Arlette
17-02-2017, 11:47 PM
Los inversores poco sofisticados están acostumbrados a operar en los mercados secundarios, es decir en las bolsas formales con activos estandarizados cuando los instrumentos financieros ya fueron creados o emitidos, lo que les da cierta seguridad respecto a la garantía de liquidación de las operaciones y una transparencia total respecto a los precios de mercados y el volumen o profundidad de mercado.
Hay una cotización única de una acción, más allá de en qué plataforma o bolsa haya sido ejecutada porque confluyen todas las órdenes en un mismo lugar para acciones como Apple (AAPL) o General Motors (GM). Lo mismo es válido para los bonos que están listados o autorizados para operar en determinadas bolsas. Dichas bolsas informan los precios de ejecución de cada operación y de cierre.
Lo mismo sucede en los mercados de futuros, que son garantizados por las bolsas en donde esos contratos estandarizados son ejecutados a diferencia de otros mercados más informales y poco estandarizados para operar ese mismo barril de petróleo o esa misma libra de cobre, que se operan con contratos forwards más informales y menos estandarizados (es un contrato mutuo entre las partes), aunque existen contratos forwards cada vez más regulados en algunas bolsas.
Pero según la clasificación que identifica a las bolsas y los tipos de operatorias que un inversor puede realizar, se pueden comprar y vender las mismas acciones o los mismos bonos a través de otros sistemas, es decir que pueden desenvolverse en distintos mercados.
¿Cuáles son los distintos mercados en los que se puede operar? En esta nota intentaré explicar la diferencia entre mercado primario y el mercado secundario, así como un mercado Over-The-Counter (OTC), dado que la palabra mercado puede tener muchas acepciones.
Los activos reales se crean cuando se fabrican y mueren cuando se amortizan o desgastan por el paso del tiempo o su uso o se destruyen en forma inesperada, como puede ser el caso de un incendio. Pero en el mundo financiero existe lo que se denomina el mercado primario, que se refiere al mercado original en el que se crean los valores, la primera instancia de vida de los instrumentos financieros, que es cuando son emitidos y en donde los inversores pueden suscribir tanto acciones como bonos en la emisión u origen de los mismos, en donde intervienen los bancos o intermediarios colocadores.
Los activos financieros que poseen una vida limitada, mueren cuando vencen o cuando son rescatados (en ambos casos, bonos o acciones preferidas), cuando la empresa quiebra, o bien no lo hacen nunca, como puede ser el caso de una acción de una compañía que goza de buena salud (acciones).
En los mercados primarios, los inversores adquieren los títulos directamente de una compañía o del gobierno, y no realizando una operación de compra/venta con otros inversores (mercado secundario).
Es allí donde se crean los valores: en este mercado, que las empresas venden o salen a “flotar” nuevas acciones y bonos al público por primera vez. Es allí donde opera la oferta pública inicial (IPO) de las acciones de una empresa privada, que vende al público por primera vez (o realiza una ampliación de las existentes), o bien coloca un bono entre diversos inversores.
Si bien existen muchas particularidades legales como normas y reglamentos específicos en función de cada país, el proceso de colocación sigue un patrón general: una empresa que busca fondos para concretar un proyecto de inversión o inyectar capital de trabajo en su ciclo operativo (o bien refinanciar una deuda, por ejemplo) entra en contacto con un banco colocador o un agente “colocador” de títulos para poder analizar los detalles legales y financieros de una oferta pública. Se confecciona un “prospecto” en el que se detallan los intereses de la compañía, las cifras históricas, las perspectivas y los detalles de la necesidad de fondos que tiene rango de un contrato entre las partes que deberá ser cumplido, un tema que adquiere especial énfasis en el caso de los títulos de renta fija o bonos por el riesgo de default que conllevan.
