El BCE va a facilitar a los bancos británicos que puedan operar en Eurozona

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La vicepresidenta del consejo de supervisión del Banco Central Europeo (BCE), Sabine Lautenschläger, dijo que la entidad va a facilitar que los bancos británicos puedan operar en la zona del euro, ya que no va a comprobar inicialmente sus modelos internos si han sido aprobados antes por los reguladores del Reino Unido.

Lautenschläger consideró en una reunión del consejo de la Asociación para Mercados Financieros en Europa (AFME por sus siglas en inglés) que "es todavía muy confuso" cómo será la situación tras la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE).

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Los bancos y los supervisores todavía deben prepararse para cualquier escenario. El peor de los casos sería un 'brexit duro' (salida total de la UE). En este escenario, el Reino Unido se convertiría en un tercer país desde el punto de vista de la UE", según Lautenschläger.
Como resultado, los bancos británicos pueden perder el pasaporte europeo con el que acceden al mercado único, añadió, lo que afectaría a muchos de los 40 grupos bancarios del Reino Unido que actualmente operan en el mercado único.
Deberán encontrar otra forma de operar: la más probable es que busquen obtener una licencia bancaria en un país de la UE para recuperar el pasaporte, dijo.
En la zona del euro, estas licencias están garantizadas por el BCE, que va a facilitarles que operen en Europa porque no va a comprobar sus modelos internos.

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No nos importa si los bancos británicos se mudan a Fráncfort, Dublín, París o a otro lugar en la zona del euro. Nos preocupa que sean bancos seguros y sanos", afirmó.
"No aceptaremos empresas instrumentales (sin actividades ni activos). Todas las empresas en la zona del euro deben tener una gestión de riesgos local adecuada, suficiente personal local e independencia operacional", añadió Lautenschläger.
E instó a cambiar de planes a los bancos que persigan contabilizar permanentemente sus exposiciones con otra entidad en Londres y a los bancos que quieren contabilizar sus exposiciones con una entidad de la zona del euro, mientras tienen su gestión de riesgos en otro lugar, lo que supone una carga para las entidades británicas que soliciten una nueva licencia en la UE.

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Por ello el BCE va a aceptar un periodo de transición en el que nuevas entidades en la zona del euro podrán utilizar sus modelos internos, que todavía no han sido aprobados por el BCE, pero con condiciones.
Una de ellas es que esos modelos hayan recibido el visto bueno de la Autoridad de Regulación Prudencial del Reino Unido.
Los bancos deberán solicitar una aprobación de sus modelos internos al BCE y el periodo de transición terminará cuando se apruebe o rechace el modelo interno.
Lautenschläger añadió que el cálculo de activos ponderados por riesgo debería reflejar el riesgo real y que los bancos no deberían usar modelos internos obsoletos u oscuros, que se han utilizado mal en ocasiones.
De los 126 bancos significativos que el BCE supervisa, sólo 68 utilizan modelos internos para calcular sus riesgos y la cantidad mínima de capital que están obligados a mantener por ley.
El BCE ha lanzado un proyecto de revisión de los modelos internos (llamado TRIM, por sus siglas en inglés) para evaluar si los utilizados actualmente por las entidades de crédito cumplen los requisitos regulatorios, y si son fiables y comparables.