Estados Unidos no tiene “deuda externa”. Es decir, puede pagar sus deudas con su propia divisa (que puede imprimir de la nada). El resto de los países no tienen ese privilegio. Sin embargo, lo que Powell se le olvida mencionar es que las personas no comen billetes. La economía real necesita producir bienes y servicios. La balanza comercial de Estados Unidos, en estos momentos, es negativa. En otras palabras, produce menos de lo que consume. Y ha podido sostener eso, porque el resto de los países del mundo envían sus productos al país de Micky Mouse a cambio de los papeles que imprime la FED. Cuando los demás países dejen de aceptar ese dinero de monopolio, las cosas se podrán color de hormiga. Si Estados Unidos continúa con su indisciplina e irresponsabilidad, el todo poderoso dólar podría perder su trono. Algo que sería devastador.