Por el contrario, el mercado secundario es aquel en el cual se negocian libremente entre los inversores una vez que ya comenzó a cotizar estando listada. Pero existen particularidades que conviene analizar. El mercado primario es la justificación misma de los mercados, de su razón de ser, que es la de intermediar entre la oferta y la demanda de fondos entre las distintas unidades económicas de una economía, que son las Familias (unidades excedentarias, ya que poseen los factores de producción) y las Empresas y el Estado. Estas últimas son unidades deficitarias por naturaleza: el Estado para satisfacer las necesidades de la población, y las empresas para poder concretar sus proyectos de inversión.
El mercado secundario es típicamente el mercado bursátil o de valores. El Nasdaq o el New York Stock Exchange (NYSE) en los Estados Unidos, así como la Bolsa de Comercio de Buenos Aires (BCBA) o la Bolsa de Valores de Santiago de Chile en Latinoamérica, que son las bolsas de valores en las cuales se operan títulos allí listados una vez concretada la emisión primaria de las empresas o los gobiernos.
A diferencia del mercado primario, la característica que define al mercado secundario es que los inversores “transan” entre ellos los activos listados. Por ejemplo, si uno va a comprar acciones de Ambev en el NYSE (ABV) donde están listadas bajo la forma de American Deposit Receipts (ADRs), uno terminará haciendo la transacción, siendo la contrapartida otro inversor que posee acciones de la embotelladora brasileña. La empresa no está involucrada en la transacción.
A su vez, en el mercado secundario, uno puede operar de dos maneras muy diferentes: a través del mercado “a viva voz” (o “de subastas”), o bien a través del mercado electrónico. En el mercado de subastas, todos los individuos e instituciones que quieren comerciar valores se congregan en un área física determinada y se dan a conocer entre ellos personalmente los precios a los que están dispuestos a comprar y vender, los precios de oferta y demanda. Se trata de conformar así un mercado eficiente en el que se reúnen todas las partes y que ellos revelan públicamente sus precios (ofrecidos y demandados). Un ejemplo de mercado de subasta es el NYSE, pero esta modalidad de operación está en desuso.
En cambio, en el mercado electrónico, las partes no deben converger a ninguna ubicación física central determinada, sino que los participantes en éste están conectados a través de las redes eléctricas y electrónicas, con un simple teléfono o fax de por medio hasta sofisticados sistemas de trading.
Muchas veces existen intermediarios llamados “broker dealers” que ofician de “market makers”, o “hacedores de mercado”. Estos últimos mantienen un inventario de esas acciones y están dispuestos a comprar o vender con los participantes del mercado. Muchas veces, son los mismos colocadores de esos títulos en el mercado a fin de darle liquidez, un requisito muchas veces demandado por las empresas emisoras.
Existe otro mercado muy importante: el mercado Over-The-Counter (OTC). Se trata típicamente de un sistema relativamente desorganizado en donde el intercambio no se produce en un lugar físico, como hemos descrito anteriormente, sino a través de una red de intermediarios distribuidores. El término fue acuñado en Wall Street durante el mercado alcista de la década de 1920, en el que las acciones se vendían "over-the-counter" en las tiendas de las acciones. En otras palabras, las acciones no están listadas ni cotizan en una bolsa de valores, sino que están “despistadas” de esos mercados.
Puede que estén listadas en algunos otros países. Por ejemplo, las acciones de Samsung o Volkswagen cotizan en sus países de origen con mucha liquidez (Alemania y Corea del Sur, respectivamente, entre otros mercados listados), pero no están listadas en los EE.UU. y cotizan bajo esa modalidad.
El significado de OTC comenzó a cambiar con el tiempo. A modo de ejemplo, el Nasdaq fue creado en 1971 por la Asociación Nacional de Corredores de Valores (NASD, por sus siglas en inglés) para llevar liquidez a las empresas que se negociaban a través de esas redes de distribuidores e intermediarios. A medida que el Nasdaq fue evolucionando con el tiempo para convertirse en una importante bolsa, su rol de intermediario en el mercado over-the-counter se ha vuelto menos relevante.
En síntesis, no hay una sola manera de operar en el mercado una acción, sino que hay varias. En todo momento recomiendo acudir a los mercados en donde exista una mayor liquidez y sea más transparente. Pero puede ocurrir que un bono pueda haber sido emitido en el mercado primario y no encontrar otra forma de ser transado que no sea operado a través del mercado informal OTC entre un bróker y otro porque no está listado en ninguna bolsa. O bien si está listado allí, no encuentra liquidez.
