Andy Forex
03-08-2018, 08:27 PM
Sumido en su peor crisis política desde que llegó al poder, sin logros internacionales y con una economía que no despega, el presidente francés Emmanuel Macron padece del desencanto en Francia y Europa, pero esto no le impedirá seguir con sus reformas, estiman observadores internacionales.
"Hay un desencanto en Europa, sobre todo en Alemania, un tipo de desalineamiento de los astros", estima Nicolas Baygert, profesor de comunicación política en la Universidad Libre de Bélgica, informó AFP.
El mandatario francés "tenía una especie de estado de gracia en el extranjero, con la victoria de Francia en el Mundial de fútbol y la foto de Emmanuel Macron exultante como punto culminante", agrega.
Pero el antiguo niño mimado de la prensa internacional, que alababa su juventud, su tenacidad, su voluntad de reformar Francia, ha perdido brillo en quince meses de poder.
Macron "se ha caído de lo alto de su trono jupiteriano hasta encontrarse con los políticos comunes y falibles", resume el diario conservador alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung. "Fallo para el Rey Sol 2.0", escribe la agencia estadounidense Bloomberg, en referencia al aspecto monárquico del presidente.
Incluso sumido en una polémica por los actos de violencia cometidos por uno de sus colaboradores, Alexandre Benalla, "las instituciones europeas contaban mucho con él para que diese un nuevo soplo a Europa", explica Baygert, profesor en Sciences Politiques de París.
"Pero ahora, se ven los efectos limitados de sus reformas en el crecimiento económico o de su política internacional en Trump o Putin", agrega.
Estancamiento económico
Después de un alza, el crecimiento económico francés parece estancarse y es poco probable que el gobierno alcance su objetivo de 2%. El desempleo ha aumentado y se mantiene por encima de la media europea (9,2% frente a 8,3%).
A nivel internacional, Macron no ha logrado establecer su proyecto de un presupuesto común de la zona euro. No logró tampoco convencer a Donald Trump sobre el clima o Irán, ni imponerse diplomáticamente sobre la guerra en Siria.
En Francia, después de haber llevado a cabo una batería de reformas, la dinámica Macron ha perdido fuerza. Las semanas de polémica por el caso Benalla paralizaron los debates en el Parlamento, lo que obligó a postergar una de sus reformas más importantes, la revisión constitucional, y eso que el presidente había logrado superar otros escollos más graves, como una larga huelga de trabajadores de ferrocarriles, para lograr la prometida "transformación" de Francia.
La esperanza que levantó en el extranjero parece chocar con la realidad. "Se ha terminado el cuento de hadas", estima Baygert.
Un análisis que comparte Vincent Laborderie, de la Universidad Católica de Lovaina, para quien "si se miran los sondeos, el estado de gracia terminó hace mucho".
¿Consecuencias en sus reformas?
"El desafío es que este caso [Benalla] no tranforme a Emmanuel Macron en un Gulliver con las manos atadas", estima el historiador Christophe De Voogd en el diario conservador Le Figaro.
Algo que descarta Charles Grant, director del Center for European Reform de Londres. "Ha perdido un poco de prestigio, un poco del aura invisible que tenía. Pero Francia es un país tan centralizado que, incluso si se convierte en un presidente muy impopular, puede seguir haciendo cosas", señala.
"La locomotora Macron, que avanzaba pese a las huelgas y manifestaciones, está herida. Podría perder apoyo de la población pero cuenta con una mayoría (parlamentaria) para llevar a bien sus reformas", señala Baygert.
"El caso Benalla no tendrá consecuencias", abunda Vincent Laborderie. "Al contrario, para hacer olvidar este caso, va a seguir con sus reformas", estima.
"Hay un desencanto en Europa, sobre todo en Alemania, un tipo de desalineamiento de los astros", estima Nicolas Baygert, profesor de comunicación política en la Universidad Libre de Bélgica, informó AFP.
El mandatario francés "tenía una especie de estado de gracia en el extranjero, con la victoria de Francia en el Mundial de fútbol y la foto de Emmanuel Macron exultante como punto culminante", agrega.
Pero el antiguo niño mimado de la prensa internacional, que alababa su juventud, su tenacidad, su voluntad de reformar Francia, ha perdido brillo en quince meses de poder.
Macron "se ha caído de lo alto de su trono jupiteriano hasta encontrarse con los políticos comunes y falibles", resume el diario conservador alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung. "Fallo para el Rey Sol 2.0", escribe la agencia estadounidense Bloomberg, en referencia al aspecto monárquico del presidente.
Incluso sumido en una polémica por los actos de violencia cometidos por uno de sus colaboradores, Alexandre Benalla, "las instituciones europeas contaban mucho con él para que diese un nuevo soplo a Europa", explica Baygert, profesor en Sciences Politiques de París.
"Pero ahora, se ven los efectos limitados de sus reformas en el crecimiento económico o de su política internacional en Trump o Putin", agrega.
Estancamiento económico
Después de un alza, el crecimiento económico francés parece estancarse y es poco probable que el gobierno alcance su objetivo de 2%. El desempleo ha aumentado y se mantiene por encima de la media europea (9,2% frente a 8,3%).
A nivel internacional, Macron no ha logrado establecer su proyecto de un presupuesto común de la zona euro. No logró tampoco convencer a Donald Trump sobre el clima o Irán, ni imponerse diplomáticamente sobre la guerra en Siria.
En Francia, después de haber llevado a cabo una batería de reformas, la dinámica Macron ha perdido fuerza. Las semanas de polémica por el caso Benalla paralizaron los debates en el Parlamento, lo que obligó a postergar una de sus reformas más importantes, la revisión constitucional, y eso que el presidente había logrado superar otros escollos más graves, como una larga huelga de trabajadores de ferrocarriles, para lograr la prometida "transformación" de Francia.
La esperanza que levantó en el extranjero parece chocar con la realidad. "Se ha terminado el cuento de hadas", estima Baygert.
Un análisis que comparte Vincent Laborderie, de la Universidad Católica de Lovaina, para quien "si se miran los sondeos, el estado de gracia terminó hace mucho".
¿Consecuencias en sus reformas?
"El desafío es que este caso [Benalla] no tranforme a Emmanuel Macron en un Gulliver con las manos atadas", estima el historiador Christophe De Voogd en el diario conservador Le Figaro.
Algo que descarta Charles Grant, director del Center for European Reform de Londres. "Ha perdido un poco de prestigio, un poco del aura invisible que tenía. Pero Francia es un país tan centralizado que, incluso si se convierte en un presidente muy impopular, puede seguir haciendo cosas", señala.
"La locomotora Macron, que avanzaba pese a las huelgas y manifestaciones, está herida. Podría perder apoyo de la población pero cuenta con una mayoría (parlamentaria) para llevar a bien sus reformas", señala Baygert.
"El caso Benalla no tendrá consecuencias", abunda Vincent Laborderie. "Al contrario, para hacer olvidar este caso, va a seguir con sus reformas", estima.