Siempre que se invierte en una divisa distinta a la nuestra se corre el llamado efecto divisa. En general las divisas se consideran un factor de riesgo adicional. Si en tu cartera tienes una gran diversificación internacional y tienes activos nominados en dólares, en yenes, en francos suizos, en libras esterlinas, en yuan chino o en rupia india, ya sólo por el efecto divisa vas a tener más volatilidad (más movimiento, más riesgo) que una cartera nominada en euros. Es un problema con el que los inversores nos encontramos a la hora de invertir fuera de nuestras fronteras: vemos reflejadas las fluctuaciones de la divisa extranjera en un menor o mayor rendimiento una vez que cambiamos el valor de nuestra inversión a la divisa nacional.

¿Cómo diluir ese efecto divisa?

Las divisas requieren dosis de riesgo y atención permanente a las decisiones de los bancos centrales, los grandes actores que mueven este mercado. ¡Pero nosotros queremos realizar inversiones tranquilas y relajadas! Así que en un mercado que nunca duerme debemos buscar soluciones para aproximarnos a él cubriendo el impacto del tipo de cambio, es decir, diluyendo el tan temido efecto divisa, sin necesidad de estar pegados a la pantalla de nuestros ordenadores.

Operativa con acciones

Esta solución está pensada para los que queráis operar con acciones al contado en EEUU. Para hacerlo necesitaremos cuentas en dos brokers, que de ahora en adelante llamaremos Broker A y Broker B. Para ello, al menos uno de los dos ha de tener la posibilidad de tener la cuenta referenciada en dólares. Una vez tengamos esto, es momento de pasar a la acción.

Vamos a suponer que tenemos un total de 100.000 euros para realizar nuestra inversión, por lo que lo dividiremos en dos partes y dirigiremos 50.000 euros al Broker A y los otros 50.000 al Broker B. Ahora es momento de cambiar los 50.000 euros del Broker A a dólares, por lo que le damos la orden al intermediario de hacer la conversión de la cuenta, por ejemplo a un cambio de 1,33 dólares, quedando así una cuenta con 66.500 dólares en el Broker A y otra de 50.000 euros con el Broker B.

En este momento tenemos una exposición al efecto divisa de 50.000 euros (66.500 dólares), por lo que es momento de proceder una cobertura de esa misma cantidad. Para ello, haremos una operación Forex en el Broker B por un montante de 50.000 euros, poniéndonos largos en el cruce EUR/USD.

Lo que conseguimos con esto es que, cuando el euro se revalorice frente al dólar, el valor que perdemos en nuestro Broker A lo ganamos en el Broker B, y viceversa, cuando el euro se devalúe frente al dólar, el valor que perdemos en nuestro Broker B, lo ganamos en el Broker A. Para hacer esta cobertura, nuestro Broker B nos retendrá alrededor de un 2% de garantías, por lo que aproximadamente nos quedarán unos 40.000 euros en éste broker para poder realizar nuestra operativa en euros. A la hora de invertir en activos referenciados en dólares emplearemos el Broker A y para la inversión en euros emplearemos el Broker B. Hay que tener claro que es prácticamente imposible cubrir al 100% el efecto divisa en todo momento, porque conforme vayamos ganando o perdiendo en los activos que operemos en dólares nuestra exposición será diferente. Esto tendremos que ir regulándolo nosotros conforme nuestros dólares vayan variando, sumando o restando nuevas aperturas de posiciones en la operación EUR/USD del Broker B.

Veamos ahora un ejemplo sencillo de esta operativa:

Compramos 1.000 acciones de Sanmina Corp. a 10 dólares, que es un total de 10.000 dólares. Dos semanas después Sanmina Corp. ha subido un 10% con respecto a nuestro precio de compra, por lo que ahora mismo tenemos 1.000 acciones de Sanmina Corp. a 11 dólares, lo que supone un total de 11.000 dólares en nuestra cuenta.

Con esta operación tenemos ahora mismo una exposición al riesgo divisa de 11.000 dólares, o lo que es lo mismo, nuestras acciones valen 8.270,67 euros. Imaginad que mientras tenemos estos dólares en la operación, el dólar se devalúa un 2,5% frente al euro. Como es lógico, nuestros dólares pierden valor, y nuestros 8.270,67 euros pasan a ser 8.063,9 euros, perdiendo así 206,77 euros de nuestra cuenta por el efecto divisa.

Operativa con CFDs

Consiste en operar con CFDs (contratos por diferencias) en lugar de con acciones al contado. Los CFDs son un producto que replica a diferentes activos (entre ellos las acciones) y que nos expone a la divisa única y exclusivamente en la ganancia o pérdida de la operación. Veamos el mismo ejemplo que realizamos con acciones pero con CFDs. De esta forma entenderéis más fácilmente la diferencia existente en este sentido y la gran ventaja que suponen los CFDs para evitar el efecto divisa.

Compramos 1.000 CFDs de Sanmina Corp. a 10 dólares. Para realizar esta operación nuestro broker nos va a pedir un 10% en concepto de garantía, por lo que el restante lo podemos destinar a depósitos o renta fija que nos devuelva intereses. Mientras el precio no se mueva de los 10 dólares no tendremos ni un solo dólar en nuestra cuenta. Pero, siguiendo con el ejemplo anterior, dos semanas después Sanmina Corp. sube un 10% con respecto a nuestro precio de compra, por lo que ahora mismo tenemos 1.000 acciones de Sanmina Corp. a 11 dólares, lo que es beneficio total de 1.000 dólares.

A diferencia de las acciones, en los CFDs los únicos dólares que tendremos en nuestra cuenta serán esos 1.000 dólares que llevamos de beneficio, y no los 11.000 dólares que tendríamos en acciones, porque en los CFD’s no se tiene la propiedad del título en sí, sino que ganamos o perdemos por la diferencia de la cotización con respecto al precio de compra.

En nuestra cuenta de CFDs tenemos 1.000 dólares de beneficio, lo que es un total de 751,88 euros. Al igual que con las acciones, mientras tenemos estos dólares en la operación, el dólar se devalúa un 2,5% frente al euro. Como es lógico, nuestros dólares pierden valor, y nuestros 751,88 euros pasan a convertirse en 733,08 euros, perdiendo así sólo 18,8 euros, lo que es una diferencia substancial con respecto a los 206,77 euros que perdíamos con la misma operación realizada en acciones.

Aunque pueda parecer en un principio algo complejo operar con CFDs, la forma de ejecutar las operaciones y todos los detalles que la envuelven es exactamente igual que con las acciones y, entre otras muchas, tiene la ventaja de la baja exposición al efecto divisa. Muchos teméis el efecto apalancamiento de estos productos, y no os falta razón, pero la solución es tan fácil como no apalancarse. Ya os conté que apalancarse o no es algo voluntario, no es obligatorio, por lo que si somos responsables y tenemos pensado comprar 1.000 acciones de Sanmina Corp. para llevarla a cabo con CFDs, tendremos que comprar exactamente la misma cantidad, es decir 1.000 CFDs, y nuestra inversión sería exactamente la misma que con acciones pero con un efecto divisa controlado.

Algunos profesionales dicen que invertir sobre divisas es más apasionante… Para los inversores que buscamos rendimientos sostenidos en el tiempo, la pasión no nos compensaría de las posibles pérdidas que puede llegar a tener el efecto divisa sobre nuestras inversiones… es demasiado alto si no las protegemos.