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Uno de esos temas de los que a menudo oímos hablar en los telediarios y que parecen preocupar sobremanera a políticos y gente de negocios, es sin duda el mercado de divisas. Pocos dudarían en afirmar que la buena marcha del mismo es asunto de extrema importancia para cualquier país, pero pocos acertarían a explicar por qué. Y es que, en realidad, muy pocos comprenden en qué consiste el mismo más allá de la vaga conceptualización que lo define como el mercado de intercambio de monedas. El mercado de divisas o Forex (Foreign Exchange Market) es un elemento central de la balanza de pagos de cualquier país, y por tanto también un sector que atrae grandes flujos de inversión pública y privada.

Las monedas ganan y pierden valor –lo que coloquialmente se conoce como fortalecerse o debilitarse- en función del tipo y cantidad de transacciones que con ellas se hace. Por tanto, su fluctúa en el tiempo y en función de decisiones gubernamentales que atañen a la política monetaria, pero también en base a las circunstancias económicas y a las decisiones de muchos actores que, desde distintos ámbitos del comercio, las finanzas o el consumo, inciden en el mismo. En general, en el Forex hay una gran liquidez, es muy dinámico y ofrece seguridad para realizar cualquier tipo de transacción. Por este motivo, existe todo un sector en el ámbito de la inversión que se dedica al llamado Trading en el mercado de divisas, y que no es más que un tipo de inversión en la que las ganancias se persiguen a través de la especulación con valores monetarios. Ahora bien, ¿por qué es tan relevante este mercado a nivel internacional?

En primer lugar, porque los países necesitan contar con reservas de divisas, esto es, monedas de otros países, para poder participar en el mercado exterior. En este sentido, toda operación de exportación e importación implica una entrada o salida de moneda, ya sea doméstica o extranjera. Con todo, el comercio internacional o el sector financiero no son el único mecanismo por el que las monedas circulan alrededor del mundo. Sin ir más lejos, para muchos países, una de las más importantes entradas de divisas deriva de las remesas de ciudadanos emigrados. Esto ocurre sobre todo en países con altas tasas de migración y grandes núcleos familiares que acostumbran a quedarse en los países de origen, en muchos casos en situaciones de relativo aprieto económico. Es necesario saber también que las remesas dependen a su vez en buena medida del mercado de divisas, y esto por un motivo simple. Cuando un ciudadano envía una cierta suma económica de un país a otro, su dinero ganará o perderá poder adquisitivo en función de si la moneda en la que el destinatario recibe el dinero es más fuerte o más débil que la de origen.

Además, el mercado de divisas también tiene que ver mucho más con el turismo de lo que podríamos pensar a priorim, pues cada vez que cambiamos dinero o lo retiramos de nuestra cuenta en un cajero extranjero, lo que estamos haciendo es precisamente comprar moneda del otro país.