Brasil terminó 2016 con una inflación del 6,29 %, por debajo del llamado "techo de tolerancia" del 6,5 %, en un contexto de desaceleración de la economía del país que, según cálculos de los analistas, se contrajo un 3,5 por ciento el pasado año.
El Índice de Precios al Consumidor Amplio (IPCA), divulgado hoy por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), el referente oficial tomado por el Gobierno, supera la meta oficial del 4,5 por ciento, pero está dentro de los dos puntos de tolerancia fijados por el Ejecutivo.