Arlette
09-06-2017, 07:08 PM
El emperador de Japón, muy respetado en su país y "símbolo del Estado", forma parte de una dinastía de más de 2.600 años que actualmente heredan los hombres, aunque en el pasado hubo ocho emperatrices.
El parlamento adoptó este viernes una ley que autorizará al actual emperador Akihito (83 años) a abdicar en una fecha todavía por determinar.
El soberano teme no poder cumplir con sus obligaciones por su avanzada edad. Será la primera abdicación de este tipo en más de 200 años.
— Una historia muy antigua —
La familia imperial japonesa forma la dinastía más antigua del mundo y su historia, salpicada de numerosos mitos, se remonta a más de 2.600 años.
Akihito es el 125º emperador desde su ancestro lejano Jimmu, considerado un descendiente de la diosa del sol Amaterasu.
Los emperadores desempeñan un gran papel en el culto japonés del sintoísmo, a través de diversos ritos anuales y de oraciones por la prosperidad del país.
— Símbolo constitucional —
La mayor amenaza a la que se ha confrontado la familia imperial en su larga historia surgió tras la derrota de Japón durante la Segunda Guerra Mundial.
Los Aliados habían previsto suprimir el estatus imperial del soberano de entonces, Hirohito, en cuyo nombre las fuerzas armadas japonesas atacaron e invadieron una parte de Asia Pacífico. Pero el general estadounidense Douglas MacArthur convenció a su jerarquía del mantenimiento del emperador para evitar desmoralizar del todo al pueblo japonés. Aun así Hirohito quedó privado de su estatus semidivino y de sus poderes políticos.
En virtud de la Constitución impuesta por Estados Unidos después de la rendición de Japón al final de la guerra, que entró en vigor en 1947, el papel del emperador se limita al de "símbolo del Estado y de la unidad del pueblo japonés", para prevenir una vuelta al militarismo.
— Popularidad —
El emperador y su familia gozan de gran popularidad entre los japoneses.
El emperador Akihito y la emperatriz Mich**o, muy empáticos, visitan siempre los lugares de catástrofes naturales en el país. Desde hace seis años han manifestado de diversas formas su apoyo a los habitantes de las regiones golpeadas por el terremoto de marzo de 2011, seguido de un gigantesco tsunami y de la catástrofe nuclear de Fukushima.
Akihito dio a entender en varias ocasiones que Japón no debe minimizar su militarismo del siglo XX y las atrocidades cometidas durante la Segunda Guerra Mundial, unas declaraciones interpretadas como un ataque a las posiciones nacionalistas del primer ministro Shinzo Abe y su entorno conservador.
— Un club masculino —
La familia se rige por un principio sucesorio masculino pese a que en el pasado hubo hasta ocho emperatrices.
En cuanto abdique Akihito, su hijo mayor, el príncipe heredero Naruhito, ocupará el trono del Crisantemo.
Su hermano pequeño, Fumihito, también llamado príncipe Akishino, le sigue en el orden de sucesión. Después sólo queda un heredero varón: el hijo del príncipe Akishino, el joven Hisahito, de diez años.
— El futuro —
La falta de jóvenes varones ha llevado a algunos a plantear la introducción de cambios para que las mujeres puedan acceder al trono, una idea rechazada de plano por los tradicionalistas.
Algunos quieren que las mujeres que se casen con plebeyos dejen de perder su título -como pasa ahora- y de ser excluidas de la familia para que sus eventuales hijos puedan entrar en la línea sucesoria.
Otros abogan por agrandar la familia integrando a los primos lejanos.
El parlamento adoptó este viernes una ley que autorizará al actual emperador Akihito (83 años) a abdicar en una fecha todavía por determinar.
El soberano teme no poder cumplir con sus obligaciones por su avanzada edad. Será la primera abdicación de este tipo en más de 200 años.
— Una historia muy antigua —
La familia imperial japonesa forma la dinastía más antigua del mundo y su historia, salpicada de numerosos mitos, se remonta a más de 2.600 años.
Akihito es el 125º emperador desde su ancestro lejano Jimmu, considerado un descendiente de la diosa del sol Amaterasu.
Los emperadores desempeñan un gran papel en el culto japonés del sintoísmo, a través de diversos ritos anuales y de oraciones por la prosperidad del país.
— Símbolo constitucional —
La mayor amenaza a la que se ha confrontado la familia imperial en su larga historia surgió tras la derrota de Japón durante la Segunda Guerra Mundial.
Los Aliados habían previsto suprimir el estatus imperial del soberano de entonces, Hirohito, en cuyo nombre las fuerzas armadas japonesas atacaron e invadieron una parte de Asia Pacífico. Pero el general estadounidense Douglas MacArthur convenció a su jerarquía del mantenimiento del emperador para evitar desmoralizar del todo al pueblo japonés. Aun así Hirohito quedó privado de su estatus semidivino y de sus poderes políticos.
En virtud de la Constitución impuesta por Estados Unidos después de la rendición de Japón al final de la guerra, que entró en vigor en 1947, el papel del emperador se limita al de "símbolo del Estado y de la unidad del pueblo japonés", para prevenir una vuelta al militarismo.
— Popularidad —
El emperador y su familia gozan de gran popularidad entre los japoneses.
El emperador Akihito y la emperatriz Mich**o, muy empáticos, visitan siempre los lugares de catástrofes naturales en el país. Desde hace seis años han manifestado de diversas formas su apoyo a los habitantes de las regiones golpeadas por el terremoto de marzo de 2011, seguido de un gigantesco tsunami y de la catástrofe nuclear de Fukushima.
Akihito dio a entender en varias ocasiones que Japón no debe minimizar su militarismo del siglo XX y las atrocidades cometidas durante la Segunda Guerra Mundial, unas declaraciones interpretadas como un ataque a las posiciones nacionalistas del primer ministro Shinzo Abe y su entorno conservador.
— Un club masculino —
La familia se rige por un principio sucesorio masculino pese a que en el pasado hubo hasta ocho emperatrices.
En cuanto abdique Akihito, su hijo mayor, el príncipe heredero Naruhito, ocupará el trono del Crisantemo.
Su hermano pequeño, Fumihito, también llamado príncipe Akishino, le sigue en el orden de sucesión. Después sólo queda un heredero varón: el hijo del príncipe Akishino, el joven Hisahito, de diez años.
— El futuro —
La falta de jóvenes varones ha llevado a algunos a plantear la introducción de cambios para que las mujeres puedan acceder al trono, una idea rechazada de plano por los tradicionalistas.
Algunos quieren que las mujeres que se casen con plebeyos dejen de perder su título -como pasa ahora- y de ser excluidas de la familia para que sus eventuales hijos puedan entrar en la línea sucesoria.
Otros abogan por agrandar la familia integrando a los primos lejanos.