Arlette
03-06-2015, 06:57 PM
Imagínate poder cargar tu celular conectándolo a la planta que adorna tu casa. Si es que piensas que es una locura, pues te contamos que se trata de una idea que ya está generando resultados en Holanda.
La empresa Plant-e, ubicada en Wageningen (este de Holanda), está desarrollando una tecnología permite producir electricidad a partir de plantas, siempre estas crezcan en un medio saturado de agua, como en un manglar, un arrozal, un pantano o simplemente en un jardín.
"El principio consiste en que la planta produzca más energía de la que necesita", explica a Marjolein Helder, al frente de Plant-e, que perfecciona esta tecnología.
"La ventaja de este sistema con relación al eólico o al solar -explica- es que funciona incluso por la noche y cuando no hay viento".
"Está en sus comienzos y todavía hay que mejorar mucho, pero su potencial es enorme", estima Jacqueline Cramer, profesora de innovación sostenible de la Universidad de Utrecht y exministra de Medio Ambiente de Holanda.
"Si este sistema acaba siendo eficiente, es posible imaginar el suministro eléctrico a zonas recónditas e incluso instalarlo en nuestras ciudades y en el rural para producir energía verde", añade.
¿Cómo funciona este sistema?
La tecnología se basa en la fotosíntesis, con la que la planta produce materia orgánica. El excedente que no utiliza lo desprende en el suelo a través de las raíces, alrededor de las cuales viven microorganismos que se alimentan de ella y liberan electrones.
Colocando electrodos de carbono cerca de las raíces, "se recolectan" estos electrones y se puede generar corriente.
Producir electricidad mediante las plantas no es algo nuevo, "pero aquí no necesitamos dañarlas", recalca Helder.
Si el agua se congela o se evapora, el sistema deja de funcionar. "Pero basta con añadir agua o que el hielo se derrita para que vuelva a ponerse en marcha", asegura Helder.
Un camino largo
Plant-e vende actualmente su tecnología sobre todo para lugares públicos o tejados de edificios. El costo aproximado para una superficie de 100 metros cuadrados es de 62.000 dólares.
Pero el producto estrella todavía no está listo. Se trata de un sistema en forma de tubo que podrá sumergirse en un medio saturado de agua.
El campo de aplicación de esta tecnología es enorme, sobre todo en el sudeste asiático, rico en arrozales y humedales y donde el acceso a la electricidad es difícil.
Según cifras del Banco Mundial, menos de la mitad de la población de Camboya (31%) y de Birmania (49%) tiene acceso a la electricidad. En otros países como Bangladesh (55%) o Laos (66%) los porcentajes también son bajos.
Actualmente, una instalación de Plant-e en 100 m2 permite cargar un smartphone, encender una serie de bombillas LED o alimentar una antena Wifi, estima Helder.
Dentro de "algunos años", la compañía espera producir 2.800 kilovatios por hora con la misma superficie, es decir alrededor del 80% de las necesidades en electricidad de una pareja holandesa.
Para probar la tecnología a mayor escala se han instalado dos sistemas de 100 m2 cada uno, por un costo total de 125.000 dólares aproximadamente, en un puente y en un polo económico gracias al apoyo de las autoridades locales.
La empresa Plant-e, ubicada en Wageningen (este de Holanda), está desarrollando una tecnología permite producir electricidad a partir de plantas, siempre estas crezcan en un medio saturado de agua, como en un manglar, un arrozal, un pantano o simplemente en un jardín.
"El principio consiste en que la planta produzca más energía de la que necesita", explica a Marjolein Helder, al frente de Plant-e, que perfecciona esta tecnología.
"La ventaja de este sistema con relación al eólico o al solar -explica- es que funciona incluso por la noche y cuando no hay viento".
"Está en sus comienzos y todavía hay que mejorar mucho, pero su potencial es enorme", estima Jacqueline Cramer, profesora de innovación sostenible de la Universidad de Utrecht y exministra de Medio Ambiente de Holanda.
"Si este sistema acaba siendo eficiente, es posible imaginar el suministro eléctrico a zonas recónditas e incluso instalarlo en nuestras ciudades y en el rural para producir energía verde", añade.
¿Cómo funciona este sistema?
La tecnología se basa en la fotosíntesis, con la que la planta produce materia orgánica. El excedente que no utiliza lo desprende en el suelo a través de las raíces, alrededor de las cuales viven microorganismos que se alimentan de ella y liberan electrones.
Colocando electrodos de carbono cerca de las raíces, "se recolectan" estos electrones y se puede generar corriente.
Producir electricidad mediante las plantas no es algo nuevo, "pero aquí no necesitamos dañarlas", recalca Helder.
Si el agua se congela o se evapora, el sistema deja de funcionar. "Pero basta con añadir agua o que el hielo se derrita para que vuelva a ponerse en marcha", asegura Helder.
Un camino largo
Plant-e vende actualmente su tecnología sobre todo para lugares públicos o tejados de edificios. El costo aproximado para una superficie de 100 metros cuadrados es de 62.000 dólares.
Pero el producto estrella todavía no está listo. Se trata de un sistema en forma de tubo que podrá sumergirse en un medio saturado de agua.
El campo de aplicación de esta tecnología es enorme, sobre todo en el sudeste asiático, rico en arrozales y humedales y donde el acceso a la electricidad es difícil.
Según cifras del Banco Mundial, menos de la mitad de la población de Camboya (31%) y de Birmania (49%) tiene acceso a la electricidad. En otros países como Bangladesh (55%) o Laos (66%) los porcentajes también son bajos.
Actualmente, una instalación de Plant-e en 100 m2 permite cargar un smartphone, encender una serie de bombillas LED o alimentar una antena Wifi, estima Helder.
Dentro de "algunos años", la compañía espera producir 2.800 kilovatios por hora con la misma superficie, es decir alrededor del 80% de las necesidades en electricidad de una pareja holandesa.
Para probar la tecnología a mayor escala se han instalado dos sistemas de 100 m2 cada uno, por un costo total de 125.000 dólares aproximadamente, en un puente y en un polo económico gracias al apoyo de las autoridades locales.