El mundo de los bonos es amplio y hasta complejo en algunos casos. Existe un subgrupo de bonos muy especiales: aquel que posee opciones incorporadas en su estructura, que son todos aquellos bonos que incluyen opciones especiales tanto para el emisor (los más comunes) como para el inversor, siendo estos últimos más raros de encontrar.

1) Los bonos rescatables, o los denominados “callable bonds”, incluyen la opción para el emisor de solicitar la recompra del bono en una fecha y precios determinados. Algunos bonos pueden ser rescatables si las condiciones macroeconómicas / impositivas en las que fueron emitidos cambiasen, por lo tanto el emisor puede recomprarlos a un precio establecido. Un bono de estas características le da la posibilidad al emisor de rescatar el bono en un momento futuro del tiempo a un precio de ejercicio determinado, generalmente (aunque no siempre) a la par, es decir a 100 de valor nominal la lámina de 100.

¿Cuáles son los motivos por los cuales una empresa o gobierno quisiera rescatar un bono emitido? En primer lugar, porque puede haber cambiado el riesgo de la empresa (que haya bajado en este caso) o bien porque cambiaron las condiciones de mercado en general, y puede conseguir una mejor tasa (más baja) emitiendo un bono nuevo con menor cupón. Para que le sirva a la empresa, el precio de los bonos en el mercado no debería se inferior al precio de ejercicio.

Tomemos el ejemplo de un bono de 30 años que es rescatable a la par a los cinco años y tiene una tasa de cupón del 7%. Y asumamos que a los cinco años, las tasas de interés y tasas de cupón para los nuevos bonos a 30 años es del 5%. En esas condiciones, el emisor rescatará los bonos porque la deuda en ese momento podrá ser refinanciada a una tasa menor, y viceversa, no haría nada si las tasas de interés suben hasta 9%.

El precio de ejercicio o “call price” es fijado a la par generalmente para bonos (en valor nominal 100) o bien en acciones preferidas (con un valor nominal 25). Pero puede ser distinto.

La fecha para ejercer el rescate, o “call price”, es arbitraria, pero generalmente se encuentra en valores del promedio de vida de la madurez de un bono, es decir a mitad camino entre la fecha de emisión y la de vencimiento. Pero pueden haber distintos precios de rescate en distintas fechas para un mismo bono, es decir, distintas opciones contenidas en el contrato del bono.

Importante: el inversor debe siempre tomar en cuenta el valor de rescate o “call price” que dará lugar a una tasa de rendimiento diferente a la Tasa Interna de Retorno (TIR) común (o “yield-to-maturity”) antes de tomar una decisión de compra de un bono con opción de recompra por parte de un emisor. De más está decir que un bono que posee una opción de rescate a favor de este tipo tendrá una TIR menor a la de un bono común, un descuento en su precio que refleja la probabilidad de no poder materializar la TIR hasta el vencimiento, ya que vence antes y a un precio menor al mercado.

En síntesis: porque los bonos rescatables son un beneficio para el emisor en detrimento del poseedor del bono (porque pueden ser rescatados, eliminando su inversión), los emisores de estos bonos deben pagar una prima encima del valor nominal para incluir una característica redimible dentro de los términos del bono.

Tampoco la empresa o gobierno emisor debería causarle una pérdida de capital muy grande al acreedor porque sino le será muy difícil volver a colocar títulos en el mercado.

Este tipo de bonos es ampliamente utilizado en los mercados internacionales, dado que tiene la ventaja para el emisor de que si los tipos de interés bajan puede recomprar la antigua emisión y lanzar al mercado otra con un tipo de interés menor para sustituirla.

Otros bonos de este tipo que suelen ser rescatados antes de tiempo son los bonos de agencia de los Estados Unidos (o “agencies”), cuando las tasas de interés bajan y se van rescatando las hipotecas. Los calls adheridos es una cláusula muy común en las obligaciones negociables o bonos corporativos, por lo que leer bien las cláusulas de emisión (covenants o indentures) debería ser una tarea ineludible a la hora de tomar una decisión de compra.

2) Los bonos con opción de venta ("put option") incluyen la opción para el inversor de vender el bono al emisor en una fecha y precios determinados. La TIR de estos bonos si se tomase en cuenta esa opción y es ejercible es mayor que la TIR común, porque representa un valor que es totalmente identificable. Dichos bonos debería tener un sobreprecio en el mercado respecto a uno que no posee dicha cláusula.

Si el precio de mercado es menor al precio del ejercicio de la opción de venta, más alta será la TIR porque implicará que tiene un precio fijo de venta más elevado que el precio que dice el mercado que debería tener, por lo tanto, genera valor para el inversor.

3) Los bonos Convertibles Contingentes (CoCos o Contingent Convertibles) son un producto intermedio entre las acciones y los bonos. En realidad, es un híbrido entre renta fija y renta variable. La empresa (el emisor no puede ser un soberano) lanza una emisión de bonos al mercado con una rentabilidad fija, y establece la posibilidad del emisor de convertir el equivalente en dinero de ese bono en acciones, siempre y cuando haya un disparador que está escrito en el prospecto de emisión. Por ejemplo, si un banco se descapitaliza o si ocurre determinado evento generalmente poco fortuito para la empresa, que se cubre así de evitar seguir tan endeudada, a costo del tenedor de esos bonos que son convertidos a acciones.

Al convertirlos, la empresa entrega acciones nuevas, por lo que siempre representan una amenaza para el accionista ordinario preexistente.

4) Los bonos convertibles son un bono más una opción para comprar una determinada cantidad de acciones nuevas a un precio dado. También hay bonos soberanos que tienen warrants por los que puede comprar otro bono. Estos bonos, al igual que cualquier otro, tienen el derecho a percibir un interés y la amortización del principal, pero incorporan una opción de adquisición o suscripción de acciones de la entidad emisora. La opción de compra de acciones puede ser a un precio fijo o variable, y puede realizarse en una fecha determinada o en sucesivos momentos de la vida del título. El coeficiente de conversión suele depender de la cotización de las acciones subyacentes durante un cierto período anterior a la fecha de conversión.

Para operar los bonos, o bien se compra con el banco o broker en forma directa, o bien indirectamente: en este último caso, los inversores con cuentas abiertas en Brokers Online pueden hacerlo a través de los ETFs de renta fija. Las alternativas son amplias y variadas. Se puede invertir en un ETF de renta fija corporativa o soberana, en bonos de corto plazo del gobierno de los EE.UU. o de largo plazo, bonos con grado de inversión según las calificadoras o con grado especulativo, y muchas otras clasificaciones más.