Andy Forex
17-08-2018, 09:47 PM
Hacer una valoración sobre el desempeño económico nacional es vergonzoso. Diariamente aparecen cálculos aterradores difíciles de digerir y medidas absurdas que quieren imponer. Por ejemplo, leer pronósticos de organizaciones especializadas sobre la posibilidad de alcanzar este año una cifra de 1.000.000% de inflación es inconcebible, o que la solución para detener la pérdida de valor de nuestra moneda pasa por aplicar una reconversión monetaria es una necedad.
Entre tantos exabruptos, uno tiende a preguntarse: ¿Qué clase de economía es esta? Nadie -en su sano juicio- podría declarar que es normal mantener por 15 años un control cambiario o que la reducción de 8 ceros de la moneda en 11 años es una muestra de fortaleza económica.
Hay que tener mucha desvergüenza para sostener que la crisis actual es consecuencia de una “guerra económica” cuando no ofreces ninguna garantía al emprendimiento, te dedicas a violar las leyes elementales de la economía y desprecias a la ciencia.
Hasta el cansancio está demostrado que los billardos de bolívares digitales que pagan las facturas de Pdvsa y los subsidios estatales no son la solución para superar los desequilibrios macroeconómicos. Vivir ocultando las estadísticas oficiales o aplicar ajustes de salario y bonos especiales al sector militar por encima del resto de los ciudadanos no será lo que nos permita ganarle a esta parálisis económica.
Además, es falso que una reconversión monetaria pueda eliminar la causa principal de la hiperinflación ni mucho menos sumará confianza al bolívar.
¿De qué economía estamos hablando cuando se da el lujo de no cobrarle impuestos a su principal industria?, ¿cuál es ese sistema económico que tiene el tupé de desembolsar miles de millones de dólares para subsidiar el consumo de gasolina?, ¿cuál modelo económico será ese en el que sus ciudadanos pueden gastar 3 salarios mínimos en la compra de un simple antibiótico? y ¿cuál esquema de producción económica que permite una caída acumulada en los últimos 6 años de casi 50%?
Y si levantamos la mirada fuera de nuestras fronteras es más desolador, pues, los activos que tenemos en el exterior serán totalmente tomados por demandas judiciales, y si no hay cambios, el default de la deuda internacional estará oficializado cuando lea este artículo.
Cada vez hay menos que repartir, ya vamos por una producción de 1,27 millones de barriles diarios, según la OPEP. Dentro de muy poco seremos un productor insignificante de petróleo. La mayoría cree que el futuro será aún más difícil. Aunque aquí nadie esté pensando en el largo plazo, porque el hambre es hoy, y además, no existe institucionalidad ni cultura política que ampare esta visión del mañana.
Al menos acordemos que todas estas distorsiones no son normales y que los efectos acumulados de todas las políticas económicas erráticas nos traerán más miseria colectiva. Invoquemos un poco la racionalidad y pactemos que si no atendemos la depresión económica, entonces un torbellino va a arrasar con lo poco que queda en pie. No crean que están sobreviviendo un día más, al contrario, están disfrutando un día menos de abuso y poder. El desplome es tarde o temprano.
Entre tantos exabruptos, uno tiende a preguntarse: ¿Qué clase de economía es esta? Nadie -en su sano juicio- podría declarar que es normal mantener por 15 años un control cambiario o que la reducción de 8 ceros de la moneda en 11 años es una muestra de fortaleza económica.
Hay que tener mucha desvergüenza para sostener que la crisis actual es consecuencia de una “guerra económica” cuando no ofreces ninguna garantía al emprendimiento, te dedicas a violar las leyes elementales de la economía y desprecias a la ciencia.
Hasta el cansancio está demostrado que los billardos de bolívares digitales que pagan las facturas de Pdvsa y los subsidios estatales no son la solución para superar los desequilibrios macroeconómicos. Vivir ocultando las estadísticas oficiales o aplicar ajustes de salario y bonos especiales al sector militar por encima del resto de los ciudadanos no será lo que nos permita ganarle a esta parálisis económica.
Además, es falso que una reconversión monetaria pueda eliminar la causa principal de la hiperinflación ni mucho menos sumará confianza al bolívar.
¿De qué economía estamos hablando cuando se da el lujo de no cobrarle impuestos a su principal industria?, ¿cuál es ese sistema económico que tiene el tupé de desembolsar miles de millones de dólares para subsidiar el consumo de gasolina?, ¿cuál modelo económico será ese en el que sus ciudadanos pueden gastar 3 salarios mínimos en la compra de un simple antibiótico? y ¿cuál esquema de producción económica que permite una caída acumulada en los últimos 6 años de casi 50%?
Y si levantamos la mirada fuera de nuestras fronteras es más desolador, pues, los activos que tenemos en el exterior serán totalmente tomados por demandas judiciales, y si no hay cambios, el default de la deuda internacional estará oficializado cuando lea este artículo.
Cada vez hay menos que repartir, ya vamos por una producción de 1,27 millones de barriles diarios, según la OPEP. Dentro de muy poco seremos un productor insignificante de petróleo. La mayoría cree que el futuro será aún más difícil. Aunque aquí nadie esté pensando en el largo plazo, porque el hambre es hoy, y además, no existe institucionalidad ni cultura política que ampare esta visión del mañana.
Al menos acordemos que todas estas distorsiones no son normales y que los efectos acumulados de todas las políticas económicas erráticas nos traerán más miseria colectiva. Invoquemos un poco la racionalidad y pactemos que si no atendemos la depresión económica, entonces un torbellino va a arrasar con lo poco que queda en pie. No crean que están sobreviviendo un día más, al contrario, están disfrutando un día menos de abuso y poder. El desplome es tarde o temprano.