Hoy en día, apostar a la baja del mercado o de un activo en particular es casi tan sencillo como tomar una posición alcista. Esto abre un amplio abanico de oportunidades para los operadores, que logran beneficiarse en diferentes contextos de mercado. A continuación, algunos puntos importantes a tener en cuenta a la hora de tomar posiciones bajistas.

En los mercados de acciones se puede apostar a la baja mediante una operatoria conocida como venta en corto o short selling. Básicamente, esto implica pedir un activo prestado al broker, y venderlo en el mercado sin nunca haberlo comprado. El punto central es que le debemos al broker el activo en cuestión, no una cantidad de dinero.

Si vendemos a un precio alto y luego compramos a un precio bajo, porque efectivamente la apuesta fue acertada y el activo cayó de precio, podemos embolsar como ganancia la diferencia entre el precio de venta inicial y el precio de compra final. Por supuesto, si el activo sube de precio deberemos enfrentar las pérdidas.

Existen algunas diferencias importantes cuando analizamos una apuesta alcista o bajista. En primer lugar, las matemáticas de los retornos no son iguales. Cuando compramos, el precio puede subir en forma ilimitada, por lo tanto las ganancias posibles son teóricamente infinitas. En cambio, el precio no puede caer a menos de cero. Esto significa que en una venta en corto la máxima ganancia potencial es de 100% del capital, mientras que las pérdidas posibles no tienen un límite establecido con anticipación.

Además, la exposición de nuestro portafolio evoluciona en el tiempo de manera diferente. Cuando estamos comprados y una acción sube mucho de precio, es probable que pase a representar un porcentaje mayor de nuestra cartera, toda vez que el retorno del activo en cuestión supere al retorno del resto de los activos en el portafolio.

En cambio, si estamos comprados y baja abruptamente de precios, lo más probable es que el nivel de exposición se vea reducido, ya que el activo representará una porción menor de nuestras tenencias totales.

En el caso de una venta en corto, la exposición de nuestro portafolio ante los movimientos de precios en el activo funciona en forma inversa. Si el activo sube de precio, generando una pérdida, la exposición puede ir en aumento, al menos en términos monetarios. Ante un precio más elevado, el monto de capital en la posición se incrementa.

Esto tiene implicancias muy importantes en cuanto a la ecuación de riesgo y retorno en el tiempo. Cuando compramos un activo, si la apuesta no es demasiado grande, podemos esperar el tiempo que sea necesario hasta que suba de precio. Incluso si el precio baja, el riesgo del portafolio ante estas caídas de precio tiende a reducirse.

En cambio, con una venta en corto, el riesgo tiende a aumentar cuando el precio se mueve en contra de la posición. Esto quiere decir que el inversor no dispone de una cantidad ilimitada de tiempo para esperar que los precios cambien de tendencia.

Además, no debe perderse de vista que tenemos una deuda con el broker, y el mismo se reserva el derecho de obligarnos a cancelar esta operación si considera que el riesgo es demasiado elevado. Entonces puede suceder que tengamos una posición de venta en corto que se mueva en nuestra contra, y para mantener a raya el riesgo el broker nos fuerce a cerrarla, sin permitir el tiempo necesario para un cambio de tendencia.

Así, las cosas, cuando tomamos una posición en corto, el timing de la operación es tanto o más importante que la selección del activo en si mismo. Saber cuándo vender en corto puede ser más determinante que seleccionar qué activo vender.

Un error muy común en este sentido es tomar posiciones en corto en activos que están en tendencia alcista al considerar que los mismos se encuentran sobrevalorados. En estos casos, conviene tener en cuenta que las tendencias de precios suelen permanecer vigentes más tiempo que el esperado, muchas veces sorprendiendo a los analistas, incluso cuando los precios parecen excedidos desde el punto de vista de la valuación.

Teniendo esto en cuenta, a la hora de apostar en corto, es mejor esperar a un cambio de tendencia de precios en lugar de tratar de anticipar el mismo. Incluso si seleccionamos el activo indicado, entrar demasiado temprano en la posición puede ser un error muy costoso, y no existen garantías de que podamos sostener en el tiempo una posición con un potencial de pérdida ilimitado y cuya exposición aumenta en la medida en que aumentan las pérdidas.