Arlette
23-09-2016, 03:43 PM
Cuando se analizan los indicadores fundamentales de un negocio, la mayoría de las veces suele centrarse la atención en las ganancias contables de la empresa. Pero el flujo de caja libre puede ser un indicador más valioso y transparente al respecto. Además, los datos estadísticos demuestran que seleccionar inversiones en base a los flujos de caja tiende a generar resultados ganadores a largo plazo.
Flujo de caja versus ganancias
Ganancias contables y flujo de caja son dos conceptos relacionados, aunque materialmente diferentes. El resultado contable de una compañía mide las ventas y costos en un determinado período, más allá de si los ingresos y egresos de efectivo se realizaron o no en ese período en particular. En cambio, los flujos de caja muestran la entrada y salida de efectivo por diferentes vías.
Los resultados contables del negocio se basan en todo tipo de supuestos y presunciones del equipo directivo de la firma; esto incluye estimaciones sobre depreciaciones y amortizaciones, contabilidad de inventarios, o créditos incobrables, entre otros aspectos. Por otro lado, el flujo de caja no contempla estas cuestiones, simplemente refleja entradas y salidas de fondos, por lo tanto, se trata de un indicador que no puede ser manipulado por el management de la compañía en la misma medida que los resultados contables.
Además, el flujo de caja puede ser más valioso que los resultados contables a la hora de medir la salud financiera del negocio. En ocasiones, las empresas generan grandes ganancias contables que no se ven reflejadas en los flujos de caja, por ejemplo cuando la compañía financia los pagos de sus clientes a largo plazo, o cuando necesita reinvertir grandes sumas de capital en inventario.
En este caso, puede suceder que el negocio enfrente necesidades de liquidez, ante lo cual necesita emitir deuda o nuevas acciones para conseguir capital. En cambio, cuando seleccionamos activos en base a su flujo de caja, estaremos poniendo la atención en compañías que no necesitan financiamiento externo para seguir creciendo, lo cual tiene claros beneficios en términos de riesgo y sustentabilidad.
Un indicador clásico al respecto es el flujo de caja libre, el cual se calcula tomando los flujos de caja operativos y descontando las inversiones en gasto de capital. Básicamente, el flujo de caja libre nos indica la cantidad de efectivo que el negocio produce de sus operaciones luego de financiar las inversiones necesarias para sostenerse y continuar creciendo.
Mientras mayor es el flujo de caja libre, mayor es también el dinero del cual dispone el equipo directivo de la compañía para recompensar a los inversionistas con distribuciones de efectivo y realizar todo tipo de inversiones.
Retorno de flujo de caja
El retorno de flujo de caja toma el flujo de caja libre del negocio y lo relaciona con el precio de la empresa en el mercado. El indicador mide el flujo de caja libre por cada acción y lo divide por el precio de mercado de estas acciones. De esta manera, nos indica el nivel de rentabilidad anual que estamos obteniendo en flujos de caja libres cuando compramos dichos papeles al precio actual de mercado.
Al igual que sucede con otros indicadores similares, es muy importante tener en cuenta que los flujos de caja del negocio pueden modificarse en el tiempo, y el análisis debe siempre ser dinámico a diferencia de estático. La clave es prestar atención a la evolución de los flujos de caja en el tiempo, y no asumir que un valor determinado para un año en particular nos indica todo lo que debemos saber sobre el negocio.
Más allá de esto, los datos estadísticos indican que seleccionar compañías en base a rentabilidad por flujo de caja libre tiende a ser una estrategia ganadora en el tiempo. Según un estudio de Manning Napper Advisors, las acciones de compañías con una rentabilidad por flujo de caja libre elevado tienden a superar al promedio del mercado. En el mismo sentido, los datos son consistentes al respecto, indicando que existe una relación directa entre rentabilidad por flujo de caja libre y ganancias del inversionista.
De acuerdo a estos datos, entre 1990 y 2015, el primer cuartil de empresas en base a su rentabilidad por flujo de caja libre, es decir el 25% de las acciones con una rentabilidad por flujo de caja libre más elevado, generó un retorno acumulado anual del 14,65%. El dato supera con comodidad el retorno anual del 11,12% generado por el promedio de las compañías en la base de datos.
Sustentando la validez del estudio, las ganancias anuales caen al 11,64% para el segundo cuartil en base a rentabilidad por flujo de caja, mientras que el tercer cuartil generó un retorno anual del 10,16%, y el retorno anual para el cuarto cuartil desciende al 6,75%.
