Arlette
17-11-2017, 11:55 PM
Científicos de la Universidad de Chile y el Centro de Astrofísica y Tecnologías Afines (CATA) informaron los resultados de un estudio que permitirá mejorar la detección y estudio de los "agujeros negros supermasivos" y cómo estos se relacionan entre sí.
Según anunciaron en una nota de prensa, el trabajo completo será publicado el próximo 20 de noviembre en la revista Nature Astronomy.
La investigación, realizada por Julián Mejía, doctor en Astronomía en la Universidad de Chile, y Paula Lira, académica de la misma institución e investigadora del CATA, tiene como objetivo "corregir y reducir significativamente los errores del cálculos de masas" de los agujeros negros.
Hasta ahora, el método más usado para estimar la masa de estos fenómenos consiste en analizar la radiación proveniente de las nubes de gas que se forma en las inmediaciones del disco que alimenta al agujero negro, el cual, puede llegar a brillar "tanto como todas las estrellas de la galaxia en la que se encuentra".
Sin embargo, la exactitud de este método depende en gran medida de la forma en la que las nubes de gas están distribuidas, información que casi siempre es desconocida.
-Energía electromagnética-
Para solucionar este problema el trabajo de Mejía y Lira consistió en estudiar 40 cuásares (fuente astronómica de energía electromagnética, que incluye radiofrecuencias y luz visible) usando el espectrógrafo X-shooter del telescopio VLT ubicado en Cerro Paranal de la ESO, cerca de Antofagasta, en el norte de Chile.
Dicho instrumento es capaz de abarcar un rango muy amplio de longitudes de onda -desde el ultravioleta hasta el infrarrojo cercano- de manera simultánea, lo que permitió medir la emisión de los "discos alimentadores" de los agujeros negros observados.
"Nuestros datos nos permitieron calcular de dos maneras distintas la cantidad de materia contenida en estos agujeros negros" indicó Mejía, a través de "la forma en que el disco emite la radiación" y mediante el estudio de "la emisión de las nubes de gas".
"Cuando comparamos ambas masas encontramos una manera simple de corregir notablemente los valores de las masas obtenidos a partir de la información de las nubes de gas, que es el método más comúnmente usado por los astrónomos" explicó el investigador.
El estudio se realizó colaboración con Benny Trakhtenbrot, del Instituto ETH en Suiza; Daniel Capellupo, de la Universidad de McGill en Canadá; y Hagai Netzer, académico de la Universidad de Tel Aviv.
Según Netzer, quien ha trabajado por años en la medición de masas de agujeros negros supermasivos, "el nuevo método puede ayudar a desentrañar las conexiones entre los agujeros negros y las galaxias huéspedes cuando el universo era joven, esto es, cuando el universo tenía menos de 4.000 millones de años".
Según anunciaron en una nota de prensa, el trabajo completo será publicado el próximo 20 de noviembre en la revista Nature Astronomy.
La investigación, realizada por Julián Mejía, doctor en Astronomía en la Universidad de Chile, y Paula Lira, académica de la misma institución e investigadora del CATA, tiene como objetivo "corregir y reducir significativamente los errores del cálculos de masas" de los agujeros negros.
Hasta ahora, el método más usado para estimar la masa de estos fenómenos consiste en analizar la radiación proveniente de las nubes de gas que se forma en las inmediaciones del disco que alimenta al agujero negro, el cual, puede llegar a brillar "tanto como todas las estrellas de la galaxia en la que se encuentra".
Sin embargo, la exactitud de este método depende en gran medida de la forma en la que las nubes de gas están distribuidas, información que casi siempre es desconocida.
-Energía electromagnética-
Para solucionar este problema el trabajo de Mejía y Lira consistió en estudiar 40 cuásares (fuente astronómica de energía electromagnética, que incluye radiofrecuencias y luz visible) usando el espectrógrafo X-shooter del telescopio VLT ubicado en Cerro Paranal de la ESO, cerca de Antofagasta, en el norte de Chile.
Dicho instrumento es capaz de abarcar un rango muy amplio de longitudes de onda -desde el ultravioleta hasta el infrarrojo cercano- de manera simultánea, lo que permitió medir la emisión de los "discos alimentadores" de los agujeros negros observados.
"Nuestros datos nos permitieron calcular de dos maneras distintas la cantidad de materia contenida en estos agujeros negros" indicó Mejía, a través de "la forma en que el disco emite la radiación" y mediante el estudio de "la emisión de las nubes de gas".
"Cuando comparamos ambas masas encontramos una manera simple de corregir notablemente los valores de las masas obtenidos a partir de la información de las nubes de gas, que es el método más comúnmente usado por los astrónomos" explicó el investigador.
El estudio se realizó colaboración con Benny Trakhtenbrot, del Instituto ETH en Suiza; Daniel Capellupo, de la Universidad de McGill en Canadá; y Hagai Netzer, académico de la Universidad de Tel Aviv.
Según Netzer, quien ha trabajado por años en la medición de masas de agujeros negros supermasivos, "el nuevo método puede ayudar a desentrañar las conexiones entre los agujeros negros y las galaxias huéspedes cuando el universo era joven, esto es, cuando el universo tenía menos de 4.000 millones de años".