En este artículo, analizamos la posibilidad de aprovechar las posibles caídas de la bolsa para aumentar nuestro capital a través de una operatoria muy frecuente (y más aún en los mercados desarrollados), que es la venta en corto o “short sale”.

Otra alternativa muy popular para apostarle a la baja de los mercados es realizar estrategias con opciones, una operatoria que posee una liquidez menor a la de los activos subyacentes (las acciones o índices bursátiles) por la multiplicidad de las bases (strikes), pero que es muy usada a la hora de buscar protección.

Una opción es un derecho a comprar (call) o vender (put) determinado activo en determinada fecha. Es un derecho, no una obligación. Posee valor instrínseco y valor tiempo, ambos sumados para determinar el valor de la prima, es decir el precio de la opción.

La fórmula que nos da el valor al que debería cotizar una opción ha sido descubierta por Black&Scholes, lo que les valió el premio Nobel, y es muy usada por los operadores.

Las estrategias con opciones están sujetas a los distintos perfiles de riesgo de cada inversor en particular, por lo que es aconsejable siempre asesorarse con vuestro oficial de cuenta antes de tomar cualquier decisión.

Una de las estrategias de cobertura frente a una posible baja de los mercados es la de vender (o “lanzar” en la jerga bursátil) opciones de compra para protegerse sobre los activos en cartera. Es la estrategia denominada call cubierto o “covered call”, teniendo los activos en cartera.

Si se venden opciones de compra “en descubierto”, es decir sin tener los activos subyacentes, ya no es una estrategia conservadora sino puramente especulativa, y el riesgo se potencia dado que es una de las pocas maneras de perder más del 100%, y por definición, la pérdida puede ser infinita. Imagínese vendiendo algo que se deprecia con una baja de los mercados (la estrategia original) pero que se aprecia con una suba, en medio de un mercado alcista y hasta tanto no se cierre la posición, las pérdidas van en aumento en forma indefinida si no se tienen los activos con los cuales responder: habrá que salir a comprarlos en el mercado, cada vez más caros.

Las opciones se pueden asemejar a contratos de compañías de seguros. El que compra el call (opcion de compra) le transfiere el riesgo de que el activo baje al que vende el call. Por lo tanto, el que lo vende actúa como una compañía de seguros, aunque cobrando una prima para asumir ese riesgo y en cualquier momento pudiendo desarmar la estrategia si ve que el mercado se da vuelta y adopta una tendencia alcista (recompra los opciones vendidas).

La segunda estrategia más usada es la de comprar opciones de venta generalmente teniendo los activos subyacentes en cartera, solamente a modo de cobertura porque el precio de la prima (el precio del put) subirá cuando los mercados caigan. Es el denominado “protective put”.

El lector recordará cuando en su momento se habló del “Bernanke Put” en referencia a la estrategia de cobertura dada por la política monetaria expansiva y mediante una continua baja de tasas de interés de referencia aplicada por la Reserva Federal que sostenía los precios y le daba un resguardo al inversor en los mercados accionarios.

La opción de venta (put) nos da el derecho pero no la obligación de vender un determinado activo a un determinado precio en una fecha establecida en el futuro. Si el mercado baja y la opción es ejercible, al vencimiento vendo mis acciones al precio estipulado de antemano, con una ganancia respecto al precio de mercado de ese momento, en una estrategia claramente defensiva. Si el mercado sube, limitaré mi posible ganancia (la mejor estrategia hubiese sido no hacer nada, es decir: no comprar el put).

Si se tienen los activos es una estrategia conservadora, y si se compran opciones de venta sin tener los activos subyacentes es puramente una estrategia especulativa, ambos realizados con la intención de ganar plata cuando los mercados bajen.

En el caso de querer vender si -en lugar de comprar- opciones de compra “en descubierto”, es decir sin tener los activos subyacentes, el riesgo también se potencia, y aquí también la pérdida puede ser mayor al 100% del monto invertido. Imagínese vendiendo algo que se aprecia con una baja, pero que en medio de un mercado alcista pierde valor: hasta tanto no se cierre la posición las pérdidas van en aumento.

Generalmente las estrategias con opciones como medio de cobertura se realizan cuando los precios de los activos son altos, se observa un mercado lateral o con leve tendencia bajista y no se quiere desprender de las acciones que se tienen en cartera.

La mayoría de las bases de las opciones se operan por lotes de 100 acciones. Hay opción de 10 o de otros valores más raros de encontrar cómo 50, pero en la mayoría de los casos se compran y venden lotes de 100 acciones.

La compra con lanzamiento cubierto como protección también suele ser un negocio de tasas de interés, dado que al igual que el mercado de futuros de un activo con una curva de rendimiento con determinada pendiente, existe un rendimiento implícito detrás. Como las fechas de vencimiento son dispares entre activos y países, para entender su rentabilidad siempre se las anualiza.

Pero cuidado con usar opciones cualquiera de las dos alternativas descritas más arriba, porque el riesgo de movimiento de precio puede estar subestimado; hay que tener en cuenta que la cobertura puede ser parcial y puede transformarse en un rendimiento negativo. En ese caso, habrá que aumentar la cantidad de lotes vendidos (calls) o comprados (puts).