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Hace apenas unas semanas, el gigante energético estadounidense ExxonMobil se disponía a avanzar con un proyecto por 53.000 millones de dólares para impulsar la producción de petróleo de Irak en sus campos del sur, un hito en las ambiciones de la compañía de expandirse en el país. Pero ahora, una combinación de disputas contractuales y preocupaciones de seguridad, acrecentadas por la escalada de tensiones en la región entre Irán y Estados Unidos, ha conspirado para frenar la operación, según funcionarios del gobierno iraquí.

Las negociaciones se vieron obstaculizadas por términos del contrato a los que se opone Bagdad, según cuatro funcionarios iraquíes involucrados en las discusiones, que hablaron con Reuters bajo condición de anonimato debido a la complejidad del asunto.

El principal punto de conflicto, dijeron, fue el medio por el cual Exxon propuso recuperar sus costos de desarrollo, ya que la compañía pretende compartir el petróleo producido por dos campos, algo a lo que Irak se opone porque incumple la propiedad estatal de la producción.

Uno de los negociadores iraquíes dijo que Bagdad no firmaría nada bajo los términos actuales propuestos por Exxon.

La petrolera estadounidense se negó a referirse a los términos del contrato o las negociaciones y una ejecutiva de Exxon en Texas afirmó: “En general, no hacemos comentarios sobre discusiones comerciales”.

El viceministro de Petróleo para asuntos de exploración, Fayadh Nema, dijo el miércoles que las conversaciones estaban en curso y que esperaba un acuerdo pronto.

Las discusiones también quedaron estancadas por dos evacuaciones de empleados estadounidenses en instalaciones en Irak, como resultado de la escalada de la hostilidad entre Washington e Irán.

La primera evacuación se produjo en mayo, cuando cientos de trabajadores de la embajada estadounidense en Irak fueron enviados a casa por amenazas de seguridad procedentes de Irán.

El segundo incidente ocurrió esta semana tras un ataque con cohetes que se pensaba apuntaban a Exxon. Funcionarios locales atribuyeron la responsabilidad a milicias respaldadas por Irán.

Teherán no ha comentado sobre los ataques, pero las evacuaciones pusieron de relieve la persistente inestabilidad en Irak que obstaculiza los negocios, alimentada por las tensiones entre Estados Unidos e Irán.

Funcionarios iraquíes afirman que el estancamiento de las conversaciones con Exxon y las interrupciones en su dotación de personal sugieren una menor influencia de Washington en Irak, una situación exacerbada por la confrontación con Irán.

“Exxon retiró a su personal de Irak en respuesta a los disturbios regionales. La pregunta es cómo ejecutarán un proyecto de 53.000 millones de dólares con una inestabilidad regional constante”, dijo un funcionario de la industria de crudo iraní.

“Podrían abandonar el trabajo de nuevo y eso dañará nuestro sector energético”, añadió.