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Argentinos y venezolanos se lanzan a comprar Bitcoin de forma masiva
Las diferentes crisis financieras que atraviesan los países han elevado la compraventa de criptomonedas como elemento de ahorro e intercambio
El uso de las criptomonedas lleva cayendo desde que comenzó 2018 y se acabó la burbuja especulativa sobre su valor a finales del año pasado. A nivel global la tendencia es clara, pero durante los últimos meses diversos países en el Cono Sur han comenzado a reimpulsar la compraventa de estos activos, principalmente Bitcoin, a nivel nacional.
Los gobiernos de Venezuela y Argentina, ambos países bajo diferentes tipos de crisis financieras, están viendo como sus ciudadanos optan cada mes más por intercambiar sus monedas nacionales por Bitcoin en búsqueda de mejores condiciones de ahorro o como facilidad de intercambio a posteriori por otras monedas oficiales.
Esta tendencia se ve reflejada en los datos de LocalBitcoin, una plataforma finlandesa que permite a los usuarios intercambiar Bitcoin directamente entre ellos y ofrece un seguimiento diario a los intercambios realizados desde todos los países donde opera. Con esta herramienta podemos acceder a los microcosmos de cada país y observar los comportamientos de diferentes mercados.
En los últimos tres meses, el precio del Bitcoin ha permanecido relativamente estable en torno a los 6.500 dólares o 5.500 euros. Pero para un venezolano que intercambiase sus ahorros por Bitcoin a principios de julio, habría visto como sus recién compradas Bitcoin multiplicaban por 4 su valor (en bolívares), pudiendo sobrellevar la inflación reciente con mejor fortuna. Para alguien de Argentina que hiciera el mismo movimiento pero con pesos, en los últimos tres meses habría visto como sus Bitcoin valían un 40% más (en pesos).
Los argentinos y venezolanos que hayan cambiado sus ahorros en moneda nacional por Bitcoin han podido capear la inflación mejor.
El uso de las criptomonedas lleva cayendo desde que comenzó 2018 y se acabó la burbuja especulativa sobre su valor a finales del año pasado. A nivel global la tendencia es clara, pero durante los últimos meses diversos países en el Cono Sur han comenzado a reimpulsar la compraventa de estos activos, principalmente Bitcoin, a nivel nacional.
Los gobiernos de Venezuela y Argentina, ambos países bajo diferentes tipos de crisis financieras, están viendo como sus ciudadanos optan cada mes más por intercambiar sus monedas nacionales por Bitcoin en búsqueda de mejores condiciones de ahorro o como facilidad de intercambio a posteriori por otras monedas oficiales.
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Volumen de compraventa en Local Bitcoin: Argentina y Venezuela
Esta tendencia se ve reflejada en los datos de LocalBitcoin, una plataforma finlandesa que permite a los usuarios intercambiar Bitcoin directamente entre ellos y ofrece un seguimiento diario a los intercambios realizados desde todos los países donde opera. Con esta herramienta podemos acceder a los microcosmos de cada país y observar los comportamientos de diferentes mercados.
En los últimos tres meses, el precio del Bitcoin ha permanecido relativamente estable en torno a los 6.500 dólares o 5.500 euros. Pero para un venezolano que intercambiase sus ahorros por Bitcoin a principios de julio, habría visto como sus recién compradas Bitcoin multiplicaban por 4 su valor (en bolívares), pudiendo sobrellevar la inflación reciente con mejor fortuna. Para alguien de Argentina que hiciera el mismo movimiento pero con pesos, en los últimos tres meses habría visto como sus Bitcoin valían un 40% más (en pesos).
Los argentinos y venezolanos que hayan cambiado sus ahorros en moneda nacional por Bitcoin han podido capear la inflación mejor
Otra fuerte ventaja de convertir la moneda local en Bitcoin u otras criptomonedas es una mayor facilidad de intercambiar por otras monedas más estables saltándose las posibles restricciones financieras que existan o pudieran surgir en el futuro.
Bitcoin atraviesa un periodo de alta volatilidad diaria donde no es extraño ver movimientos de un 8-10% diarios, pero también parece haber encontrado un suelo relativamente estable, aunque poroso, en los valores actuales que mantiene desde hace tres o cuatro meses. Si esta estabilidad es duradera o no, es imposible de predecir, pero para muchos venezolanos y argentinos parece ser una apuesta más segura que conservar el dinero en sus monedas nacionales.
