A la hora de invertir en un instrumento de deuda de una empresa o de un país, se debe determinar si el emisor será capaz de cumplir con las obligaciones vinculadas a sus emisiones de deuda. Para ello, es necesario contar con evaluaciones independientes y objetivas de la calidad crediticia de las empresas y los países, que efectúan las empresas calificadoras de riesgo.

Las tres mayores agencias de rating crediticio son Standard & Poor's, Fitch y Moody's. Pero existen otras calificadoras de renombre e importancia en ciertos países, como la canadiense Dominion Bond Rating Service (DBRS), las chinas China Chengxin Credit Rating Group y Dagong, o la japonesa Japan Credit Rating Agency (JCR), entre otras.

En la Argentina, por ejemplo, una reforma habilitó recientemente a las Universidades a que puedan otorgar determinados ratings.

Las calificadoras evalúan básicamente las siguientes variables:

Capacidad y probabilidad de repago de la deuda.
Naturaleza, disposiciones y condiciones de la obligación.
Protección en caso de quiebra, reestructuración u otros casos que afecten los derechos de los acreedores.
El dinero que es captado por una empresa bajo la forma de endeudamiento se puede dedicar a la investigación y el desarrollo, inversión de capital (CAPEX), recompra de acciones, dividendos, etc. Pero no siempre las cosas salen como planeado. Y ese dinero en la compañía crea una obligación cuyo costo supera al beneficio de invertirlo en alguna de esas alternativas.

Para un gobierno se mide la capacidad de reparar esa deuda a través de los recursos tributarios o su capacidad de refinanciar esos vencimientos. Allí debe estar la calificadora de riesgo para anticipar esos problemas.

En una escala decreciente en función del incremento del nivel de riesgo, la calificación “AAA” supone la mayor calidad crediticia que ofrece a los inversores la mayor protección para el pago del capital y los respectivos intereses. Las beneficios de estos emisores se consideran estables, la estructura de la industria en la que opera la entidad es fuerte, y las perspectivas de rentabilidad futura es favorable.

Por el contrario, las calificaciones de crédito “AA” son de una excelente solvencia y protección de los intereses y del principal se considera alta y difieren de los bonos con calificación “AAA” sólo para un pequeño grado.

El rendimiento es medido o bien en porcentaje, o bien en puntos básicos, siendo 100 de ellos equivalentes a un punto porcentual. La diferencia entre dos rendimientos se denomina "spread".

El spread entre calificaciones altas y aquellas más bajas es grande durante épocas de mercados volátiles. A modo de ejemplo, y tomando como referencia los índices del Bank of America Merrill Lynch para el año 2011 durante la crisis de la deuda europea, el spread entre el endeudamiento de los emisores de bonos con calificación “AAA” y los emisores “AA” alcanzaron un máximo en torno al 1%, mientras que al cierre de esta nota, con niveles de riesgo de mercado más razonables, el mismo era de apenas 0,16% o 16 puntos básicos.

El grado de aversión al riesgo del mercado lo podemos ver fácilmente a través del índice de volatilidad implícita VIX, detrás de las opciones del ETF "SPY".

El rating “AAA” es cada vez menos común, por lo que el mantenimiento de calificaciones de grado de inversión (por encima de “BBB-“) parece ser el nuevo objetivo luego de las sucesivas crisis fiscales y de deuda (aún no resueltas) en la última década.

Para Standard & Poor's, todos estos países son AAA: Canadá, Reino Unido, Australia, Suecia y Dinamarca. Muy cerquita, con AA+, se ubican Bélgica, los Estados Unidos, Francia y Austria. Pero para Fitch y Moodys's, EE.UU. es AAA. No siempre coinciden los ratings y mi experiencia me indica que si los bonos tienen dos calificaciones de determinado Rating entre las tres grandes calificadoras, ése es el riesgo.

Se exponen más abajo los ratings de deuda a largo plazo, es decir para un vencimiento igual o superior a un año.

Las calificaciones de ‘AA’ a ‘CCC’ pueden modificarse agregándoles un signo de más (+) o menos (-) para mostrar su posición relativa dentro de las principales categorías de calificación:

AAA – La calificación más alta. El emisor tiene una capacidad para cumplir con sus compromisos financieros EXTREMADAMENTE FUERTE.

AA – El emisor tiene una capacidad para cumplir con sus compromisos financieros MUY FUERTE.

A - El emisor tiene una capacidad para cumplir con sus compromisos financieros FUERTE, aunque está más expuesto a los efectos adversos derivados de cambios en las circunstancias económicas que las anteriores.

BBB – Esta calificación se otorga a los títulos que presentan parámetros de protección adecuados. Condiciones económicas adversas o cambios coyunturales probablemente conduzcan al debilitamiento de la capacidad del emisor para cumplir con sus compromisos financieros.

Debajo de los bonos BBB- se encuentran aquellas obligaciones que se consideran especulativas:

BB – Las obligaciones que reciben esta calificación son MENOS VULNERABLES a incumplimiento que otras emisiones especulativas. No obstante tiene un grado de incertidumbre y están expuestas ante situaciones adversas de índole financiera, económica o del negocio, que pueden hacer que el emisor no tenga una capacidad adecuada para cumplir con sus compromisos financieros.

B – Un título que recibe está la calificación B es MÁS VULNERABLE que las anteriores. Aunque el emisor presenta capacidad para cumplir con sus compromisos financieros, condiciones adversas del negocio, financieras o económicas, es probable que perjudiquen la capacidad del emisor para cumplir con sus compromisos financieros.

CCC – Esta calificación significa que la obligación que la recibe es ACTUALMENTE VULNERABLE a un incumplimiento de pago y que en caso de de condiciones adversas del negocio, financieras o económicas, el emisor probablemente no tendrá capacidad de cumplir con sus compromisos financieros sobre la obligación.

CC – Una obligación recibe esta calificación porque es considerada ACTUALMENTE MUY VULNERABLE a un incumplimiento de pago.

C - Son aquellas obligaciones consideradas muy vulnerables a un incumplimiento de pago, presentan atrasos de pago permitidos por los términos incluidos en los documentos de la obligación, o están sujetas a la solicitud de quiebra o acción similar de parte del emisor pero no han presentado incumplimiento de pagos.

D - Reciben esta calificación aquellas obligaciones que se encuentran en incumplimiento de pagos. Se utiliza cuando los pagos no se realizan en la fecha en que vencen incluso cuando el periodo de gracia aplicable no ha expirado o cuando se ha solicitado la petición de bancarrota.

NR - Indica que no se le ha asignado ninguna calificación a la emisión.