La caída careció de un catalizador obvio y se produjo a pesar de una impresión PMI manufacturera en el Reino Unido más fuerte de lo esperado para noviembre, aunque las incertidumbres persistentes del Brexit parecían ser uno de los factores clave que continuaban afectando el sentimiento en torno a la Libra Británica.
Mientras tanto, el dólar estadounidense recuperó una parte de la pronunciada caída inicial, liderada por el último optimismo sobre la tregua comercial entre Estados Unidos y China, y siguió colaborando para agravar la presión de venta.
Sumado a esto, las posibilidades de algunas ventas técnicas por debajo del soporte de 1.2725 (mínimos mensuales de noviembre) ejercieron cierta presión descendente adicional y arrastraron al par a su nivel más bajo desde fines de octubre.