La sola idea resultó desconcertante, mientras que a muchos simplemente les dio asco.

Eso fue lo que generó la confesión del estadounidense Frances Tiafoe cuando reveló que el líquido de los encurtidos fue lo que le había ayudado físicamente el pasado fin de semana para avanzar a los cuartos de final del Abierto de Australia.

Luego perdió contra el español Rafael Nadal, pero la imagen del tenista bebiendo de un frasco de pepinillos siguió siendo tema de conversación en el primer Grand Slam del año.

Y lo cierto es que no es el único en entregarse al que ya comienzan a considerar el "nuevo elixir en el deporte".

En Australia también se vio al ruso Daniil Medvedev, de 22 años, quien forma parte junto a Tiafoe, de 21 años, de la nueva generación que pisa fuerte en el tenis.

La moda también parece que se extiende al fútbol y a otros deportes.

Un fotógrafo captó al uruguayo Lucas Torreira, del Arsenal, de 22 años, bebiendo de una botella que tenía una etiqueta en la que se podía leer "jugo de encurtido".

Esa instantánea correspondió al partido que el conjunto cañonero venció 2-0 al Chelsea y hay que decir que el futbolista sudamericano escupió rápidamente el líquido tras enjuagarse la boca.

La confesión
Tiafoe llegó a los cuartos de final tras superar al búlgaro Grigor Dimitrov en un extenuante partido que se resolvió en cuatro sets.

Fueron tres horas y 39 minutos bajo el sofocante calor de Melbourne, pero hubo un momento que terminó siendo crucial para el tenista estadounidense.

"Logré el quiebre, pero ahí comencé a sentir mi cuerpo", explicó.

"Él jugó bien para romper (mi servicio). Después de eso estuve tratando de mantenerme con vida, tragando jugo de encurtidos".

"Estoy diciendo la verdad: solo tragándolo, sabe terrible".

Al día siguiente Medvedev buscó el mismo efecto, aunque con menos suerte, frente a Novak Djokovic.

Fue cuando le preguntaron a John Millman, cuartofinalista en el Abierto de Estados Unidos en 2018 y quien está trabajando como comentarista en Australia, qué había detrás del jugo de encurtidos.

"Ayuda a los calambres", dijo, "tiene mucha sal".

Pero al igual que Tiafoe, el australiano también advirtió que su sabor era horrible.

¿Funciona?
En una palabra: sí.

El doctor Mayur Ranchordas, profesor en nutrición deportiva y ejercicio del metabolismo de la Universidad de Sheffield Hallam, comentó que ha utilizado esta técnica con ciclistas profesionales y futbolistas de la Liga Premier.

Y si bien asegura que los resultados han sido convincentes, no necesariamente es por las razones que uno puede creer en un principio.

"El jugo de encurtidos contiene sodio, potasio y vinagre y la conclusión obvia es que logra reemplazar las sales y el sodio que el cuerpo pierde cuando se juega en un ambiente húmedo y caluroso como el Abierto de Australia, lo que ayuda a prevenir los calambres", explicó el doctor Ranchordas.

"No obstante, lo que en verdad causa es que detona un reflejo en la boca que envía una señal para evitar que se acalambren los músculos. Es por eso que se bebe con la aparición del calambre".

"Permite detenerlo un 40% más rápido que si se bebe agua", agregó.

Según el profesor, el líquido es más efectivo cuando las condiciones son calurosas o cuando el esfuerzo se prolonga por más tiempo que el anticipado, como un partido a cinco sets en tenis o cuando se va a la prórroga en fútbol.

¿Algo más?
Otras ventajas que ofrecería el extracto de vegetales en vinagre es que permite controlar los niveles de azúcar en la sangre y mejora la salud de los intestinos dado que contienen antioxidantes.

También hay otras teorías con menos soporte científico como que ayuda a aliviar la resaca o que elimina las bacterias que causan el mal aliento en la boca.

Aunque estos últimos beneficios no tienen nada que ver con el rendimiento deportivo.