¿Cuántas veces hemos oído eso de “No, esta vez es distinto.”? Sin embargo, la historia tiende a repetirse y si estudiamos el comportamiento de los mercados en el pasado y los ciclos económicos, tendremos una mejor comprensión de lo que podemos esperar en el futuro de ellos.

Existen muchos autores que han estudiado los mercados desde distintas perspectivas. Uno de ellos es Robert Prechter en su estudio “Socionomics”. En él llega a la conclusión de que los mercados y los gobiernos no crean los movimientos en la humanidad, sino que por el contrario, son consecuencia de estos. Las emociones y comportamientos humanos se mueven por ciclos. Obviamente, no podemos ser eternamente optimistas sobre nuestro futuro, en algún momento las expectativas tienen que disminuir y, en ese punto, comenzamos a ser menos optimistas, más conservadores hasta que se alcanza el extremo opuesto.

Si los gobiernos verdaderamente controlasen los mercados, economías o naciones, ¿por qué razón querrían que estos cayesen? No existe ningún gobierno o mercado que voluntariamente no quiera crecer o ser más poderoso y próspero. Y a pesar de todos sus esfuerzos, los mercados y las economías siempre terminan retrocediendo.

El cuarto giro

Estos movimientos pueden predecirse con cierto grado de precisión en el tiempo, y en ello se basan las teorías de ciclos. Desde el ciclo de negocio de 4 años hasta el ciclo de Kondratieff de 70 años.

Este ciclo de 70 años es lo que los sociólogos Strauss y Howe definen en su trabajo como “The 4th turning” o el cuarto giro. Su libro fue publicado en 1997 y entonces sus autores ya argumentaban que dentro de 10 años la sociedad americana comenzaría un periodo de gran tumulto.

Su idea es que existen 4 etapas del ciclo social de duración aproximada 20 años, y ese sentimiento condiciona los acontecimientos que se dan en las distintas etapas.

De acuerdo con los autores, estos ciclos se han producido una y otra vez en la historia occidental moderna desde al menos el siglo 16. Sus etapas serían:

Etapa alta (Generación con arquetipo Artista)

Esta es una era post crisis en la que las instituciones son fuertes y el individualismo débil. La sociedad está segura de dónde quiere ir como colectivo, aunque los que están fuera del centro mayoritario a menudo se sienten sofocados por la conformidad.

Según los autores, el más reciente primer giro de los Estados Unidos fue posterior a la Segunda Guerra Mundial American, comenzando en 1946 y terminando con el asesinato del presidente John F. Kennedy el 22 de noviembre de 1963.

Etapa del despertar (Generación con arquetipo Profeta)

Esta es una época en la que las instituciones son atacadas en nombre de la autonomía personal. Cuando la sociedad está llegando a su punto más alto de progreso público, la gente de repente se cansa de la disciplina social y quiere recuperar un sentido de autenticidad personal.

El más reciente “despertar” de América fue la “Revolución de la Conciencia”, que abarcó desde las revueltas en los campus de mediados de la década de 1960 hasta la reelección de Ronald Reagan.

Etapa de la desintegración (Generación con arquetipo Nómada)

El ambiente de esta época es en muchos sentidos opuesto a de la etapa alta. Las instituciones son débiles, mientras que el individualismo es fuerte y floreciente. La sociedad es este punto quiere atomizar y disfrutar.

La etapa más reciente en Estados Unidos fue Boom Long y guerras culturales, que comenzaron a mediados de la década de 1980 y terminaron a finales de los años 2000.

Etapa de la crisis (Generación con arquetipo Héroe)

Es una época en que la vida institucional es destruida y reconstruida en respuesta a una supuesta amenaza a la supervivencia de la nación. La autoridad cívica revive, la expresión cultural redirige hacia fines de la comunidad, y la gente comienza a localizarse a sí mismos como miembros de un grupo más grande. Estas épocas han sido siempre nuevos “momentos fundadores” de la historia, momentos que redefinen la identidad nacional.

La etapa más reciente en Estados Unidos comenzó con la caída de la bolsa de 1929 y culminó con el final de la Segunda Guerra Mundial.

Esta visión de las distintas etapas generacionales concuerda perfectamente con el ciclo de Kondratieff, y además explica claramente el porqué de las expansiones y contracciones, el flujo y reflujo de optimismo y pesimismo que son fácilmente predecibles en su conjunto.

A día de hoy, nos encontraríamos en lo que Strauss y Howe definen como la etapa de crisis.

El individualismo, la asunción de riesgos, y el consumo de la reciente tercera etapa están terminando, y el estado de ánimo social actual está marcado por una nueva sobriedad. La sociedad empieza a ver la etapa pasada como un periodo de deriva en el que se permitió al poder público acumular problemas, y ahora se ha llegado a un punto en el que se debe hacer frente a ellos con urgencia.

Instituciones débiles y criticadas por un colectivo que cada vez coge más fuerza: los jóvenes de hoy, la Generación del Milenio (arquetipo del héroe, nacido en 1982 a 2004). Una generación que muestra rasgos similares a los de la juventud GI (nacidos entre 1901 y 1924, y encargados de salir de la crisis del 1929), incluyendo el aumento de la participación ciudadana, la mejora de la conducta y la confianza colectiva.