Arlette
03-08-2015, 07:50 PM
Tus emociones tienen un impacto inmediato sobre tu cuenta de capital. Tu éxito o fracaso como trader depende del control de tus emociones. Estas son las reglas de este juego.
La mayoría de aficionados se sienten brillantes e invencibles tras una racha de ganancias. Es excitante creer que uno es tan bueno que puede saltarse sus propias reglas y ganar. Es entonces cuando los traders se desvían de sus reglas y caen en riesgos desproporcionados y lo pierden todo.
El trader no puede anticipar el trayecto futuro del precio. Podría decirse que el trader tiene una visibilidad tan escasa que sería el equivalente a conducir un vehículo con una niebla muy densa. Un conductor destruirá su coche, un trader destruirá su cuenta.
Pero ¿qué diferencia a un jugador de un buen trader? ¿Nosotros jugamos u operamos?
El juego existe en todas las sociedades y culturas y todos hemos jugado alguna vez en nuestra vida. El juego puede ser algo divertido, algo para “ganarse la vida”, o algo enfermizo y neurótico.
Tanto el juego como el trading son actividades competitivas en las que las ganancias de unos suelen ser las pérdidas de otros, y en las que los grandes operadores/jugadores tienen cierta ventaja sobre los pequeños. Sólo son seleccionados unos pocos para el pódium de ganadores, para recibir la medalla, la copa, o… el dinero. Ganar da la sensación de poder y te coloca en un elevado plano emocional.
Las personas tenemos un instinto innato para obtener lo mejor de nosotras mismas, y “el objetivo de un buen trader no es, paradójicamente, ganar dinero. Su objetivo es hacer trading bien”. Si nos concentramos en hacer buen trading, el dinero ya no influirá en nuestras emociones.
Un trader de éxito es alguien realista. Conoce sus habilidades y sus limitaciones. No puede hacerse ilusiones ni fantasear. Los perdedores compran, venden o fracasan en sus operaciones debido a sus ideas fantásticas. Las fantasías consuelan a los jugadores, pero les impide ver la realidad, seamos o no conscientes de ello. Los “secretos del trading” no están escondidos en ninguna caja fuerte de charlatanes ni oportunistas, al igual que tampoco están los números de la lotería o los resultados de la quiniela de la próxima semana.
El juego es una adicción sin drogas. Nuestro cuerpo produce adrenalina creando la adicción y nos atrae a cualquier tipo de experiencia que nos haga producir más adrenalina. Y nos sentimos tan bien que en la próxima operación tendremos grandes pérdidas. Lo arriesgaremos todo sin miedo. Nos “coloca” y nos “ciega”. Pensamos que estamos haciendo lo correcto, cuando en realidad estamos simplemente haciendo apuestas, sin darnos cuenta de que estamos “enganchados”: pedimos dinero prestado para operar; mentimos acerca de las pérdidas para poder seguir y actuamos como ganadores; no tenemos un sistema de trading; somos “descuidados” en nuestras operaciones; operamos cargados de emoción y nos sentimos felices cuando los envites resultan favorables, pero cuando perdemos nos deprimimos; nos saltamos las reglas del sistema; aceptamos inconscientemente que podemos perder todo el dinero y lo perdemos. Entramos en el mercado por la “necesidad” de adrenalina. Se trata de “pasar a la acción” más que de ganar dinero. Es la incapacidad de resistirse a las ganas de jugar.
Si reconoces u observas alguno de estos síntomas en ti ¡para! Cuando el juego te está “colocando” tómate un tiempo fuera de los mercados bursátiles. Vete a la playa o a la montaña, con la familia o amigos, sin ordenador, ni móvil, ni ninguna administración de loterías cercana… Cuando las cosas se pongan mal tenderás a culpar a los demás de tu “mala suerte”, pero sólo tú te estás autodestruyendo. Los perdedores no pueden parar, continúan porque son adictos a la excitación que produce el juego y mantienen su “fantasía” de conseguir una ganancia. Eres un adicto a la adrenalina, pero es una enfermedad curable. ¡Aprende a controlar tus emociones!
El mercado intentará por todos los medios quitarte todo el dinero de la cartera, y tú deberás saber defenderlo y sacarle tajada a ese mercado. Para esta batalla no nos hace falta ni fortaleza, ni inteligencia, ni emociones, ni mucho menos adrenalina, sino que debemos de ser astutos. Tendremos un sistema y lo seguiremos a rajatabla, ¡no nos saltaremos las reglas! Nuestra intuición no cuenta para nada. Buscaremos las mejores oportunidades en los mejores mercados y seguiremos la tendencia del momento (el Buscador Sectorial nos ayudará en esta tarea). Llevaremos un diario de todas las transacciones que realicemos, indicando fechas, precios, stops, objetivos, plusvalías, pérdidas… ¡todo lo analizado para realizar una transacción! Operaremos para conseguir beneficios de forma consistente cada mes (acumulando pequeñas cantidades). Nunca arriesgaremos más de un determinado porcentaje de nuestra cuenta en cada operación para que ninguna racha de pérdidas pueda sacarnos del mercado (la Gestión de Capital nos solucionará este problema). Necesitamos ser pacientes, controlar nuestras emociones y seguir nuestras reglas en todo momento ¡sin excepción!
