La pérdida de impulso de la economía mundial hace que la expansión ahora proyecte ser la más débil desde la crisis financiera global, un acontecimiento que ya ha provocado un cambio dramático en los bancos centrales.

Un modelo de UBS sugiere que el crecimiento mundial se desaceleró a un ritmo anualizado de 2,1% al cierre de 2018, que dice sería el más débil desde 2008-2009. Una lectura preliminar sobre este trimestre muestra una leve mejoría, pero las cifras aún sugieren que habrá que mejorar dramáticamente para alcanzar el 3,2% que UBS pronosticó para los tres meses en general.

Desafortunadamente no ha habido mucha señal de eso. Las ventas de automóviles en China cayeron en enero y datos de la semana pasada mostraron que las v entas minoristas de Estados Unidos registraron su peor caída en nueve años en diciembre. En Europa, donde la desaceleración ha sido particularmente marcada, los indicadores de confianza continúan debilitándose, y el último indicador de la OCDE también bajó.

Francois Villeroy de Galhau, miembro del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo, señaló en una entrevista publicada el fin de semana que la desaceleración de la zona del euro es "significativa". El BCE publicará el jueves las actas de su reunión de enero, cuando cambió su lenguaje al decir que los riesgos para la perspectiva eran a la baja.

Ese informe llegará un día después de que la Reserva Federal de EE.UU. divulgue las actas de su reciente reunión sobre política monetaria, en la que detuvo su ciclo de alza de la tasa de interés.

Si bien la zona del euro ahora parece ser el eslabón débil del crecimiento global, la buena noticia es que podemos estar en el punto mínimo y pronto por encima de lo peor, ya que los factores idiosincrásicos comienzan a desvanecerse, según UBS. Eso está en línea con la opinión de economistas de Bloomberg Economics, quienes indican que hay "evidencia naciente de que la confianza se está estabilizando".

"Hay indicios tentativos de que algunos datos industriales están empezando a aumentar", comentó Janet Henry, economista jefe global de HSBC, en una nota del lunes sobre la desaceleración en la producción industrial mundial. "Sin embargo, aún podría ser un falso amanecer, ya que los datos de encuestas aún apuntan a una mayor debilidad".