Siendo los mercados un ambiente estresante por naturaleza, la construcción de la confianza en uno mismo es importante, sobre todo en un entorno competitivo en el que el adversario es la gran masa que intenta sacar provecho de y antes que uno.

De ahí la relevancia de tener una mente despejada y enfocada en el trading para tener éxito. Los pecados capitales del trader a la hora de operar se derivan muchas veces de problemas psicológicos muy fáciles de detectar, pero muy difíciles de corregir porque lleva tiempo y sobre todo perseverancia para poner en práctica un método con la mente enfocada en el trading.

Uno de los reconocidos problemas psicológicos que afectan a un operador es la impulsividad, es decir hacer las cosas sin pensar. Es consecuencia de la frustración y de la emoción. La impulsividad es muy común, porque nuestras emociones nos impulsan a actuar, muchas veces en forma irracional o contraria a nuestro plan, incluso cuando la mejor opción es quedarnos quietos sin operar. Muchas veces estar líquido (cash) es la mejor elección si no está clara la tendencia.

Pero tanto o más importante constituye la dilación: no hacer las cosas tal y como se han planeado. Es como engañarse a si mismo, diciendo que vamos a hacer tal cosa y después no hacerla. La dilación es consecuencia de la preocupación y de la ansiedad, el temor a tener como resultado posibles consecuencias negativas. Ambos comportamientos llevan a situaciones en las cuales el trader falla a la hora de en actuar basado en sus ideas y planes.

El miedo es la principal emoción que influye y que produce la dilación. Principalmente el miedo a perder dinero, por eso hay que pensar el mercado como operaciones en las que se gana o se pierde un porcentaje, no dinero. El miedo a no tener razón hace que perdamos tiempo en repasar los fundamentales de un posicionamiento. El miedo a que el mercado no se comporte como uno espera tiene que ver con el miedo de tener mala suerte: contra eso hay que entender la teoría de las probabilidades.

En el polo totalmente opuesto al miedo se encuentra la confianza, la que “mueve montañas” y puede explicarlo todo. Pero un exceso de confianza nos puede llegar a jugar una mala pasada si nos salimos de ese corsé que cualquier trader debería tener para contener pérdidas mayúsculas.

La avaricia, por otro lado, es el deseo de poseer y acumular riquezas: es muy peligroso pensar en lo que uno no tiene aún, porque no nos dejará tener la mente despejada para invertir. Es como querer adelantarse a los hechos. La tentación es muy grande y sobran los ejemplos de traders que han hecho fortunas operando online con un simple laptop desde su casa, pero esos casos son los menos, y los más arriesgados con seguridad.

La esperanza es un sentimiento muy fuerte que se aplica generalmente una vez que se cometió el error. Uno tiene confianza de antemano, pero se tiene esperanza o fe una vez que entró en el juego y puede ser el responsable de los errores fatales por no seguir el plan de trading, o no respetar un riesgo determinado: cuando se está perdiendo dinero en un trade y no se aplica un stop loss, uno puede verse tentado a duplicar la apuesta, es decir promediando el trade. Equivale a comprar el doble y asumir más riesgo porque creemos que, finalmente, el mercado se va a mover a nuestro favor.

La esperanza lleva a la conocida acción de promediar, es decir comprar más de lo mismo en una posición perdedora. Promediar una posición solo puede justificarse cuando realmente uno sabe más que el mercado, es decir se cuenta con información confidencial (inside information), o bien cuenta con más espacio para un rebote cuando los indicadores técnicos (technicals) nos dicen que es momento de volver a apostar a favor de un activo. Pero ninguna de las dos cosas generalmente aplican, porque si no se cuenta con información privilegiada, se estará frente a un juego denominado “martingalas”, peligroso de jugar: se puede duplicar (por ejemplo) la apuesta toda vez que sale perdedora. El riesgo es que para recuperar el 50% de pérdida por ejemplo, se tiene que apostar un 100% más para volver al equilibrio original. Tener una “corazonada” no es suficiente para recuperar lo perdido.

Pasarse a un tren que avanza más rápido a veces tiene más sentido que encapricharse con que tenemos la razón y el mercado no, porque el mercado siempre tiene la razón a corto plazo, por más que a largo plazo esté equivocado y se haya estado operando en una burbuja.

¿Cómo reducir al máximo los riesgos de tener una mente poco enfocada?

La manera de controlar los sentimientos y operar con la mente despejada y enfocada en el trading sin pasar por un psicólogo es primero entender que existen estos riesgos, tendencias y defectos psicológicos. Que están en la mente, que se pueden corregir, pero que hay que hacerlo a tiempo. Nadie puede sanar si no acepta primero que está enfermo y luego debe poseer la voluntad de corregir esas desviaciones.

En ese sentido son de gran ayuda los diálogos constantes tanto de las personas más cercanas en la oficina donde uno opere, o compartiendo opiniones vía telefónica con colegas. Por otro lado deberá conocer la dinámica real de los mercados. Formarse es otra manera de combatir con más herramientas. Contar con una guía y un apoyo profesional siempre es un plus, y los bancos y los brokers son los grandes responsables de proveer servicios en ese sentido mediante el análisis, charlas/desayunos y presentaciones, acceso a sus analistas, etc. Contar con un resumen detallado de todas las transacciones realizadas y de por qué se invirtieron en esas operaciones contribuye mucho además a estabilizar la operatoria emocional y entender por qué se tomaron esas decisiones para saber en qué uno se ha equivocado.