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Franceses, suecos, holandeses y alemanes se acercan a nuestra opinión, lo que explica la mala recepción que tuvo el mandatario durante su primera visita a Europa el mes pasado. A Trump le habría ido mucho mejor en África, donde por algún motivo cultural se le acepta con deferencia.
No es común para los españoles encabezar listas globales, pero cuando se trata de Trump y de EE UU, nuestros sentimientos tienen pocos parangones. En Europa sólo los alemanes tienen peor imagen de EE UU que nosotros, aunque en el mundo musulmán el país de las barras y las estrellas que el martes cumplirá 241 años goza todavía de peor opinión.
Un 82% de impopularidad en Jordania, frente al 60% en España. Tampoco es de extrañar que en Israel sea exactamente lo contrario. Por algo fue la segunda parada oficial de Trump en el extranjero, aunque no supiera colocarlo correctamente en el mapa. El embajador israelí en Washington se tapó la cara horrorizado cuando le escuchó confundir la región en la que se encontraba.
Además de israelíes y africanos Trump tiene algunas opciones más para visitar si busca la simpatía del pueblo. La mayoría de los vietnamitas y filipinos tienen una imagen favorable de él y en Rusia, además, el 53% confía en que hará lo correcto para el bien del mundo. Junto con Israel, Rusia es el único país donde Trump tiene mejor imagen que Obama.
Cifras muy distintas a las de España, donde el 92% no tiene ninguna confianza en Trump o muy poca. Nos siguen los suecos, que sólo nos desbancan por dos puntos porcentuales en la oposición mundial al muro que Trump quiere construir en la frontera con México. Más oposición que cualquier país latinoamericano de entre los encuestados, salvo el propio México.
Una escala similar a la que mide la aversión popular a las medidas que ha adoptado Trump para restringir la entrada de musulmanes. Sin contar con México o los propios países afectados, Suecia y España vuelven a estar a la cabeza de animadversión, por ese orden.
Hay que remontarse a los peores años de la guerra de Irak para encontrar otro presidente -George W. Bush- tan mal visto en el mundo, sólo que la presidencia de Trump no ha hecho más que empezar y tiene pocos visos de mejorar.
Los datos macro que se van conociendo muestran un nuevo buen trimestre para la inversión. El crecimiento anual de la inversión es ahora de un 6%, lo que supone el mayor nivel desde 2007 y un nivel históricamente elevado.
Tras haberse apoyado principalmente en el consumo, la recuperación económica en la zona euro ahora también se ve impulsada por la inversión. Se trata de una evolución importante, ya que la inversión contribuye a incrementar el PIB potencial de la economía, lo que genera círculos virtuosos. De hecho, el crecimiento del PIB de la zona euro del primer trimestre se revisó al alza situándose en 2,3% frente al 1,8% anualizado.
Por otro lado, los indicadores de negocios siguen mejorando y son consistentes con un alto nivel de actividad. Según los últimos datos de PMI adelantado, la actividad del sector privado de la eurozona se mantuvo en mayo en máximos de los últimos seis años, situándose por segundo mes consecutivo en 56,8 puntos, lo que sugiere una expansión del PIB de la región de entre el 0,6% y el 0,7% en el segundo trimestre.