Arlette
06-07-2018, 06:10 PM
La falta de dólares para mantenimiento y una estricta regulación de precios está por colapsar la industria local de aerolíneas en Venezuela, que ha visto mermar en un 80 por ciento la disponibilidad de aeronaves para rutas domésticas.
La crisis, que se suma al paulatino retiro de vuelos internacionales, deja desconectados a los venezolanos, que preferían viajar por aire para visitar a familiares, hacer turismo o chequeos médicos en la capital, donde se concentra la mayoría de los servicios.
Es el caso de Ismélida Fernández quien acompañó a su hermana a Caracas desde la isla Margarita, en el oriente del país, para atenderse un tumor en la cabeza y debieron esperar más de 24 horas para obtener un cupo de regreso.
“Mi hermana estuvo toda la noche llorando con dolor(...) Se siente una gran impotencia”, contó la mujer.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, culpa de la crisis a una “guerra económica” orquestada por Washington y sus aliados contra su Gobierno, pero críticos la atribuyen a férreos controles de cambio y de precios, además del declive de la producción petrolera, principal fuente de divisas de la nación.
En un país azotado por la hiperinflación y en su quinto año de recesión, muchas aerolíneas locales se han visto obligadas a recortar su flota, ahora reducida a unas 20 aeronaves en total de las 110 que había en 2015, según datos de agremiaciones.
“Hay una regulación que hace que los vuelos nacionales no sean rentables (...). El problema es que los costos reales están muy encima de lo que puede pagar el venezolano promedio”, comentó Nicola Furnari, jefe de la Asociación de Agencias de Viajes y de Turismo (Avavit).
El transporte por tierra tampoco es una solución por las deficientes vías y la alta criminalidad, sin contar que los transportistas también son golpeados por falta de repuestos y combustible.
La crisis, que se suma al paulatino retiro de vuelos internacionales, deja desconectados a los venezolanos, que preferían viajar por aire para visitar a familiares, hacer turismo o chequeos médicos en la capital, donde se concentra la mayoría de los servicios.
Es el caso de Ismélida Fernández quien acompañó a su hermana a Caracas desde la isla Margarita, en el oriente del país, para atenderse un tumor en la cabeza y debieron esperar más de 24 horas para obtener un cupo de regreso.
“Mi hermana estuvo toda la noche llorando con dolor(...) Se siente una gran impotencia”, contó la mujer.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, culpa de la crisis a una “guerra económica” orquestada por Washington y sus aliados contra su Gobierno, pero críticos la atribuyen a férreos controles de cambio y de precios, además del declive de la producción petrolera, principal fuente de divisas de la nación.
En un país azotado por la hiperinflación y en su quinto año de recesión, muchas aerolíneas locales se han visto obligadas a recortar su flota, ahora reducida a unas 20 aeronaves en total de las 110 que había en 2015, según datos de agremiaciones.
“Hay una regulación que hace que los vuelos nacionales no sean rentables (...). El problema es que los costos reales están muy encima de lo que puede pagar el venezolano promedio”, comentó Nicola Furnari, jefe de la Asociación de Agencias de Viajes y de Turismo (Avavit).
El transporte por tierra tampoco es una solución por las deficientes vías y la alta criminalidad, sin contar que los transportistas también son golpeados por falta de repuestos y combustible.