Joshpip
17-09-2018, 08:56 PM
En Casa de Bolsa destacan que los Tesoros a 10 años se ubicaron en el 2,99% para el cierre de la sesión, repuntando nuevamente y acercándose a esa figura del 3%. Lo anterior en medio de un panorama de incertidumbre comercial a nivel global con los inversionistas expectantes y optimistas a los posibles avances que se puedan dar entre Estados Unidos y China tras aceptar la invitación de Estados Unidos a establecer otra ronda de negociaciones. No obstante, el presidente Donald Trump, en su cuenta de Twitter publicó que su Nación no se siente presionada para lograr un acuerdo comercial con China, cuya respuesta no se hizo esperar al publicar que Pekín no va a ceder a las demandas de Estados Unidos.
Adicionalmente, China anunció que oficializaría ante la Organización Mundial de Comercio permiso para tomar las represalias necesarias contra EE.UU, ya que el país aún no ha modificado sus políticas antidumpig, esperando que éstas sean adoptadas a partir del próximo 21 de septiembre. Agregando otro tinte a la disputa comercial, en la última sesión de la semana el presidente de Estados Unidos ordenó a sus asesores aplicar aranceles a más productos chinos por un valor cercano a US$200.000 millones, pese a los intentos del secretario del Tesoro por reanudar las charlas con Pekín para resolver la guerra comercial y al optimismo que se percibió en los mercados.
Por otra parte, durante la semana se dieron a conocer los datos de precios al consumidor de Estados Unidos los cuales subieron a 2,7%, cuando esperaban 2,8% en términos anuales, mientras que la inflación subyacente, de la que se excluyen los costos de los elementos más volátiles como los alimentos y el gas, se ubicó en 2,2%y esperaban 2,4%. De esta manera, se pone sobre la mesa la discusión sobre la posibilidad de ejecución de una cuarta alza de tipos de interés por parte de la FED.
Referente al desempeño del petróleo, presentó presiones fuertemente alcistas al comienzo de la semana y en la sesión del jueves cedió terreno de manera importante con ligeros cambios para el cierre de la sesión del viernes, registrando así grandes ganancias en términos semanales. Al inicio de la semana, los choques de suministro fueron protagonistas cuando se daba a conocer que Corea del Sur no ha recibido petróleo proveniente de Irán, en medio de las presiones que ha impuesto EE.UU sobre sus aliados para que reduzcan las compras iranís, además que la Corporación Nacional de Petróleo de Libia fue atacada, poniendo presiones adicionales sobre los precios del crudo. A mitad de semana, la Agencia Internacional de Energía informó que los inventarios de crudo para la semana terminada el 7 de agosto disminuyeron 5,2 millones de barriles frente a la caída de 1,5 millones estimada, resaltando que los inventarios en Cushing presentaron un cambio de tendencia al caer 1,2 millones, luego de cuatro semanas consecutivas de acumulación.
Adicionalmente, fue publicado el informe mensual de la OPEP donde se destacan tres factores principales que afectarían la demanda de crudo como lo son las tensiones comerciales que se han desarrollado por parte de las principales economías del mundo, la normalización de política monetaria de los principales bancos centrales y las dificultades financieras que están atravesando algunas economías emergentes. Por otro lado, la AIE mencionó en un informe que los precios del petróleo podrían cotizarse por encima de los US$80 por barril debido a la disminución en el suministro de Irán y Venezuela.
Las exportaciones iranís han caído drásticamente antes de la entrada en vigencia de las sanciones estadounidenses y la crisis económica por cual está pasando Venezuela que ha llevado su producción a mínimos de las últimas décadas; sin embargo se reveló que Venezuela cederá de manera temporal el manejo de campos petroleros, a cambio de un porcentaje sobre el precio de venta del barril, esto con el fin de aumentar su volumen de producción y el presidente de Venezuela Nicolás Maduro dio a conocer que firmó un acuerdo de petróleo y gas con China, a través de la petrolera PDVSA por medio de un memorando de entendimiento.
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Entretanto, el diferencial de precios entre la referencia Brent y WTI se ubica en máximos de dos meses en la medida que la referencia del mar del norte se vio afectado por las expectativas de disminución de producción de petróleo iraní y el WTI estuvo presionado por la acumulación de inventarios de Cushing Oklahoma que para esta semana registraron un leve descenso, aunque se le sumo la incertidumbre del efecto del huracán Florence que amenaza los mercados de combustible. Bajo este contexto, la referencia Brent se ubicó en US$78,8 por barril, una variación de 2,13% en lo corrido de la semana y la referencia WTI cerró en US$68,99 por barril equivalente a una variación de 0,88% en lo corrido de la semana. Finalmente, el ministro de energía ruso mencionó que los miembros de la Opep y sus aliados podrían llegar a un acuerdo de largo plazo a comienzos de diciembre.