No existe ninguna fórmula mágica ni infalible para seleccionar acciones ganadoras. Sin embargo, invertir en compañías con elevada rentabilidad por flujos de caja libres tiene bastante sentido desde el punto de vista teórico, y los datos empíricos demuestran que los resultados prácticos tienden a ser atractivos.
Flujo de caja versus ganancias
Ganancias contables y flujo de caja son dos conceptos relacionados, aunque materialmente diferentes. El resultado contable de una compañía mide las ventas y costos en un determinado período, más allá de si los ingresos y egresos de efectivo se realizaron o no en ese período en particular. En cambio, los flujos de caja muestran la entrada y salida de efectivo por diferentes vías.
Los resultados contables del negocio se basan en todo tipo de supuestos y presunciones del equipo directivo de la firma; esto incluye estimaciones sobre depreciaciones y amortizaciones, contabilidad de inventarios, o créditos incobrables, entre otros aspectos. Por otro lado, el flujo de caja no contempla estas cuestiones, simplemente refleja entradas y salidas de fondos, por lo tanto, se trata de un indicador que no puede ser manipulado por el management de la compañía en la misma medida que los resultados contables.
Además, el flujo de caja puede ser más valioso que los resultados contables a la hora de medir la salud financiera del negocio. En ocasiones, las empresas generan grandes ganancias contables que no se ven reflejadas en los flujos de caja, por ejemplo cuando la compañía financia los pagos de sus clientes a largo plazo, o cuando necesita reinvertir grandes sumas de capital en inventario.
En este caso, puede suceder que el negocio enfrente necesidades de liquidez, ante lo cual necesita emitir deuda o nuevas acciones para conseguir capital. En cambio, cuando seleccionamos activos en base a su flujo de caja, estaremos poniendo la atención en compañías que no necesitan financiamiento externo para seguir creciendo, lo cual tiene claros beneficios en términos de riesgo y sustentabilidad.
Un indicador clásico al respecto es el flujo de caja libre, el cual se calcula tomando los flujos de caja operativos y descontando las inversiones en gasto de capital. Básicamente, el flujo de caja libre nos indica la cantidad de efectivo que el negocio produce de sus operaciones luego de financiar las inversiones necesarias para sostenerse y continuar creciendo.
Mientras mayor es el flujo de caja libre, mayor es también el dinero del cual dispone el equipo directivo de la compañía para recompensar a los inversionistas con distribuciones de efectivo y realizar todo tipo de inversiones.
Retorno de flujo de caja
El retorno de flujo de caja toma el flujo de caja libre del negocio y lo relaciona con el precio de la empresa en el mercado. El indicador mide el flujo de caja libre por cada acción y lo divide por el precio de mercado de estas acciones. De esta manera, nos indica el nivel de rentabilidad anual que estamos obteniendo en flujos de caja libres cuando compramos dichos papeles al precio actual de mercado.
Al igual que sucede con otros indicadores similares, es muy importante tener en cuenta que los flujos de caja del negocio pueden modificarse en el tiempo, y el análisis debe siempre ser dinámico a diferencia de estático. La clave es prestar atención a la evolución de los flujos de caja en el tiempo, y no asumir que un valor determinado para un año en particular nos indica todo lo que debemos saber sobre el negocio.
Más allá de esto, los datos estadísticos indican que seleccionar compañías en base a rentabilidad por flujo de caja libre tiende a ser una estrategia ganadora en el tiempo. Según un estudio de Manning Napper Advisors, las acciones de compañías con una rentabilidad por flujo de caja libre elevado tienden a superar al promedio del mercado. En el mismo sentido, los datos son consistentes al respecto, indicando que existe una relación directa entre rentabilidad por flujo de caja libre y ganancias del inversionista.
De acuerdo a estos datos, entre 1990 y 2015, el primer cuartil de empresas en base a su rentabilidad por flujo de caja libre, es decir el 25% de las acciones con una rentabilidad por flujo de caja libre más elevado, generó un retorno acumulado anual del 14,65%. El dato supera con comodidad el retorno anual del 11,12% generado por el promedio de las compañías en la base de datos.
Sustentando la validez del estudio, las ganancias anuales caen al 11,64% para el segundo cuartil en base a rentabilidad por flujo de caja, mientras que el tercer cuartil generó un retorno anual del 10,16%, y el retorno anual para el cuarto cuartil desciende al 6,75%.
No existe ninguna fórmula mágica ni infalible para seleccionar acciones ganadoras. Sin embargo, invertir en compañías con elevada rentabilidad por flujos de caja libres tiene bastante sentido desde el punto de vista teórico, y los datos empíricos demuestran que los resultados prácticos tienden a ser atractivos.