El Reino Unido bloqueó entonces la decisión alegando que su ley electoral impide al Gobierno tomar decisiones de calado en campaña para los comicios.
Hoy, ya pasadas las elecciones del 8 de junio, Londres ha permitido su aprobación pese a abstenerse en la votación, algo que también ha hecho Italia por considerar que los aumentos del gasto y la flexibilidad prevista en la revisión no son suficientes.