Arlette
10-08-2015, 06:30 PM
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¿Es posible construir masivamente cascos hechos con restos de zanahorias? La pregunta se la realizaron expertos en Suiza luego de darse a conocer los resultados positivos de nanofibras obtenidas de este vegetal como una forma de utilizarlo en vez de la fibra de vidrio o de carbono.
La compañía escocesa Cellucomp Limited desarrolló un método para obtener este nuevo material de las zanahorias, que tiene la ventaja de ser biodegradables y económicas, por usarse los restos de este vegetal que, por ejemplo, quedan en el procesamiento industrial de jugos.
La pregunta clave entonces era determinar si hacía sentido ocupar este material para desarrollar productos masivamente, para lo cual entraron a jugar los Laboratorios Federales de Suiza para la Ciencia Material y Tecnología (EMPA), quienes determinaron que efectivamente se podía usarlo, desde un punto de vista técnico y económico.
Los investigadores Fabian Piccinno, Roland Hischier y Claudia Som siguieron tres pasos para encontrar la respuesta. Primero, se definió el campo de posibles aplicaciones del material de acuerdo a sus propiedades; luego abordaron los problemas de factibilidad técnica y potencial mercado, para determinar si sólo se podría ocupar para productos de lujo o bien para objetos a precios asequibles; y finalmente tomaron en cuenta el aspecto ecológico, examinando si realmente era amigable con el medio ambiente.
El método de selección multiperspectiva de aplicaciones (MPAS) permitió a los expertos calcular escenarios individuales para la futura producción con un alto nivel de certeza. La conclusión definió algunos posibles rubros donde la producción de fibra a través de restos de zanahoria sería rentable: equipamiento de protección para el deporte recreativo, vehículos especiales, decoración, bienes de consumo de lujo y manufacturas industriales.
Como ejemplos específicos, los investigadores detallaron cómo este material podría servir para producir cascos para motociclistas, tablas de surf, muros para casas rodantes, mesas de comedor y hasta cajas de parlantes de gama alta.
¿Es posible construir masivamente cascos hechos con restos de zanahorias? La pregunta se la realizaron expertos en Suiza luego de darse a conocer los resultados positivos de nanofibras obtenidas de este vegetal como una forma de utilizarlo en vez de la fibra de vidrio o de carbono.
La compañía escocesa Cellucomp Limited desarrolló un método para obtener este nuevo material de las zanahorias, que tiene la ventaja de ser biodegradables y económicas, por usarse los restos de este vegetal que, por ejemplo, quedan en el procesamiento industrial de jugos.
La pregunta clave entonces era determinar si hacía sentido ocupar este material para desarrollar productos masivamente, para lo cual entraron a jugar los Laboratorios Federales de Suiza para la Ciencia Material y Tecnología (EMPA), quienes determinaron que efectivamente se podía usarlo, desde un punto de vista técnico y económico.
Los investigadores Fabian Piccinno, Roland Hischier y Claudia Som siguieron tres pasos para encontrar la respuesta. Primero, se definió el campo de posibles aplicaciones del material de acuerdo a sus propiedades; luego abordaron los problemas de factibilidad técnica y potencial mercado, para determinar si sólo se podría ocupar para productos de lujo o bien para objetos a precios asequibles; y finalmente tomaron en cuenta el aspecto ecológico, examinando si realmente era amigable con el medio ambiente.
El método de selección multiperspectiva de aplicaciones (MPAS) permitió a los expertos calcular escenarios individuales para la futura producción con un alto nivel de certeza. La conclusión definió algunos posibles rubros donde la producción de fibra a través de restos de zanahoria sería rentable: equipamiento de protección para el deporte recreativo, vehículos especiales, decoración, bienes de consumo de lujo y manufacturas industriales.
Como ejemplos específicos, los investigadores detallaron cómo este material podría servir para producir cascos para motociclistas, tablas de surf, muros para casas rodantes, mesas de comedor y hasta cajas de parlantes de gama alta.