El presidente luso promulga la bajada de cotizaciones de las empresas

El presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, promulgó hoy la reducción de las cotizaciones que pagan las empresas a la Seguridad Social por los trabajadores con salario mínimo, medida que ha generado polémica en el país y que varios partidos amenazan con revocar.

La medida, que implica que la tasa pase del 23,75 % al 22,5 %, fue pactada por el Gobierno socialista con las organizaciones patronales a cambio de la subida del salario mínimo hasta 557 euros y fue aprobada el lunes en Consejo de ministros.

Rebelo de Sousa promulgó la nueva normativa menos de 24 horas después de que el Ejecutivo le diese luz verde, urgencia que se debe a que existía un "vacío" legal desde que se dejó de aplicar el régimen anterior, a finales de 2016, que era necesario solucionar, explicó en declaraciones a periodistas en Lisboa.

El presidente aclaró que decidió dar el visto bueno a la norma porque la decisión se acordó con un amplio consenso entre las organizaciones patronales y un sindicato y supone un "estímulo para la economía", pero no quiso comentar la polémica generada en torno a la medida.

Aunque la norma ya haya sido promulgada, los grupos parlamentarios pueden solicitar su debate en la Cámara y si allí no consigue los apoyos suficientes sería revocada.

El marxista Bloque de Izquierda (BE, por sus siglas en portugués) y el Partido Comunista Portugués (PCP) -socios del Gobierno socialista en el Parlamento- anunciaron que tienen intención de pedir que se presente en la Cámara.

De forma inesperada, la izquierda radical ha encontrado un aliado en el líder de la oposición conservadora, Pedro Passos Coelho, quien aseguró que, si la medida llega al Parlamento, su partido votará en contra.

La decisión le ha valido críticas dentro de su propio partido, que ha recordado que cuando era primer ministro defendía la bajada de las cotizaciones de las empresas a la Seguridad Social y le acusa de actuar ahora con "incoherencia".

La alianza entre la izquierda radical y los conservadores supone un obstáculo para el Gobierno socialista, que no cuenta con mayoría en el Parlamento y por tanto no podría sacar adelante la medida