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La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) reconoció hoy los progresos en el mercado de trabajo de Portugal durante los últimos años pero le instó a profundizar en su reforma laboral, para facilitar más el despido.
En un informe sobre las reformas en el mercado laboral presentado hoy en Lisboa, el organismo establece que desde que Portugal volvió a la senda del crecimiento económico ha progresado en las tasas de empleo y desempleo mejores de lo esperado.
El país tuvo una caída del 15 % del número de empleados entre mediados de 2008 y principios de 2013 y llegó a alcanzar una tasa de desempleo del 17,3 %, pero en los últimos tres años ha visto reducirse ese indicador casi 7 puntos porcentuales.
A pesar de que Portugal aplicó durante la crisis "una de las reformas laborales más significativas" de los países de la OCDE, la organización cree que es necesario avanzar con nuevas medidas para impulsar la creación de empleo.
Entre los desafíos que afronta el país, destacó que el mercado laboral luso está muy segmentado y aún hay una brecha en la protección del empleo entre los trabajadores temporales y los indefinidos.
Aunque Portugal ya ha reducido la cuantía de las indemnizaciones por despido improcedente, el organismo cree que es posible flexibilizar todavía más la legislación para facilitar el despido e incentivar así los contratos indefinidos.
En concreto, instó a aclarar las condiciones por las que las empresas pueden despedir a trabajadores con contratos indefinidos "por razones económicas", siguiendo los ejemplos recientes de Francia y España.
La OCDE reconoce que es un paso complicado porque podría implicar una modificación de la Constitución portuguesa, que se limita a prohibir los despidos "sin causa justa".
Además, pidió reducir todavía más el coste de las indemnizaciones por despido improcedente y limitar las posibilidades de que el trabajador pueda reincorporarse a la empresa posteriormente si su despido es declarado improcedente, como ya se ha hecho en Alemania.
A estos incentivos al empleo indefinido deberían unirse medidas para aumentar el coste de los contratos temporales, como mayores cotizaciones a la Seguridad Social para este tipo de contratos, según la fuente.
El ministro de Trabajo, Solidaridad y Seguridad Social portugués, José António Vieira da Silva, declaró a los periodistas que "no está sobre la mesa ninguna alteración del régimen que facilite los despidos".
"No es un problema de la economía portuguesa ni de las empresas portuguesas (...) Tampoco está previsto reducir las compensaciones por despido", defendió, pero reconoció que el Gobierno y la OCDE están "en sintonía" en algunos aspectos y en otros "no tanto".
La OCDE abordó también un asunto que ha causado polémica en las últimas semanas en Portugal: la subida del salario mínimo.
Según el organismo con sede en París, para facilitar que las empresas puedan afrontar las subidas del salario mínimo, sería recomendable reducir al mismo tiempo las cotizaciones que pagan a la Seguridad Social por los trabajadores con este sueldo.
Esta medida acaba de ser aprobada por el Gobierno socialista, pero podría ser revocada en el Parlamento por la izquierda radical y la oposición conservadora, que se han mostrado en contra.
De hecho, la OCDE no sólo apoya la posición del Ejecutivo luso sino que va más allá y le pide que los descuentos en las cotizaciones sociales se apliquen también a los nuevos contratos (la medida del Gobierno afecta sólo a los ya contratados).
El ministro Vieira da Silva reiteró hoy que durante meses se barajaron otras formas de compensar a las empresas por la subida del salario mínimo y que finalmente se decidió por un apoyo que "no retira el esfuerzo adicional que tendrán que hacer las empresas, pero puede ayudar a salvarlas", especialmente a las pymes.
Entre el resto de recomendaciones, la OCDE pide extender la cobertura de las ayudas a desempleados para que alcance a más beneficiarios y a la vez reducir el tiempo máximo que se puede disfrutar de estos subsidios, para incentivar la búsqueda de empleo.
Aconseja también revisar más de cerca las políticas activas de empleo y enfocarlas a los grupos que más las necesitan -jóvenes, trabajadores de baja cualificación o desempleados de larga duración, por ejemplo- para mejorar su eficiencia.