¡Deja de jugar con tu dinero, controla tus emociones y disfruta del buen trading!
La mayoría de aficionados se sienten brillantes e invencibles tras una racha de ganancias. Es excitante creer que uno es tan bueno que puede saltarse sus propias reglas y ganar. Es entonces cuando los traders se desvían de sus reglas y caen en riesgos desproporcionados y lo pierden todo.
El trader no puede anticipar el trayecto futuro del precio. Podría decirse que el trader tiene una visibilidad tan escasa que sería el equivalente a conducir un vehículo con una niebla muy densa. Un conductor destruirá su coche, un trader destruirá su cuenta.
Pero ¿qué diferencia a un jugador de un buen trader? ¿Nosotros jugamos u operamos?
El juego existe en todas las sociedades y culturas y todos hemos jugado alguna vez en nuestra vida. El juego puede ser algo divertido, algo para “ganarse la vida”, o algo enfermizo y neurótico.
Tanto el juego como el trading son actividades competitivas en las que las ganancias de unos suelen ser las pérdidas de otros, y en las que los grandes operadores/jugadores tienen cierta ventaja sobre los pequeños. Sólo son seleccionados unos pocos para el pódium de ganadores, para recibir la medalla, la copa, o… el dinero. Ganar da la sensación de poder y te coloca en un elevado plano emocional.
Las personas tenemos un instinto innato para obtener lo mejor de nosotras mismas, y “el objetivo de un buen trader no es, paradójicamente, ganar dinero. Su objetivo es hacer trading bien”. Si nos concentramos en hacer buen trading, el dinero ya no influirá en nuestras emociones.
Un trader de éxito es alguien realista. Conoce sus habilidades y sus limitaciones. No puede hacerse ilusiones ni fantasear. Los perdedores compran, venden o fracasan en sus operaciones debido a sus ideas fantásticas. Las fantasías consuelan a los jugadores, pero les impide ver la realidad, seamos o no conscientes de ello. Los “secretos del trading” no están escondidos en ninguna caja fuerte de charlatanes ni oportunistas, al igual que tampoco están los números de la lotería o los resultados de la quiniela de la próxima semana.
El juego es una adicción sin drogas. Nuestro cuerpo produce adrenalina creando la adicción y nos atrae a cualquier tipo de experiencia que nos haga producir más adrenalina. Y nos sentimos tan bien que en la próxima operación tendremos grandes pérdidas. Lo arriesgaremos todo sin miedo. Nos “coloca” y nos “ciega”. Pensamos que estamos haciendo lo correcto, cuando en realidad estamos simplemente haciendo apuestas, sin darnos cuenta de que estamos “enganchados”: pedimos dinero prestado para operar; mentimos acerca de las pérdidas para poder seguir y actuamos como ganadores; no tenemos un sistema de trading; somos “descuidados” en nuestras operaciones; operamos cargados de emoción y nos sentimos felices cuando los envites resultan favorables, pero cuando perdemos nos deprimimos; nos saltamos las reglas del sistema; aceptamos inconscientemente que podemos perder todo el dinero y lo perdemos. Entramos en el mercado por la “necesidad” de adrenalina. Se trata de “pasar a la acción” más que de ganar dinero. Es la incapacidad de resistirse a las ganas de jugar.
Si reconoces u observas alguno de estos síntomas en ti ¡para! Cuando el juego te está “colocando” tómate un tiempo fuera de los mercados bursátiles. Vete a la playa o a la montaña, con la familia o amigos, sin ordenador, ni móvil, ni ninguna administración de loterías cercana… Cuando las cosas se pongan mal tenderás a culpar a los demás de tu “mala suerte”, pero sólo tú te estás autodestruyendo. Los perdedores no pueden parar, continúan porque son adictos a la excitación que produce el juego y mantienen su “fantasía” de conseguir una ganancia. Eres un adicto a la adrenalina, pero es una enfermedad curable. ¡Aprende a controlar tus emociones!
El mercado intentará por todos los medios quitarte todo el dinero de la cartera, y tú deberás saber defenderlo y sacarle tajada a ese mercado. Para esta batalla no nos hace falta ni fortaleza, ni inteligencia, ni emociones, ni mucho menos adrenalina, sino que debemos de ser astutos. Tendremos un sistema y lo seguiremos a rajatabla, ¡no nos saltaremos las reglas! Nuestra intuición no cuenta para nada. Buscaremos las mejores oportunidades en los mejores mercados y seguiremos la tendencia del momento (el Buscador Sectorial nos ayudará en esta tarea). Llevaremos un diario de todas las transacciones que realicemos, indicando fechas, precios, stops, objetivos, plusvalías, pérdidas… ¡todo lo analizado para realizar una transacción! Operaremos para conseguir beneficios de forma consistente cada mes (acumulando pequeñas cantidades). Nunca arriesgaremos más de un determinado porcentaje de nuestra cuenta en cada operación para que ninguna racha de pérdidas pueda sacarnos del mercado (la Gestión de Capital nos solucionará este problema). Necesitamos ser pacientes, controlar nuestras emociones y seguir nuestras reglas en todo momento ¡sin excepción!
¡Deja de jugar con tu dinero, controla tus emociones y disfruta del buen trading!