fastdollar
18-10-2018, 01:34 PM
El futuro cercano del blockchain pasa por sus usos sociales.
El Blockchain no deja de ser un tipo de Internet que ahora nos va a servir no solamente para transmitir información, que es el uso de internet, sino para intercambiar activos con valor, como por ejemplo dinero.
Se hace de forma directa, sin necesidad de que pase por un banco, segura y verificable. Lo que nos permite el blockchain ahora mismo es identificar, dentro de una cadena de producción, todos los pasos y productos que hay, porque toda esta información ha sido recogida en la misma cadena, garantizas de donde viene el producto y a donde va a parar.
Por ejemplo, si nos imaginamos un coche, cuando este llega a su destino final tú sabes dónde se ha producido la rueda, de dónde proviene el caucho, dónde se ha ensamblado esto, etc.
Hasta ahora hemos digitalizado procesos que conocíamos en cada uno de nuestros sectores, y con el blockchain vamos a poder digitalizar transversalmente.
Distribuimos la información entre distintos actores y cada uno tiene su papel, y con todos los actores juntos se generan los ecosistemas digitales, que dan una inmediatez y una transparencia espectaculares.
Esto se puede ver, por ejemplo, cuando das un golpe con el coche y firmas un parte amistoso con el otro conductor. Si las dos aseguradoras, dos bancos o el taller y el perito están en un mismo blockchain, automáticamente hay transacciones entre todos los actores y en un orden que hacen que todo sea mucho más inmediato y no pasemos meses esperando poder reparar el coche.
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La tecnología, como por ejemplo el blockchain, nos ha dado la capacidad de desintermediarnos, de trabajar sin intermediadores. ¿Pero estaríamos seguros sin la intermediación?
Hay quien vende que esta tecnología es más segura y más democrática que lo que tenemos, hay transparencia y anonimidad en su uso. Es una tecnología más potente pero el uso lo definimos los humanos, y por eso nos hace falta conocerla.
Hay una falta de amparo garante que a veces asusta y no está claro si vamos a mejor o a peor. Hay que saber qué debemos hacer para controlar el lado oscuro que puede tener.
¿Están preparadas las empresas para adoptar esta tecnología? El blockchain debe evolucionar para que tenga un uso empresarial y las empresas puedan acceder a ello.
Parece que entre el 2020 y el 2025 vamos a tener la pena implementación del blockchain, pero hasta entonces tenemos una serie de retos. Primero un reto de regulación; hay leyes pero debemos mejorarlas y crear de nuevas.
También hablamos de talento, de tener esa capacidad de saber ir más allá, mientras que otro de los retos es la parte ética, cómo nosotros como sociedad vamos a fomentar un uso ético y que no haya una brecha digital mayor.
El futuro cercano del blockchain pasa por sus usos sociales o a nivel de medios, potenciándolo con el Big Data y haciendo un ecosistema de tecnologías. El blockchain es una herramienta, y cómo la usemos va a tener un impacto social dentro de unos años.
Luz Parrondo es profesora de Economía y Finanzas de la UPF Barcelona School of Management.
El Blockchain no deja de ser un tipo de Internet que ahora nos va a servir no solamente para transmitir información, que es el uso de internet, sino para intercambiar activos con valor, como por ejemplo dinero.
Se hace de forma directa, sin necesidad de que pase por un banco, segura y verificable. Lo que nos permite el blockchain ahora mismo es identificar, dentro de una cadena de producción, todos los pasos y productos que hay, porque toda esta información ha sido recogida en la misma cadena, garantizas de donde viene el producto y a donde va a parar.
Por ejemplo, si nos imaginamos un coche, cuando este llega a su destino final tú sabes dónde se ha producido la rueda, de dónde proviene el caucho, dónde se ha ensamblado esto, etc.
Hasta ahora hemos digitalizado procesos que conocíamos en cada uno de nuestros sectores, y con el blockchain vamos a poder digitalizar transversalmente.
Distribuimos la información entre distintos actores y cada uno tiene su papel, y con todos los actores juntos se generan los ecosistemas digitales, que dan una inmediatez y una transparencia espectaculares.
Esto se puede ver, por ejemplo, cuando das un golpe con el coche y firmas un parte amistoso con el otro conductor. Si las dos aseguradoras, dos bancos o el taller y el perito están en un mismo blockchain, automáticamente hay transacciones entre todos los actores y en un orden que hacen que todo sea mucho más inmediato y no pasemos meses esperando poder reparar el coche.
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La tecnología, como por ejemplo el blockchain, nos ha dado la capacidad de desintermediarnos, de trabajar sin intermediadores. ¿Pero estaríamos seguros sin la intermediación?
Hay quien vende que esta tecnología es más segura y más democrática que lo que tenemos, hay transparencia y anonimidad en su uso. Es una tecnología más potente pero el uso lo definimos los humanos, y por eso nos hace falta conocerla.
Hay una falta de amparo garante que a veces asusta y no está claro si vamos a mejor o a peor. Hay que saber qué debemos hacer para controlar el lado oscuro que puede tener.
¿Están preparadas las empresas para adoptar esta tecnología? El blockchain debe evolucionar para que tenga un uso empresarial y las empresas puedan acceder a ello.
Parece que entre el 2020 y el 2025 vamos a tener la pena implementación del blockchain, pero hasta entonces tenemos una serie de retos. Primero un reto de regulación; hay leyes pero debemos mejorarlas y crear de nuevas.
También hablamos de talento, de tener esa capacidad de saber ir más allá, mientras que otro de los retos es la parte ética, cómo nosotros como sociedad vamos a fomentar un uso ético y que no haya una brecha digital mayor.
El futuro cercano del blockchain pasa por sus usos sociales o a nivel de medios, potenciándolo con el Big Data y haciendo un ecosistema de tecnologías. El blockchain es una herramienta, y cómo la usemos va a tener un impacto social dentro de unos años.
Luz Parrondo es profesora de Economía y Finanzas de la UPF Barcelona School of Management.