Arlette
14-08-2015, 10:31 PM
A principios de esta semana, el diario suizo Tribune de Geneve presentó a David Hyde, un neozelandés de 22 años con una licenciatura en relaciones internacionales. Su historia capto la atención pues este joven vivió más de dos semanas en una carpa azul frente a la sede de la ONU en Ginebra, donde realizaba prácticas profesionales.
David Hyde viajó de Nueva Zelanda a París, en Francia, para estudiar Política Internacional en el Instituto de Estudios Políticos de la ciudad.
Cuando se convirtió en licenciado, este joven decidió postular a una plaza como pasante interno ad honorem en la web de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Ginebra y fue aceptado.
Hyde reveló en una conferencia de prensa, fuera de la sede de la ONU, que pasaba sus noches en una carpa azul frente a ese establecimiento porque no tenía un lugar que pudiera pagar.
"Por la noche veo colegas pasar", recordaba mientras trataba de mantener sus zapatos de cuero fuera del barro.
Hyde anunció a los medios esa misma tarde que renunció porque era "demasiado difícil seguir concentrado en mi trabajo".
"¿Cómo hacen los otros que sí se quedan practicando?”, le preguntaron al ahora ex pasante. "En última instancia, sólo se quedan aquellos cuyos padres pueden costear tal oportunidad", respondió.
El joven dijo a la prensa que la larga tradición de la ONU sobre pedir a los profesionales trabajar gratis “no es justa” y animó a sus compañeros practicantes sin paga a "impulsar el reconocimiento de nuestro valor y la igualdad de derechos que nos merecemos".
En una entrevista con el diario británico The Guardian, la madre de Hyde dijo que desconocía la situación en la que se encontraba su hijo y que estaba dispuesta a ayudarlo financieramente. Sin embargo, dijo que él no iba a aceptar su dinero.
La ONU no proporciona salario de pago, transporte, vivienda o atención médica en sus pasantías. El certificado de prácticas es la única retribución por el trabajo realizado.
Ahmad Fawzi, jefe del servicio de información de las ONU en Ginebra, dijo a la BBC que el programa ofrece otros beneficios, como la reducción de precios de los alimentos en la cafetería.
David Hyde viajó de Nueva Zelanda a París, en Francia, para estudiar Política Internacional en el Instituto de Estudios Políticos de la ciudad.
Cuando se convirtió en licenciado, este joven decidió postular a una plaza como pasante interno ad honorem en la web de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Ginebra y fue aceptado.
Hyde reveló en una conferencia de prensa, fuera de la sede de la ONU, que pasaba sus noches en una carpa azul frente a ese establecimiento porque no tenía un lugar que pudiera pagar.
"Por la noche veo colegas pasar", recordaba mientras trataba de mantener sus zapatos de cuero fuera del barro.
Hyde anunció a los medios esa misma tarde que renunció porque era "demasiado difícil seguir concentrado en mi trabajo".
"¿Cómo hacen los otros que sí se quedan practicando?”, le preguntaron al ahora ex pasante. "En última instancia, sólo se quedan aquellos cuyos padres pueden costear tal oportunidad", respondió.
El joven dijo a la prensa que la larga tradición de la ONU sobre pedir a los profesionales trabajar gratis “no es justa” y animó a sus compañeros practicantes sin paga a "impulsar el reconocimiento de nuestro valor y la igualdad de derechos que nos merecemos".
En una entrevista con el diario británico The Guardian, la madre de Hyde dijo que desconocía la situación en la que se encontraba su hijo y que estaba dispuesta a ayudarlo financieramente. Sin embargo, dijo que él no iba a aceptar su dinero.
La ONU no proporciona salario de pago, transporte, vivienda o atención médica en sus pasantías. El certificado de prácticas es la única retribución por el trabajo realizado.
Ahmad Fawzi, jefe del servicio de información de las ONU en Ginebra, dijo a la BBC que el programa ofrece otros beneficios, como la reducción de precios de los alimentos en la cafetería.