Últimamente se oye mucho la palabra inflación, sin embargo hay mucha gente que desconoce el significado de ésta. En el post de hoy intentaré explicarlo de una forma sencilla que pueda entender todo el mundo.

¿Qué es la inflación?

La inflación, en economía, es el aumento medio de los precios de los bienes y servicios a lo largo del tiempo. Siempre debe medirse referenciada a un periodo. Por ejemplo, se puede hablar de la inflación interanual, si comparamos los precios de hoy con los de hace un año. Éste es, con mucho, el periodo que más se utiliza.

Tipos de inflación

La inflación, dependiendo del grado o velocidad de aumento en el nivel promedio de los precios, recibe distintos calificativos:

Deflación: En el caso en el que los precios bajen con respecto al periodo anterior. Suele producirse por un desequilibrio entre la oferta y la demanda. Si existe demasiada oferta (de productos) y demasiada poca demanda (generalmente por falta de dinero) los precios tienen que bajar. Estos periodos suelen estar asociados a las crisis económicas.
Inflación moderada. La inflación moderada se refiere al incremento de forma lenta de los precios. Cuando los precios son relativamente estables, las personas se fían de este, incentivando la inversión del capital acumulado.
Hiperinflación. Es una inflación anormal en exceso. Se produce cuando hay desequilibrio entre oferta y demanda (poca oferta o demasiada demanda). Puede producirse en épocas de escasez (como guerras o desastres naturales, por ejemplo en la Segunda guerra mundial, Alemania sufrió inflaciones del 1.000.000.000.000%) o cuando hay un exceso desmedido de dinero (por ejemplo durante la fiebre del oro en el oeste americano)
Es una verdad aceptada por la mayoría de los economistas que una inflación cercana a 0% pero positiva es buena para la economía. Por ello, desde hace mucho tiempo, los estados se han dado cuenta de que controlar la inflación era primordial. Empezaron permitiendo solo al estado acuñar moneda, y acabaron, en la época moderna, vendiendo dinero (préstamos).

Los bancos centrales y el control de la inflación

Existen muchas teorías y métodos para intentar controlar la inflación. Uno de ellos es el que llevan a cabo los bancos centrales.

Cuando se dice “el Banco Central Europeo ha fijado el precio del dinero al 1%” (en realidad se refieren al precio de salida de la subasta, el precio final puede ser un poco más alto), nos están diciendo que presta dinero a los bancos privados a un tipo de interés dado. El banco privado hará negocios con ese dinero (que se supone que le darán más beneficio que el tipo de interés que le cuesta el préstamo del Banco Central) y se lo devolverá cuando hayan acordado.

¿Pero de donde saca el Banco Central el dinero para prestárselo a los demás? Básicamente de las reservas que tiene, y si ni con eso es suficiente, simplemente imprimiendo más billetes, lo que aplicado a la práctica significa pulsar una tecla para modificar sus bases de datos. Tan sencillo como eso.

El control de la inflación a través de los tipos de interés se puede resumir de la siguiente manera:

En caso de entrar en deflación (típicamente por una crisis), el Banco Central vende el dinero a un tipo de interés muy bajo: el 1%, el 0,5% o incluso el 0%. De este modo, los bancos se lo prestarán a sus clientes con un tipo de interés también muy bajo. Como es muy bajo, habrá muchos de estos clientes que pedirán un préstamo para montar empresas, generar negocio y finalmente salir de la crisis. A la vez, como hay más dinero en circulación, esto provocará que la inflación suba, dejando de ser negativa.
En caso de que la inflación comience a subir demasiado, el Banco Central empieza a vender el dinero a un tipo muy alto: el 3%, el 4%, el 5%,…(a principios de los noventa, los tipos en España rondaban el 12% anual). De este modo, si los bancos se lo prestan a sus clientes, será a un tipo muy alto; se supone que de este modo se pedirán pocos préstamos, y, por lo tanto, el Banco Central no venderá mucho dinero. Además los préstamos que haya concedido anteriormente el Banco Central irán venciendo, los clientes se lo devolverán a los bancos y los bancos al Banco Central y este lo destruirá. Así que lo que se está haciendo es retirar dinero de circulación. Al haber menos dinero, los precios dejarán de subir o incluso bajarán, moderándose la inflación.

Las consecuencias de la inflación


Como hemos visto, una inflación cercana a 0% pero positiva es buena. El precio del dinero no se devalúa mucho, la economía crece, se incentiva la inversión y creación de empresas, disminuye el paro, … Es por así decirlo la situación ideal.

Pero, qué ocurre cuando para salir de una crisis (como es la actual), se fuerza un aumento de la inflación por parte de los Bancos Centrales?

Esta situación es propicia para los estados ya que consiguen un doble objetivo:

Mientras los tipos están bajos los gobiernos emiten toda la deuda posible, para refinanciarla. Al crear inflación, se rebaja el valor real del dinero a devolver y de esta forma se disminuye en gran medida la carga de esa deuda.
Por otra parte, con una moneda débil, se favorecen la competitividad del país en cuestión frente al resto de países con monedas más fuertes.
Qué significado tiene esa inflación para el ciudadano de a pie?

Hay una frase que dice: “la inflación es el impuesto de los idiotas”. El porqué es muy sencillo. Si hay inflación, es porque han subido los precios. El dinero de la gente vale menos y necesita más dinero en efectivo para su día a día. Por ello, el Banco Central necesita imprimir más billetes, quedando esos billetes recién impresos a disposición del estado.
Es decir, parte del valor del dinero de los ciudadanos ha pasado al estado: el estado tiene más dinero que ha aparecido pulsando una tecla y la gente tiene el mismo dinero con un valor inferior. Esto no deja de ser un impuesto.