El euro cerró en US$1,1621, con desvalorizaciones para la moneda del bloque en las dos últimas sesiones, tras repuntar durante la semana ante la expectativa de la decisión de política monetaria. En cuanto a la decisión del Banco Central Europeo, sus tipos de interés permanecieron inalterados en 0,0% en línea con las expectativas del mercado. Los anuncios más importantes por parte de Mario Draghi se dieron en materia de disminución de las compras de activos a finales de septiembre hasta los EUR 15.000 millones, menores expectativas de crecimiento para el 2018 y 2019. No obstante, los inversionistas se enfocaron en los comentarios sobre la inflación, en donde la incertidumbre sobre la misma ha venido disminuyendo.
De igual manera, el Banco de Inglaterra en línea con las expectativas, dejo sus tipos de interés estables en 0,75%. Así, la libra esterlina se mantuvo con tendencia al alza durante el inicio de la semana, aunque de la misma manera que el euro, revirtió su buen desempeño en las dos últimas sesiones y cerró en US$1,3065.
La semana se caracterizó por un debilitamiento del dólar, con un considerable repunte en la última sesión de la semana, tras una semana de incertidumbre comercial entre las dos economías más grandes del mundo, adicional al tema del NAFTA cuyas negociaciones con Canadá aún no resultan llegar a conclusiones, con las decisiones de política monetaria de varias economías en el radar y con los datos de inflación que estuvieron por debajo de las estimaciones de los economistas, y que como se mencionó anteriormente han empezado a generar preocupaciones sobre el ritmo de incrementos de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal.
Respecto a emergentes, importante destacar esta semana que el banco central turco incrementó la tasa de referencia hasta el 24% desde el 17,75%, cuando el mercado estimaba que se diera un incremento hasta el 20,75%. Es de resaltar que la decisión de política monetaria del banco estuvo en contravía de lo solicitado por el presidente Erdogan, el cual había pedido que no se incrementaran los tipos de interés. Por su parte, el Banco Central ruso incrementó la tasa de referencia en 25 puntos básicos hasta 7,5%, siendo este el primer incremento por parte de la entidad desde 2014 y fue sorpresivo en la medida que solo dos de los 42 encuestados esperaban dicho aumento, aunque la decisión estuvo en línea con los incrementos de otras economías emergentes, de esta manera se busca contener las presiones inflacionarias por la debilidad del rublo ruso y las posibles sanciones por parte de EE.UU.
2030
Adicionalmente, China anunció que oficializaría ante la Organización Mundial de Comercio permiso para tomar las represalias necesarias contra EE.UU, ya que el país aún no ha modificado sus políticas antidumpig, esperando que éstas sean adoptadas a partir del próximo 21 de septiembre. Agregando otro tinte a la disputa comercial, en la última sesión de la semana el presidente de Estados Unidos ordenó a sus asesores aplicar aranceles a más productos chinos por un valor cercano a US$200.000 millones, pese a los intentos del secretario del Tesoro por reanudar las charlas con Pekín para resolver la guerra comercial y al optimismo que se percibió en los mercados.
Por otra parte, durante la semana se dieron a conocer los datos de precios al consumidor de Estados Unidos los cuales subieron a 2,7%, cuando esperaban 2,8% en términos anuales, mientras que la inflación subyacente, de la que se excluyen los costos de los elementos más volátiles como los alimentos y el gas, se ubicó en 2,2%y esperaban 2,4%. De esta manera, se pone sobre la mesa la discusión sobre la posibilidad de ejecución de una cuarta alza de tipos de interés por parte de la FED.
Referente al desempeño del petróleo, presentó presiones fuertemente alcistas al comienzo de la semana y en la sesión del jueves cedió terreno de manera importante con ligeros cambios para el cierre de la sesión del viernes, registrando así grandes ganancias en términos semanales. Al inicio de la semana, los choques de suministro fueron protagonistas cuando se daba a conocer que Corea del Sur no ha recibido petróleo proveniente de Irán, en medio de las presiones que ha impuesto EE.UU sobre sus aliados para que reduzcan las compras iranís, además que la Corporación Nacional de Petróleo de Libia fue atacada, poniendo presiones adicionales sobre los precios del crudo. A mitad de semana, la Agencia Internacional de Energía informó que los inventarios de crudo para la semana terminada el 7 de agosto disminuyeron 5,2 millones de barriles frente a la caída de 1,5 millones estimada, resaltando que los inventarios en Cushing presentaron un cambio de tendencia al caer 1,2 millones, luego de cuatro semanas consecutivas de acumulación.
