SuperPip
10-12-2014, 05:22 AM
España es el segundo país de la OCDE, tras Israel, en el que más ha caído la recaudación fiscal en términos de producto interior bruto (PIB) desde 2007 y el inicio de la crisis, y eso pese a la recuperación constatada en 2012.
En su informe anual sobre estadísticas de los ingresos públicos publicado hoy, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) indicó que la fiscalidad en España, que había tocado techo en 2007 con un 36,4 % del PIB, llegó a bajar hasta el 31,2 % en 2011 antes de volver a subir al 32,1 % en 2012.
Eso significa que el peso de la recaudación fiscal en España había disminuido en 4,3 puntos de PIB entre 2007 y 2012, una cifra sólo superada entre esos cinco años por Israel (5,1 puntos de PIB).
El responsable de fiscalidad de la OCDE, Pascal Saint Amans, reconoció que los españoles "no tienen la impresión de que los impuestos han bajado", y de hecho señaló que los tipos impositivos han tendido a incrementarse durante la crisis.
Pero insistió en que eso no se ha traducido en un alza de la recaudación, sino en todo lo contrario porque la recesión supone menos actividad sobre la que aplicar tasas (si las empresas no tienen beneficios, por ejemplo, no pagan impuesto de sociedades).
Además, el incremento de tipos impositivos tarda tiempo en producir efectos y, en un contexto recesivo, ha podido ser un aliento para un incremento del fraude que Saint Amans reconoció que no han podido evaluar.
En su informe anual sobre estadísticas de los ingresos públicos publicado hoy, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) indicó que la fiscalidad en España, que había tocado techo en 2007 con un 36,4 % del PIB, llegó a bajar hasta el 31,2 % en 2011 antes de volver a subir al 32,1 % en 2012.
Eso significa que el peso de la recaudación fiscal en España había disminuido en 4,3 puntos de PIB entre 2007 y 2012, una cifra sólo superada entre esos cinco años por Israel (5,1 puntos de PIB).
El responsable de fiscalidad de la OCDE, Pascal Saint Amans, reconoció que los españoles "no tienen la impresión de que los impuestos han bajado", y de hecho señaló que los tipos impositivos han tendido a incrementarse durante la crisis.
Pero insistió en que eso no se ha traducido en un alza de la recaudación, sino en todo lo contrario porque la recesión supone menos actividad sobre la que aplicar tasas (si las empresas no tienen beneficios, por ejemplo, no pagan impuesto de sociedades).
Además, el incremento de tipos impositivos tarda tiempo en producir efectos y, en un contexto recesivo, ha podido ser un aliento para un incremento del fraude que Saint Amans reconoció que no han podido evaluar.