jesusm100
03-05-2017, 10:25 PM
El presidente Donald Trump prometió acelerar la tasa de expansión del PIB, hasta colocarla por encima del 3%
El 13 de septiembre de 1974, en un restaurante de Washington DC, el joven economista Arthur Laffer hizo historia. En esa ocasión dibujó sobre una servilleta de tela lo que sería el embrión de una propuesta de reforma fiscal basada en la disminución de impuestos, que tenía como objetivo acelerar el crecimiento de la economía de los Estados Unidos.
Años más tarde el presidente Ronald Reagan compró las ideas tributarias de Laffer y llevó a cabo una reducción de la tasa de impuesto sobre la renta empresarial de 50% a un 28%. La economía estadounidense entró en una etapa de auge, alcanzando una tasa crecimiento de 4.8% entre 1983 y 1988.
El presidente Donald Trump prometió acelerar la tasa de expansión del PIB, hasta colocarla por encima del 3%. En los últimos ocho años la tasa de crecimiento promedio ha sido de apenas un 2%. Una recuperación extraordinariamente lenta.
La propuesta tributaria de Trump reduciría la tasa de impuesto sobre la renta empresarial de 35% a un 15%, estableciéndose un carácter territorial del impuesto. Esto significa que las empresas estadounidenses sólo pagarían impuestos en el país donde generen los beneficios. Al mismo tiempo se simplificaría el impuesto sobre la renta de las personas físicas, reduciendo el número de tramos impositivos de siete a tres, con tasas de 10%, 25% y 35%.
Esa reforma tributaria promovería la inversión privada, elevaría la productividad laboral e incrementaría el ingreso promedio de la población a un ritmo más acelerado. Estoy seguro de que ese resultado positivo creará una nueva ola de reformas tributarias a nivel global, basándose en los principios de la economía de la oferta de Laffer.
El 13 de septiembre de 1974, en un restaurante de Washington DC, el joven economista Arthur Laffer hizo historia. En esa ocasión dibujó sobre una servilleta de tela lo que sería el embrión de una propuesta de reforma fiscal basada en la disminución de impuestos, que tenía como objetivo acelerar el crecimiento de la economía de los Estados Unidos.
Años más tarde el presidente Ronald Reagan compró las ideas tributarias de Laffer y llevó a cabo una reducción de la tasa de impuesto sobre la renta empresarial de 50% a un 28%. La economía estadounidense entró en una etapa de auge, alcanzando una tasa crecimiento de 4.8% entre 1983 y 1988.
El presidente Donald Trump prometió acelerar la tasa de expansión del PIB, hasta colocarla por encima del 3%. En los últimos ocho años la tasa de crecimiento promedio ha sido de apenas un 2%. Una recuperación extraordinariamente lenta.
La propuesta tributaria de Trump reduciría la tasa de impuesto sobre la renta empresarial de 35% a un 15%, estableciéndose un carácter territorial del impuesto. Esto significa que las empresas estadounidenses sólo pagarían impuestos en el país donde generen los beneficios. Al mismo tiempo se simplificaría el impuesto sobre la renta de las personas físicas, reduciendo el número de tramos impositivos de siete a tres, con tasas de 10%, 25% y 35%.
Esa reforma tributaria promovería la inversión privada, elevaría la productividad laboral e incrementaría el ingreso promedio de la población a un ritmo más acelerado. Estoy seguro de que ese resultado positivo creará una nueva ola de reformas tributarias a nivel global, basándose en los principios de la economía de la oferta de Laffer.