Andy Forex
17-08-2018, 09:43 PM
El domingo, después del partido de fútbol o pádel, es posible que te «administres» una buena paella, y después duermas una merecida siesta. Por la noche, un poco dolorido, pero agradablemente cansado, dormirás del tirón. Las personas que concentran su ejercicio semanal en los días del fin de semana suelen también usar estos días para recuperar el sueño perdido durante las jornadas anteriores. Los estudios han comprobado que estas dos cosas, ejercitarse y dormir, compensan los daños de la falta de sueño y la inactividad, pero solo parcialmente. Es mejor hacer algo, aunque sea poco, todos los días.
El ejercicio mejora la calidad del sueño. Correr es ejercicio, así que si corres dormirás mejor, ¿verdad? No tan deprisa, porque la hora a la que te pones las zapatillas puede tener una gran influencia. En un estudio se comprobó que las personas que se levantaban temprano y hacían una carrera de 30 minutos tenían un sueño más profundo y con menos interrupciones esa misma noche. Sin embargo los efectos beneficiosos se iban perdiendo cuando se salía más tarde a correr. Los deportes de resistencia, especialmente si duran más de una hora, pueden interferir con el sueño cuando se hacen por la noche. Correr más tarde no equivale a un sueño más placentero.
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Parece mentira, pero demasiado ejercicio puede afectar al sueño en lugar de facilitarlo. Los ejercicios muy intensos, como el levantamiento de pesas, aumentan considerablemente los niveles de cortisol, la hormona del estrés que también se dispara para que el cuerpo se adapte al esfuerzo máximo para el que se le está requiriendo. Si el entrenamiento se realiza en las últimas horas del día, los niveles altos de cortisol interfieren con el posterior descanso, por eso es mejor dejarlo siempre para la primera mitad del día. Otra posible complicación es el sobreentrenamiento, uno de cuyos primeros síntomas es el insomnio.
El yoga o las clases de Pilates no solo te ayudan a ganar fuerza, estabilidad y flexibilidad, sino que además pueden mejorar la calidad de tu sueño. Las personas que tienen más dificultades para dormir, especialmente las de edad avanzada, ven cómo se despiertan bastante menos durante la noche cuando practican yoga. El motivo es que el yoga enseña a tu cuerpo a regular el cortisol, la hormona del estrés, ya que requiere concentrarse en la respiración, la ejecución de las posturas, y una gran dosis de relajación. Esto hace que tu cuerpo sea capaz de relajarse mucho más rápidamente cuando sufre alteraciones y eso beneficia de inmediato a tu sueño.
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El ejercicio mejora la calidad del sueño. Correr es ejercicio, así que si corres dormirás mejor, ¿verdad? No tan deprisa, porque la hora a la que te pones las zapatillas puede tener una gran influencia. En un estudio se comprobó que las personas que se levantaban temprano y hacían una carrera de 30 minutos tenían un sueño más profundo y con menos interrupciones esa misma noche. Sin embargo los efectos beneficiosos se iban perdiendo cuando se salía más tarde a correr. Los deportes de resistencia, especialmente si duran más de una hora, pueden interferir con el sueño cuando se hacen por la noche. Correr más tarde no equivale a un sueño más placentero.
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Parece mentira, pero demasiado ejercicio puede afectar al sueño en lugar de facilitarlo. Los ejercicios muy intensos, como el levantamiento de pesas, aumentan considerablemente los niveles de cortisol, la hormona del estrés que también se dispara para que el cuerpo se adapte al esfuerzo máximo para el que se le está requiriendo. Si el entrenamiento se realiza en las últimas horas del día, los niveles altos de cortisol interfieren con el posterior descanso, por eso es mejor dejarlo siempre para la primera mitad del día. Otra posible complicación es el sobreentrenamiento, uno de cuyos primeros síntomas es el insomnio.
El yoga o las clases de Pilates no solo te ayudan a ganar fuerza, estabilidad y flexibilidad, sino que además pueden mejorar la calidad de tu sueño. Las personas que tienen más dificultades para dormir, especialmente las de edad avanzada, ven cómo se despiertan bastante menos durante la noche cuando practican yoga. El motivo es que el yoga enseña a tu cuerpo a regular el cortisol, la hormona del estrés, ya que requiere concentrarse en la respiración, la ejecución de las posturas, y una gran dosis de relajación. Esto hace que tu cuerpo sea capaz de relajarse mucho más rápidamente cuando sufre alteraciones y eso beneficia de inmediato a tu sueño.
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