Arlette
16-11-2016, 11:51 PM
Naciones Unidas dijo que por ahora solo ha recibido en torno a un 40 % de los 120 millones de dólares en fondos de emergencia que solicitó para apoyar a Haití tras el paso del huracán Matthew.
Más de un mes después de la catástrofe, la organización está teniendo dificultades para encontrar recursos, según admitió en una conferencia de prensa John Ging, el director de operaciones de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA).
Ging se mostró sorprendido por el poco apoyo de los donantes a Haití y dijo que la respuesta recibida hasta ahora está claramente por debajo de la habitual ante desastres naturales de este tipo.
"Habitualmente recibimos alrededor de un 60 % (de los fondos de emergencia) en el primer mes", apuntó el responsable de la OCHA, que recordó que la solicitud en el caso de Haití era ya modesta.
Por ello, hizo un llamamiento a los donantes para que participen y ayuden a evitar "mucho sufrimiento innecesario".
Ging, de vuelta a Nueva York tras visitar Haití, recordó que mucha gente lo ha perdido todo con el huracán, en un país que ya sufría por la pobreza extrema y muchos otros problemas.
Según la ONU, el desastre afectó directamente a 1,4 millones de personas, dejó a unas 800.000 necesitadas de ayuda alimentaria y provocó el desplazamiento de 175.000.
Ging destacó que el despliegue efectuado por las agencias humanitarias en previsión del huracán ayudó mucho a la hora de llevar asistencia de forma rápida a la población, pero reconoció que los daños que experimentaron las infraestructuras en ciertas zonas han dificultado el acceso a algunas comunidades.
Tras el huracán, uno de los grandes riesgos para la ONU era la propagación del cólera, por lo que se puso en marcha una campaña de vacunación para 800.000 personas que se ha desarrollado con éxito, añadió.
Además de Haití, Ging visitó recientemente Sudán del Sur, un país al que se refirió como "el más peligroso del mundo para los trabajadores humanitarios".
Según recordó, 67 de ellos han sido asesinados mientras trabajaban allí desde finales del 2013 y a actualmente siguen encontrándose con continuos obstáculos para operar.
Más de un mes después de la catástrofe, la organización está teniendo dificultades para encontrar recursos, según admitió en una conferencia de prensa John Ging, el director de operaciones de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA).
Ging se mostró sorprendido por el poco apoyo de los donantes a Haití y dijo que la respuesta recibida hasta ahora está claramente por debajo de la habitual ante desastres naturales de este tipo.
"Habitualmente recibimos alrededor de un 60 % (de los fondos de emergencia) en el primer mes", apuntó el responsable de la OCHA, que recordó que la solicitud en el caso de Haití era ya modesta.
Por ello, hizo un llamamiento a los donantes para que participen y ayuden a evitar "mucho sufrimiento innecesario".
Ging, de vuelta a Nueva York tras visitar Haití, recordó que mucha gente lo ha perdido todo con el huracán, en un país que ya sufría por la pobreza extrema y muchos otros problemas.
Según la ONU, el desastre afectó directamente a 1,4 millones de personas, dejó a unas 800.000 necesitadas de ayuda alimentaria y provocó el desplazamiento de 175.000.
Ging destacó que el despliegue efectuado por las agencias humanitarias en previsión del huracán ayudó mucho a la hora de llevar asistencia de forma rápida a la población, pero reconoció que los daños que experimentaron las infraestructuras en ciertas zonas han dificultado el acceso a algunas comunidades.
Tras el huracán, uno de los grandes riesgos para la ONU era la propagación del cólera, por lo que se puso en marcha una campaña de vacunación para 800.000 personas que se ha desarrollado con éxito, añadió.
Además de Haití, Ging visitó recientemente Sudán del Sur, un país al que se refirió como "el más peligroso del mundo para los trabajadores humanitarios".
Según recordó, 67 de ellos han sido asesinados mientras trabajaban allí desde finales del 2013 y a actualmente siguen encontrándose con continuos obstáculos para operar.