Hay una cotización única de una acción, más allá de en qué plataforma o bolsa haya sido ejecutada porque confluyen todas las órdenes en un mismo lugar para acciones como Apple (AAPL) o General Motors (GM). Lo mismo es válido para los bonos que están listados o autorizados para operar en determinadas bolsas. Dichas bolsas informan los precios de ejecución de cada operación y de cierre.
Lo mismo sucede en los mercados de futuros, que son garantizados por las bolsas en donde esos contratos estandarizados son ejecutados a diferencia de otros mercados más informales y poco estandarizados para operar ese mismo barril de petróleo o esa misma libra de cobre, que se operan con contratos forwards más informales y menos estandarizados (es un contrato mutuo entre las partes), aunque existen contratos forwards cada vez más regulados en algunas bolsas.
Pero según la clasificación que identifica a las bolsas y los tipos de operatorias que un inversor puede realizar, se pueden comprar y vender las mismas acciones o los mismos bonos a través de otros sistemas, es decir que pueden desenvolverse en distintos mercados.
¿Cuáles son los distintos mercados en los que se puede operar? En esta nota intentaré explicar la diferencia entre mercado primario y el mercado secundario, así como un mercado Over-The-Counter (OTC), dado que la palabra mercado puede tener muchas acepciones.
Los activos reales se crean cuando se fabrican y mueren cuando se amortizan o desgastan por el paso del tiempo o su uso o se destruyen en forma inesperada, como puede ser el caso de un incendio. Pero en el mundo financiero existe lo que se denomina el mercado primario, que se refiere al mercado original en el que se crean los valores, la primera instancia de vida de los instrumentos financieros, que es cuando son emitidos y en donde los inversores pueden suscribir tanto acciones como bonos en la emisión u origen de los mismos, en donde intervienen los bancos o intermediarios colocadores.
Los activos financieros que poseen una vida limitada, mueren cuando vencen o cuando son rescatados (en ambos casos, bonos o acciones preferidas), cuando la empresa quiebra, o bien no lo hacen nunca, como puede ser el caso de una acción de una compañía que goza de buena salud (acciones).
En los mercados primarios, los inversores adquieren los títulos directamente de una compañía o del gobierno, y no realizando una operación de compra/venta con otros inversores (mercado secundario).
Es allí donde se crean los valores: en este mercado, que las empresas venden o salen a “flotar” nuevas acciones y bonos al público por primera vez. Es allí donde opera la oferta pública inicial (IPO) de las acciones de una empresa privada, que vende al público por primera vez (o realiza una ampliación de las existentes), o bien coloca un bono entre diversos inversores.
Si bien existen muchas particularidades legales como normas y reglamentos específicos en función de cada país, el proceso de colocación sigue un patrón general: una empresa que busca fondos para concretar un proyecto de inversión o inyectar capital de trabajo en su ciclo operativo (o bien refinanciar una deuda, por ejemplo) entra en contacto con un banco colocador o un agente “colocador” de títulos para poder analizar los detalles legales y financieros de una oferta pública. Se confecciona un “prospecto” en el que se detallan los intereses de la compañía, las cifras históricas, las perspectivas y los detalles de la necesidad de fondos que tiene rango de un contrato entre las partes que deberá ser cumplido, un tema que adquiere especial énfasis en el caso de los títulos de renta fija o bonos por el riesgo de default que conllevan.
Por el contrario, el mercado secundario es aquel en el cual se negocian libremente entre los inversores una vez que ya comenzó a cotizar estando listada. Pero existen particularidades que conviene analizar. El mercado primario es la justificación misma de los mercados, de su razón de ser, que es la de intermediar entre la oferta y la demanda de fondos entre las distintas unidades económicas de una economía, que son las Familias (unidades excedentarias, ya que poseen los factores de producción) y las Empresas y el Estado. Estas últimas son unidades deficitarias por naturaleza: el Estado para satisfacer las necesidades de la población, y las empresas para poder concretar sus proyectos de inversión.
