SirAbdiel
14-04-2018, 10:54 PM
La sobrevaloración de activos financieros y la salida de Reino Unido de la UE son los dos riesgos principales para bancos, aseguradoras, empresas y consumidores de la UE, según las tres autoridades europeas supervisoras de mercados financieros, que alertan también de los crecientes peligros que representan los ataques cibernéticos, las criptomonedas y las consecuencias del cambio climático.
Los participantes en el mercado necesitan prepararse ante el riesgo de que, tras la retirada de Reino Unido, se reduzca el acceso a la infraestructura de mercado y la continuidad de los contratos", destacan los tres supervisores, que recuerdan a las entidades financieras y a las aseguradoras que deberán garantizar el cumplimiento de todas sus obligaciones contractuales "en cualquier circunstancia.
A los riesgos globales se suman ahora las tendencias al proteccionismo y la lenta aplicación de reformas estructurales. Además, las tensiones geopolíticas podrían desencadenar un encarecimiento abrupto de los bonos soberanos, lo que afectaría al precio de los activos y provocaría estrés a los mercados financieros.
Los ciberataques, una amenaza creciente:
Entre los nuevos riesgos apuntados por el análisis destacan "la amenaza creciente y significativa" que suponen los ciberataques para la protección de los inversores, los mercados financieros y las instituciones de todo el mundo.
Según las tres agencias europeas, este tipo de ataques amenaza "la integridad, confidencialidad y protección de los datos, así como la continuidad de la actividad empresarial". Su importancia se debe a "los efectos multiplicadores", ya que pueden desembocar en otros riesgos para los negocios como los que afectan a la cadena de suministro o la reputación de las empresas.
Una nueva burbuja a punto de estallar:
En cuanto a las Bolsas, explican que después de la peor fase de la crisis se ha vivido un período de baja volatilidad, bajos tipos de interés y mucha liquidez, una combinación que ha causado la "complacencia" de los inversores y "una posible sobrevaloración de activos", creando una burbuja que ahora puede estallar.
"Las expectativas de cambios en las políticas [en referencia a la actuación del BCE y la Reserva Federal], así como la materialización de riesgos en los mercados financieros, pueden desencadenar abruptas subidas de los bonos soberanos, ocasionar pérdidas y picos de volatilidad en los precios de los activos", avisa el informe de los tres supervisores, que añaden que esa tensión financiera "podría afectar a la disponibilidad de garantías [respaldo de activos], que ya son relativamente escasas".
Este contexto afectaría especialmente a la banca, cuya calidad de activos -aunque mejorada respecto a la crisis de 2008- aún preocupa a los tres organismos europeos.
Además de los bancos, la inestabilidad en los bonos y mercados bursátiles castigaría a los consumidores a través de sus inversiones en Bolsa, en fondos de pensiones o en el sector inmobiliario, un mercado muy vulnerable a este tipo de vaivenes debido a la dificultad para deshacerse de los activos en épocas de crisis.
Los participantes en el mercado necesitan prepararse ante el riesgo de que, tras la retirada de Reino Unido, se reduzca el acceso a la infraestructura de mercado y la continuidad de los contratos", destacan los tres supervisores, que recuerdan a las entidades financieras y a las aseguradoras que deberán garantizar el cumplimiento de todas sus obligaciones contractuales "en cualquier circunstancia.
A los riesgos globales se suman ahora las tendencias al proteccionismo y la lenta aplicación de reformas estructurales. Además, las tensiones geopolíticas podrían desencadenar un encarecimiento abrupto de los bonos soberanos, lo que afectaría al precio de los activos y provocaría estrés a los mercados financieros.
Los ciberataques, una amenaza creciente:
Entre los nuevos riesgos apuntados por el análisis destacan "la amenaza creciente y significativa" que suponen los ciberataques para la protección de los inversores, los mercados financieros y las instituciones de todo el mundo.
Según las tres agencias europeas, este tipo de ataques amenaza "la integridad, confidencialidad y protección de los datos, así como la continuidad de la actividad empresarial". Su importancia se debe a "los efectos multiplicadores", ya que pueden desembocar en otros riesgos para los negocios como los que afectan a la cadena de suministro o la reputación de las empresas.
Una nueva burbuja a punto de estallar:
En cuanto a las Bolsas, explican que después de la peor fase de la crisis se ha vivido un período de baja volatilidad, bajos tipos de interés y mucha liquidez, una combinación que ha causado la "complacencia" de los inversores y "una posible sobrevaloración de activos", creando una burbuja que ahora puede estallar.
"Las expectativas de cambios en las políticas [en referencia a la actuación del BCE y la Reserva Federal], así como la materialización de riesgos en los mercados financieros, pueden desencadenar abruptas subidas de los bonos soberanos, ocasionar pérdidas y picos de volatilidad en los precios de los activos", avisa el informe de los tres supervisores, que añaden que esa tensión financiera "podría afectar a la disponibilidad de garantías [respaldo de activos], que ya son relativamente escasas".
Este contexto afectaría especialmente a la banca, cuya calidad de activos -aunque mejorada respecto a la crisis de 2008- aún preocupa a los tres organismos europeos.
Además de los bancos, la inestabilidad en los bonos y mercados bursátiles castigaría a los consumidores a través de sus inversiones en Bolsa, en fondos de pensiones o en el sector inmobiliario, un mercado muy vulnerable a este tipo de vaivenes debido a la dificultad para deshacerse de los activos en épocas de crisis.