en las que verifica las
transacciones realizadas y las añade a
una hoja de contabilidad global

Es necesario que los recursos que emplean para ello, como el coste de los equipos o, principalmente, el gasto fijo de la electricidad, supongan un gasto adecuado que les siga permitiendo obtener beneficio por la revalorización de estas monedas digitales. Aquí desempeña un papel fundamental el precio de la electricidad en el país donde se encuentran instalados los equipos.

Por tanto, con un valor de 3.630 dólares aproximadamente para cada Bitcoin ahora mismo, todos aquellos que minan criptomonedas están empezando a plantearse seriamente si continuar haciéndolo porque quizás ya no les compense. De hecho, que el 25% de los mineros han dejado de minar en el último mes y una de cada cuatro máquinas ha sido apagada.

Todos aquellos que minan criptomonedas están
empezando a plantearse seriamente si
continuar haciéndolo porque quizás
ya no les compense

En definitiva, una cuarta parte de las operaciones que se llevaban a cabo hace tan solo un mes han dejado de realizarse, debido a que particulares- y se cree que principalmente organizaciones- están dejando de utilizar ordenadores para este fin.

Por tanto, el “hash rate”, o lo que podemos entender como el esfuerzo informático dedicado a este tipo de operaciones, ha sufrido un claro descenso en las últimas semanas. Esto provoca una menor estabilidad de las monedas digitales, una peor perspectiva de futuro para ellas, y por consiguiente, una pérdida de confianza en el mercado de las criptomonedas en general como inversión.