El mercado secundario es típicamente el mercado bursátil o de valores. El Nasdaq o el New York Stock Exchange (NYSE) en los Estados Unidos, así como la Bolsa de Comercio de Buenos Aires (BCBA) o la Bolsa de Valores de Santiago de Chile en Latinoamérica, que son las bolsas de valores en las cuales se operan títulos allí listados una vez concretada la emisión primaria de las empresas o los gobiernos.
A diferencia del mercado primario, la característica que define al mercado secundario es que los inversores “transan” entre ellos los activos listados. Por ejemplo, si uno va a comprar acciones de Ambev en el NYSE (ABV) donde están listadas bajo la forma de American Deposit Receipts (ADRs), uno terminará haciendo la transacción, siendo la contrapartida otro inversor que posee acciones de la embotelladora brasileña. La empresa no está involucrada en la transacción.
A su vez, en el mercado secundario, uno puede operar de dos maneras muy diferentes: a través del mercado “a viva voz” (o “de subastas”), o bien a través del mercado electrónico. En el mercado de subastas, todos los individuos e instituciones que quieren comerciar valores se congregan en un área física determinada y se dan a conocer entre ellos personalmente los precios a los que están dispuestos a comprar y vender, los precios de oferta y demanda. Se trata de conformar así un mercado eficiente en el que se reúnen todas las partes y que ellos revelan públicamente sus precios (ofrecidos y demandados). Un ejemplo de mercado de subasta es el NYSE, pero esta modalidad de operación está en desuso.
En cambio, en el mercado electrónico, las partes no deben converger a ninguna ubicación física central determinada, sino que los participantes en éste están conectados a través de las redes eléctricas y electrónicas, con un simple teléfono o fax de por medio hasta sofisticados sistemas de trading.
Muchas veces existen intermediarios llamados “broker dealers” que ofician de “market makers”, o “hacedores de mercado”. Estos últimos mantienen un inventario de esas acciones y están dispuestos a comprar o vender con los participantes del mercado. Muchas veces, son los mismos colocadores de esos títulos en el mercado a fin de darle liquidez, un requisito muchas veces demandado por las empresas emisoras.
Existe otro mercado muy importante: el mercado Over-The-Counter (OTC). Se trata típicamente de un sistema relativamente desorganizado en donde el intercambio no se produce en un lugar físico, como hemos descrito anteriormente, sino a través de una red de intermediarios distribuidores. El término fue acuñado en Wall Street durante el mercado alcista de la década de 1920, en el que las acciones se vendían "over-the-counter" en las tiendas de las acciones. En otras palabras, las acciones no están listadas ni cotizan en una bolsa de valores, sino que están “despistadas” de esos mercados.
Puede que estén listadas en algunos otros países. Por ejemplo, las acciones de Samsung o Volkswagen cotizan en sus países de origen con mucha liquidez (Alemania y Corea del Sur, respectivamente, entre otros mercados listados), pero no están listadas en los EE.UU. y cotizan bajo esa modalidad.
El significado de OTC comenzó a cambiar con el tiempo. A modo de ejemplo, el Nasdaq fue creado en 1971 por la Asociación Nacional de Corredores de Valores (NASD, por sus siglas en inglés) para llevar liquidez a las empresas que se negociaban a través de esas redes de distribuidores e intermediarios. A medida que el Nasdaq fue evolucionando con el tiempo para convertirse en una importante bolsa, su rol de intermediario en el mercado over-the-counter se ha vuelto menos relevante.
En síntesis, no hay una sola manera de operar en el mercado una acción, sino que hay varias. En todo momento recomiendo acudir a los mercados en donde exista una mayor liquidez y sea más transparente. Pero puede ocurrir que un bono pueda haber sido emitido en el mercado primario y no encontrar otra forma de ser transado que no sea operado a través del mercado informal OTC entre un bróker y otro porque no está listado en ninguna bolsa. O bien si está listado allí, no encuentra liquidez.