Adicionalmente, fue publicado el informe mensual de la OPEP donde se destacan tres factores principales que afectarían la demanda de crudo como lo son las tensiones comerciales que se han desarrollado por parte de las principales economías del mundo, la normalización de política monetaria de los principales bancos centrales y las dificultades financieras que están atravesando algunas economías emergentes. Por otro lado, la AIE mencionó en un informe que los precios del petróleo podrían cotizarse por encima de los US$80 por barril debido a la disminución en el suministro de Irán y Venezuela.
Las exportaciones iranís han caído drásticamente antes de la entrada en vigencia de las sanciones estadounidenses y la crisis económica por cual está pasando Venezuela que ha llevado su producción a mínimos de las últimas décadas; sin embargo se reveló que Venezuela cederá de manera temporal el manejo de campos petroleros, a cambio de un porcentaje sobre el precio de venta del barril, esto con el fin de aumentar su volumen de producción y el presidente de Venezuela Nicolás Maduro dio a conocer que firmó un acuerdo de petróleo y gas con China, a través de la petrolera PDVSA por medio de un memorando de entendimiento.
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Entretanto, el diferencial de precios entre la referencia Brent y WTI se ubica en máximos de dos meses en la medida que la referencia del mar del norte se vio afectado por las expectativas de disminución de producción de petróleo iraní y el WTI estuvo presionado por la acumulación de inventarios de Cushing Oklahoma que para esta semana registraron un leve descenso, aunque se le sumo la incertidumbre del efecto del huracán Florence que amenaza los mercados de combustible. Bajo este contexto, la referencia Brent se ubicó en US$78,8 por barril, una variación de 2,13% en lo corrido de la semana y la referencia WTI cerró en US$68,99 por barril equivalente a una variación de 0,88% en lo corrido de la semana. Finalmente, el ministro de energía ruso mencionó que los miembros de la Opep y sus aliados podrían llegar a un acuerdo de largo plazo a comienzos de diciembre.
El euro cerró en US$1,1621, con desvalorizaciones para la moneda del bloque en las dos últimas sesiones, tras repuntar durante la semana ante la expectativa de la decisión de política monetaria. En cuanto a la decisión del Banco Central Europeo, sus tipos de interés permanecieron inalterados en 0,0% en línea con las expectativas del mercado. Los anuncios más importantes por parte de Mario Draghi se dieron en materia de disminución de las compras de activos a finales de septiembre hasta los EUR 15.000 millones, menores expectativas de crecimiento para el 2018 y 2019. No obstante, los inversionistas se enfocaron en los comentarios sobre la inflación, en donde la incertidumbre sobre la misma ha venido disminuyendo.
De igual manera, el Banco de Inglaterra en línea con las expectativas, dejo sus tipos de interés estables en 0,75%. Así, la libra esterlina se mantuvo con tendencia al alza durante el inicio de la semana, aunque de la misma manera que el euro, revirtió su buen desempeño en las dos últimas sesiones y cerró en US$1,3065.
La semana se caracterizó por un debilitamiento del dólar, con un considerable repunte en la última sesión de la semana, tras una semana de incertidumbre comercial entre las dos economías más grandes del mundo, adicional al tema del NAFTA cuyas negociaciones con Canadá aún no resultan llegar a conclusiones, con las decisiones de política monetaria de varias economías en el radar y con los datos de inflación que estuvieron por debajo de las estimaciones de los economistas, y que como se mencionó anteriormente han empezado a generar preocupaciones sobre el ritmo de incrementos de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal.
Respecto a emergentes, importante destacar esta semana que el banco central turco incrementó la tasa de referencia hasta el 24% desde el 17,75%, cuando el mercado estimaba que se diera un incremento hasta el 20,75%. Es de resaltar que la decisión de política monetaria del banco estuvo en contravía de lo solicitado por el presidente Erdogan, el cual había pedido que no se incrementaran los tipos de interés. Por su parte, el Banco Central ruso incrementó la tasa de referencia en 25 puntos básicos hasta 7,5%, siendo este el primer incremento por parte de la entidad desde 2014 y fue sorpresivo en la medida que solo dos de los 42 encuestados esperaban dicho aumento, aunque la decisión estuvo en línea con los incrementos de otras economías emergentes, de esta manera se busca contener las presiones inflacionarias por la debilidad del rublo ruso y las posibles sanciones por parte de EE.UU.
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